Juan Miguel Martínez, catedrático de Enfermería en la Universidad de Jaén y Celia Álvarez, profesora titular de la facultad de Enfermería de Cuenca.
Si hace unos años el mundo académico estaba 'restringido' para las profesionales de
Enfermería, el impulso de la investigación en esta profesión ha hecho que cada vez más enfermeras consideren como una
vía profesional dedicarse a la docencia y a la academia. Y aunque profesores y profesoras de Enfermería ha habido desde el momento en el que nació esta formación, esta profesión sanitaria se encontraba con un
techo de cristal particular: el acceso a la cátedra.
Para hacer una radiografía de cuál es el camino actual, con sus ventajas y dificultades, del
acceso a la cátedra desde Enfermería,
Redacción Médica ha contactado, al calor del Día Mundial de la Enfermería, con
Juan Miguel Martínez, primer matrón en conseguir la cátedra universitaria en España el pasado mes de diciembre de 2023 y Celia Álvarez, profesora titular de la facultad de Enfermería de Cuenca e investigadora principal del grupo ABC-Age, que se encuentra en el proceso para
obtener la acreditación como catedrática. Ambos relatan cómo ha sido (o sigue siendo) ese camino lleno de méritos, objetivos y plazos para alcanzar el puesto, el último 'bastión' por conquistar para esta profesión.
Celia Álvarez pidió en 2022 por primera vez el acceso a la cátedra. "Ese es el momento que lo pedí oficialmente, pero en realidad esto empieza mucho antes", explica. La enfermera expone que, cuando una persona decide empezar en la carrera académica, ya tiene que tener en mente la
consecución de ciertos méritos y plazos que luego serán requisito para obtener la acreditación.
Pasos para acceder a la cátedra de Enfermería
"En realidad, esta 'carrera' empieza cuando decides hacer la tesis doctoral y la haces porque realmente quieres tener una carrera académica", comenta la profesora, que asegura que desde ese momento "tu carrera queda marcada por los méritos necesarios para seguir subiendo escalones". "Hay que ponerse desde el principio, cuando uno sabe que quiere
dedicarse a estar en la universidad y formar a las futuras enfermeras", explica.
Pero, el siguiente gran escalón llega una vez se hace la
petición formal para acceder a la cátedra, esa que hizo Celia Álvarez en 2022. "Una piensa que ya tiene todos los méritos y, cuando se solicita la acreditación, es otra cosa", asegura. La profesora bromea con que es el momento en el que "empiezas a pegarte con la plataforma"; hay que completar criterios obligatorios y méritos específicos y se entra en un proceso diferente.
"En el momento que decides dedicarte a formar a las futuras enfermeras tienen que empezar a conseguir méritos necesarios"
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En el caso de Juan Miguel Martínez, el matrón consiguió la acreditación a finales del año pasado, tras pasar todo este arduo proceso que describe Celia Álvarez. Preguntado por cuál considera que es la
mayor dificultad a la que se ha enfrentado durante el camino para llegar a la cátedra, lo tiene claro: generar conocimiento a través de la investigación.
Dificultades enfermeras para investigar
"No es fácil investigar, porque como enfermeras hemos tenido muchos obstáculos. Uno de ellos era ese hándicap de que no podíamos acceder al grado de doctor. Y esa dificultad nos hacía
más complejo investigar y competir en igualdad de condiciones otras profesiones", relata el catedrático. El enfermero explica, de manera más concreta, que las dificultades no estaban solo ligadas a la publicación de artículos, sino también a conseguir financiación para desarrollar proyectos de investigación. "Para ser catedrático tienes que acreditar actividad investigadora, y era una de las principales limitaciones", hace hincapié.
Sobre ese ‘techo de cristal’ enfermero, ambos profesores celebran que las cosas han cambiado. "Cuando hoy te sometes al proceso de evaluación no se distingue si eres médico, enfermero, o farmacéutico. Se tiene en cuenta tu capacidad y competencia a través de la gestión, investigación, docencia y divulgación.
Ya no se tienen en cuenta tu categoría o perfil, sino tu competencia y capacidades", explica el catedrático. Aun así, recuerda que hasta "hace relativamente poco" las enfermeras todavía se daban con ese techo en el mundo académico y que si querían llegar a la cátedra "tenían que tomar atajos como graduarse en otras titulaciones como Psicología o Antropología".
Por su parte Celia Álvarez comenta que en los últimos años se han superado estas dificultades de investigación "a pasos agigantados". "Cada vez más
enfermeros, alumnos y ya graduados y trabajando, deciden especializarse en investigación y empiezan la tesis doctoral. Ese
caldo de cultivo se transforma en conocimiento específico y más visibilidad a lo académico; nos hace mejorar como profesión", relata.
Referentes enfermeros en la docencia
En la actualidad, además de que esos obstáculos se han reducido, en la mejora del escenario entra en juego otro actor importante, los
referentes académicos dentro de Enfermería, que ayudan a
motivar las vocaciones académicas dentro de la profesión. "Los referentes son muy importantes pata alguien que empieza su carrera como enfermera y pueda decir, ¿yo también puedo llegar a eso? El concepto de la cátedra impresiona, pero ver enfermeras que han sido tus compañeras y lo han conseguido hace que te motives y lo veas posible", asegura Juan Miguel Martínez.
Por su parte, Celia Álvarez recuerda que la enfermería es una profesión "muy vocacional" y que normalmente lo que mueve a las personas que la eligen es mejorar la vida de los pacientes a través de la asistencia clínica. "No se conoce que uno pueda mejorar la vida de los pacientes a través de la investigación", añade. Por esto, pone en valor la importancia de que, en las facultades, se hable del camino académico. "Es una línea de trabajo que, si no te hablan de ella, muchas veces no ‘caes’ en que está ahí", dice.
"No se conoce que uno pueda mejorar la vida de los pacientes a través de la investigación"
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De esta manera, pone en valor la importancia de que las
figuras cercanas a las enfermeras en formación hablen sobre esta posibilidad. "Si tienes un profesor que investiga, o personas con un contrato de formación, te van a mostrar que puedes optar por esta vía y orientar sobre los pasos que hay que ir dando", explica.
Futuro prometedor para las enfermeras académicas
Con la mirada a diez años vista, tanto Juan Miguel Martínez como Celia Álvarez coinciden en que
la situación no va a hacer otra cosa que mejorar. "Cuando la Aneca publicó sus nuevos criterios de acreditación, nos pilló a todos por sorpresa, especialmente a nuestra profesión donde se investigaba no por defecto, sino de manera más o menos residual. En este corto tiempo ya nos hemos puesto en marcha y cogido muy bien el hilo, y esto hace que la gente que viene detrás de nosotros, de los que ya se han acreditado o estamos a punto, tengan una estela que seguir", relata Álvarez.
Una idea que refuerza Martínez, que asegura que cada vez habrá más catedráticos y, por lo tanto más referentes. "Además esto nos ayuda a competir en tener puestos de responsabilidad y dirección. Cuantas más enfermeras alcancen ese techo, más fácil será que fluya la disciplina, se cree conocimiento y que, finalmente, este
se aplique a la mejora de los cuidados y la asistencia sanitaria", concluye.
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