Enfermería defiende su papel para detectar la violencia machista

La violencia de género está considerada como un problema de salud pública. Está asociada a graves consecuencias físicas y mentales en las mujeres, tanto a largo como a medio plazo. Y en las mujeres víctimas de malos tratos se diagnostica el Trastorno de Estrés Postraumático como uno de los problemas con mayor frecuencia.

Este fue el punto de partida del trabajo de fin de grado que realizó Irea González Lago en la Escuela de Enfermería del Meixoeiro y que fue premiado por su innovación y la calidad de la investigación en una jornada gallega de investigación en Enfermería, organizada por la Universidad de Vigo.

La autora considera que este trastorno se presenta como un diagnóstico plausible para explicar la sintomatología postraumática en las mujeres maltratadas. "La detección precoz de los síntomas juega un papel fundamental para evitar la cronificación del trastorno", explica Irea González a El Faro de Vigo.

Detectar de manera precoz

La autora del trabajo considera que "la enfermería tiene que jugar un papel fundamental y puede ser un punto de inflexión a la hora de detectar de manera precoz situaciones de violencia".

Por eso es necesario implementar planes de prevención a través de los centros de salud, donde el equipo de Enfermería tenga la oportunidad de estar en contacto con la mujer y detectar síntomas, signos o comportamientos (por parte de la mujer o del agresor si la acompaña) que pueden ser indicativos de una situación de violencia.

La Enfermería debe conocer las consecuencias para la salud de las mujeres para poder dar respuesta a sus necesidades o anticiparse a futuros problemas. "Hablando en concreto del estrés postraumático, las mujeres presentan una alta tasa de cronificación y una prevalencia altísima de síntomas incluso años después de que los malos tratos finalizasen", concluye Irea González.