La inoculación es una de las mejores estrategias para reducir la incidencia de la patología.

Enfermería defiende potenciar la vacunación contra el herpes zóster
Acosta, García-Flórez y Cremadas en el webinar sobre la vacunación contra el herpes zóster.


5 nov. 2024 13:15H
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La falta de datos oficiales y las escasas coberturas vacunales frente al herpes zóster de las regiones donde se contabiliza son dos de los principales problemas a los que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud (SNS) en cuanto a lo que esta inoculación se refiere. Así se ha puesto de manifiesto en el webinar "Puesta al día de la vacunación frente al Herpes Zóster: una mirada enfermera", organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (Isfos) del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de GSK, donde expertos en la materia han analizado y puesto en común la necesidad de apostar por esta vacuna y potenciar las estrategias para que la población la conozca.

"Estamos hablando de una vacuna bastante reciente para nuestro calendario, que necesita de un mayor arraigo entre la sociedad y entre la población diana. Todos conocemos a alguien que lo ha sufrido y a muchas personas les causa un dolor tan enorme que puede condicionar incluso su vida personal, laboral y social. Sabemos que las vacunas funcionan y como enfermeras y enfermeros debemos darla a conocer a la población", ha afirmado la directora de Isfos, Pilar Fernández, según recoge un comunicado del organismo colegial.

Tal y como se ha abordado durante la jornada, los mayores inconvenientes con los que se ha encontrado este tratamiento es la fatiga vacunal tras la pandemia y la cantidad de bulos antivacunas que existen en las redes sociales. "Debemos fomentar la información correcta en redes y en los medios de comunicación, así como aportar datos científicos que avalen la correcta inoculación. De la misma forma, dar ejemplo y vacunarnos los profesionales sanitarios es una buena manera de concienciar al resto de la sociedad", ha explicado Miguel Ángel Acosta, facultativo especialista en Medicina Familiar de la Unidad de Formación Continuada de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid.


"Tenemos que ser la fuente fiable de información para la población", ha resaltado García-Flórez



En esta misma línea se encuentra Raquel García-Flórez, coordinadora de Enfermería y de Vacunas en el Centro de Salud Tres Cantos II-Sector Embarcaciones (Madrid), que ha apostado por realizar formaciones como esta de Isfos para "poder transmitir con claridad la información veraz al usuario y aclarar sus dudas". "Tenemos que ser la fuente fiable para la población y formarnos también en cómo comunicarnos con la población de manera eficaz. De nada nos vale atesorar mucho conocimiento si luego no sabemos cómo transmitírselo a la población. No es fácil y requiere invertir mucho tiempo, pero cada vez que conseguimos que una persona elija vacunarse gracias a que le damos la información correcta y resolvemos sus dudas, es una gran victoria", ha recalcado la enfermera.


Alta efectividad de la vacuna frente a su escaso empleo


La vacuna disponible desde 2022 disminuye en torno al 90 por ciento el número de personas que desarrollan herpes zóster y de aquellas que lo desarrollan disminuye en el mismo porcentaje la presencia de complicaciones, que pueden ir desde las típicas vesículas con dolor, hasta dolor crónico o, incluso, algunas potencialmente graves como la encefalitis, la inflamación del sistema nervioso central o ceguera, tal y como ha informado el médico durante su intervención.

Los participantes han destacado que "no existen datos a nivel nacional ni de muchas de las comunidades autónomas", pero de las que sí hay información, como Castilla y León, Madrid, Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, se revela que el empleo de esta vacuna es relativamente bajo, entre el 45 y 55 por ciento para la primera dosis y sobre el 10 por ciento para la segunda. "Estas cifras evidencian que, en la vacunación de adultos, especialmente cuando va dirigida a personas sanas, son necesarias estrategias diferentes a aquellas encaminadas a la inoculación a demanda que funcionan en la población pediátrica", ha destacado Alejandro Cremades, enfermero en el Centro de Salud Pública de Elda (Alicante).


"Debemos generar espacios donde los pacientes puedan aprender sobre las vacunas", ha subrayado García-Flórez



Y de estas estrategias es de lo que más se ha hablado en la formación, a la que se han apuntado más de mil enfermeras. "Debemos generar espacios donde los pacientes puedan aprender sobre vacunas, donde puedan preguntar sus dudas, donde tengan facilidad para recibir la dosis. Hay que educar desde la consulta y también podemos educar en la comunidad a través de proyectos con la población y sesiones educativas", ha subrayado García-Flórez.


Vacuna financiada a una parte de la población


Por su parte, Cremades ha enumerado cómo fomentar la inoculación y ha recomendado poner en marcha estrategias de información y captación, especialmente para quienes tienen la vacuna recomendada y financiada, más allá de la "vacunación oportunista -aquella que se realiza con cualquier contacto con el sistema sanitario de aquellas personas para las que están recomendadas-".

"Existen actividades en medios de comunicación que llegan a mucha gente, actividades en asociaciones de pacientes, jubilados o en colaboración con los ayuntamientos. También se han mostrado eficaces, especialmente cuando se unen a las actividades de divulgación indicadas, la captación mediante mensajes o llamadas telefónicas", ha explicado el enfermero de Elda.

Cremades ha aseverado también que actualmente "las vacunas están financiadas en España para personas de 18 o más años con algunas patologías que producen inmunosupresión grave", como es el caso de los trasplantes de progenitores hematopoyéticos, trasplantes de órgano sólido, tratamientos con fármacos anti-JAK, infecciones por VIH, hematopatías malignas, tumores en tratamiento con quimio, antecedentes de varios episodios previos de herpes zóster y otros terapias que producen inmunosupresión. Además, también la ofrecen determinadas regiones a las personas de más de 65 años.

Más allá de estos casos, cualquier persona de 50 o más años que no esté incluida en esos grupos puede beneficiarse de la protección que ofrecen estas vacunas, aunque sin financiación. Solo habría que solicitar la prescripción a su médico de familia.
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