El histórico acoso sexual que sufren las enfermeras frena su detección

El 92,4 por ciento del colectivo enfermero rechaza el acoso sexual. Es un porcentaje muy alto pero, en comparación con otras profesiones sanitarias, está a la cola en lo que se refiere a "tolerancia" de este tipo de comportamientos. Así lo analiza un estudio realizado por la Revista Española de Salud Pública que pone el foco sobre la percepción social del acoso sexual laboral en el ámbito sanitario. 

¿Y por qué en Enfermería la profesión que "más tolera" este tipo de acoso en el trabajo? Redacción Médica se pone en contacto con Mar Rocha, portavoz y tesorera del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (Codem), también experta en temática de género dentro del colectivo enfermero, para poder analizar los datos. Lo primero que señala la profesional es que nos encontramos ante una muestra de solo 243 personas, en un solo hospital de la Comunidad de Madrid, por lo que es una parcela muy reducida y se necesita un estudio más amplio.

“La razón principal por la que el porcentaje de rechazo al acoso sexual en el trabajo es más bajo en enfermería puede ser porque es reflejo de lo que viven las mujeres en la sociedad”, explica Rocha, al referirse a que Enfermería es una profesión muy feminizada en el que los comportamientos denigrantes pueden estar favorecidos.

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"Hay que fomentar políticas más igualitarias y desterrar comportamientos denigrantes que históricamente han lastrado a las mujeres"

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“Es importante no dejar de ‘luchar’ contra estos comportamientos desde Enfermería”, apunta la profesional que asegura que hay un componente social en este dato de rechazo y que “la sociedad tiene que superar ciertas situaciones muy dañinas”, en este caso para las profesionales de Enfermería.

De esta manera, Mar Rocha comenta que el vehículo para mejorar el dato pasa por empoderar a las enfermeras. “Hay que fomentar políticas más igualitarias y desterrar componentes denigrantes que históricamente han lastrado a las mujeres”, comenta y asegura que esto pasa por dar “más autonomía y competencias profesionales” a las enfermeras. “Esto empieza desde los cargos de gestión hasta el profesional que trata al paciente directamente”, dice.

Más estudios para resolver el problema

Asimismo, comenta que este estudio, dado lo reducido de la muerta, “no puede ser extrapolable” y que es necesario “indagar más en estudios de este tipo”. De esta manera, comenta que los datos dejan la necesidad de demostrar si estos datos de “tolerancia” al acoso sexual en el trabajo son compartidos con el resto de profesionales sanitarios, y además resalta la necesidad de analizar en detalle los sesgos de edad a la hora del rechazo de este tipo de comportamientos.

“Históricamente arrastramos una situación social en la que las mujeres hemos tenido que vivir algunas cosas y hemos tenido menos derechos y hay que ver la situación actual de eso”, explica Mar Rocha, que apunta a que las violencias contra las mujeres, sean del tipo que sean, son “uno de lo de los problemas de Salud Pública más graves actualmente” y que no se pueden tolerar en ningún caso.

“Siempre es positivo tener datos y conocer cual es la percepción real es esencial para poder erradicar este problema”, recuerda la tesorera, que termina defendiendo la necesidad de trabajar en la prevención.