Manuel Cascos, presidente de Satse.
La Ley de Seguridad del Paciente, la jubilación anticipada y voluntaria, las agresiones a sanitarios y la reclasificación enfermera en el grupo A. Estos son los cuatro temas principales que marcarán la hoja de ruta del
Sindicato de Enfermería (Satse), que hace un balance
“tremendamente positivo” de un curso político marcado por la
movilización de la Enfermería.
Con la mirada ya puesta en 2023, que será "el año de las soluciones para Enfermería",
Manuel Cascos, presidente de Satse, visita el plató de
Redacción Médica para abordar todas las cuestiones que copan la agenda sanitaria y que preocupan a la profesión.
Entrevista completa a Manuel Cascos, presidente del Sindicato de Enfermería (Satse).
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¿Qué balance hace el Sindicato de Enfermería del curso político?
Hacemos un balance tremendamente positivo. Nuestra organización establecía una hoja de ruta clara. Consideramos que, después de la pandemia, había que movilizar y trasladar al colectivo nuestro sentir, plan de trabajo, hoja de ruta y reivindicaciones esenciales.
Para ello, empezamos con una rueda de prensa en la puerta del Congreso de los Diputados con todos los secretarios y secretarías generales del Sindicato de Enfermería de las distintas comunidades autónomas. Posteriormente, celebramos dos concentraciones en el mismo sitio. Más tarde, se convocó en los centros de salud del país, en todos los hospitales y en todos los servicios de salud. Lo último fue el 18-J, que culminó con una
gran manifestación de la Enfermería.
La valoración no puede ser más que tremendamente positiva porque las enfermeras y los fisioterapeutas han respondido de manera positiva a la llamada de su sindicato profesional. Por tanto, creo que es el momento de, con la vista puesta en 2023, recoger los frutos de esa movilización. Las instituciones, la Administraciones, el Congreso de los Diputados y el Ministerio han tomado nota de lo que es capaz Enfermería cuando se despierta.
Como comenta, el 18-J fue el broche de oro a todo el trabajo. ¿Plantea Enfermería volver a tomar las calles?
Sin duda. En este sentido, quiero recordar mis últimas palabras en la manifestación, donde señalé que este no era el final de nada, sino el principio de todo. Aquello no era gratuito, de hecho ya hemos mantenido una
reunión con los compañeros docentes, con ANPE, un sindicato de ámbito nacional de profesores y docentes del ámbito de la Educación.
Educación y Sanidad son los dos pilares del Estado de Bienestar. Creemos que compartimos un espacio reivindicativo y estamos hablando de la posibilidad de establecer mecanismos de trabajo a la vuelta del verano. No descartamos acciones reivindicativas.
También queremos hablar con los compañeros médicos. Los profesionales de la sanidad pública requieren, necesitan y merecen que seamos capaces de ponernos de acuerdo.
La Ley de Seguridad del Paciente es uno de los temas que más preocupa al Sindicato de Enfermería. ¿Por qué se está dilatando tanto su tramitación?
La respuesta es simple; porque no hay voluntad política, concretamente en un partido que es el mayoritario en el Gobierno de la nación. Estoy hablando del Partido Socialista Obrero Español, que lleva varios meses bloqueando de manera intencionada que se avance en la
tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente.
Hay constancia de la voluntad inequívoca por desbloquearla del Partido Popular, Ciudadanos, VOX y Unidas Podemos. Podemos con una salvedad porque ha manifestado públicamente su clara voluntad de desbloquear y avanzar para que la Ley de Seguridad del Paciente sea una realidad, pero también es cierto que cada semana, cuando hay que votar, se pliega a la voluntad del partido mayoritario en el Gobierno que es el PSOE.
Me consta la sensibilidad de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, con este tema. Creo que tiene intención de desbloquear la Ley y confío en su interés por los pacientes, por la seguridad en los centros sanitarios y por avanzar y mejorar la situación de los profesionales. Espero que a la vuelta del verano pueda desbloquear esta situación en el Congreso de los Diputados.
Manuel Cascos hace balance del último curso político en el plató de Redacción Médica.
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Entonces, ¿confía en que haya una pronta activación del proceso?
Confío en que así sea. La ciudadanía no entendería que se siga bloqueando una norma que solo persigue seguridad para los pacientes en nuestros centros sanitarios.
En cuanto a las agresiones que sufren los sanitarios, ¿estas se deben a un descontento por parte de la ciudadanía?
Creo que sí. Mi organización sindical lleva años pidiendo que se investigue el origen de las
agresiones a sanitarios y la Administración se niega sistemáticamente. Creo que se niega porque hay una falta de satisfacción con el sistema sanitario, por lo que la ciudadanía, los pacientes y los familiares pagan el malestar con los profesionales, que solo están para ayudar y cuidar cuando tienen un problema de salud. En 2020, se produjeron más de 8.000 agresiones a profesionales sanitarios, más de 2.000 enfermeras y enfermeros. En 2021, más de 10.000.
Evidentemente, esto hay que resolverlo y es motivo de satisfacción que un partido político se haya hecho eco de la
Proposición de Ley que nuestra organización trasladó a todas las formaciones. El Partido Popular ha registrado ya en el Congreso ese Proyecto de Ley para que salga adelante. Espero que los grupos sean capaces de ponerse de acuerdo porque sería la única manera de abordar de manera integral la lacra de las agresiones en nuestros centros sanitarios.
¿Espera que esta normativa no se demore como ha ocurrido con la Ley de Seguridad del Paciente?
Sería sorprendente que los grupos políticos pusiesen trabas y dificultades para que la norma avanzase con agilidad.
"Los profesionales de la sanidad pública requieren, necesitan y merecen que seamos capaces de ponernos de acuerdo"
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La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguró que comenzaría muy pronto la redacción de la iniciativa Marco en Cuidados del Sistema Nacional de Salud. ¿Se ha avanzado al respecto?
La ministra dijo públicamente que tenía interés y que era una prioridad para su Ministerio. No lo pongo en duda, pero, a fecha de hoy, no hay nada real. Es verdad que ha expresado la voluntad de avanzar a la vuelta del verano y confío en que así sea.
De la misma manera, confío en que para que esto llegue a buen puerto cuente con la organización profesional que represento, que es Satse, porque aportamos frescura. Somos la organización que está en los centros sanitarios, que conoce la realidad de la atención sanitaria y de los cuidados. Los delegados están todos los días en los hospitales y atendiendo a nuestros compañeros.
Por tanto, confío en que esta organización esté presente porque, insisto, aportaría frescura, información y, sin lugar a dudas, colaboración para que esto sea una realidad.
Ante el déficit de médicos de Familia, se está apostando por el liderazgo enfermero. ¿Qué cambios legislativos se tienen que llevar acabo para que las enfermeras puedan asumir más competencias?
El liderazgo enfermero no se tiene que generar como consecuencia de la falta de médicos. El liderazgo enfermero se lleva ejerciendo desde hace muchos años en otras parcelas, como en la atención hospitalaria a domicilio, cirugía menor, triaje en los hospitales...
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, no creo que sea necesario ningún marco legislativo nuevo. La normativa establece que la planificación, dirección, evaluación y ejecución de los cuidados es responsabilidad directa y exclusiva de las enfermeras. Por tanto, hay un marco normativo más que suficiente para desarrollar competencias enfermeras; ya se han producido en otros momentos y estoy seguro de que se desarrollarán en el futuro. No obstante, sí considero que el desarrollo de nuevas competencias requiere de recursos adicionales, procedimientos y protocolos establecidos para asegurar la atención.
El presidente del Sindicato de Enfermería, Manuel Cascos.
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¿Cree que ese posible aumento de competencias puede motivar el regreso de las miles de enfermeras que se encuentran en el extranjero?
Por supuesto. Un entorno de trabajo en el que haya una motivación profesional puede ser un atractivo para la vuelta de las más de 8.000 enfermeras que hay en países de nuestro entorno. Es una motivación, pero creo que no es suficiente.
Nuestro Plan de Retorno y Estabilidad, que mi organización ya trasladó a los grupos políticos y al Ministerio hace años, estipula que es necesario, además de estabilidad laboral, ofertas públicas de empleo cada dos años y una bolsa de trabajo donde la baremación esté actualizada al día con listas definitivas de manera anual.
Por otro lado, es necesario que exista una inscripción inmediata y retribuciones dignas. Además, que se proteja la seguridad del paciente, en cuanto a la ratio de enfermera-paciente, y se permita a la profesión desarrollarse en todo su conjunto.
Asimismo, también son necesarios otros estímulos, como asumir el viaje de vuelta de los compañeros y compañeras que deciden regresar a nuestro país; establecer guarderías en los hospitales; participación en la toma de decisiones políticas y directivas de las enfermeras; establecer un mes de salario adicional cuando se incorpore; y un plan de acogida que le ayude a situarse en un nuevo entorno.
Esto a cambio de un compromiso de trabajo de, al menos, cuatro años en nuestro país. Es el Plan de Retorno y Estabilidad que consideramos que habría que establecer no solo para recuperar a las 8.000 enfermeras y enfermeros que están fuera de nuestro país, sino también para que el resto no quieran irse.
¿Considera que la oferta de plazas EIR debería aumentarse de cara a la próxima convocatoria?
Cuando hablamos de enfermero residente especialista estamos hablando de desarrollo de las especialidades. Nuestra organización apuesta por el desarrollo de las especialidades, pero no queremos el modelo médico. Es decir, no queremos perder la perspectiva, la visión integral de la atención a los pacientes ni parcelarles como ocurre con la profesión médica. En definitiva, no queremos perder la visión en conjunto de los pacientes.
No obstante, esto hay que hacerlo compatible con el desarrollo de las especialidades. Antes de estimar cuántas plazas EIR son necesarias, habría que determinar qué puestos de trabajo son susceptibles de ser ocupados por enfermeras y enfermeros especialistas y qué es lo que van a aportar al sistema sanitario, a los pacientes y a la profesión.
¿Cuál es la especialidad enfermera más urgente de aprobación?
Antes tenemos que determinar dos cuestiones que están pendientes. Por un lado, los planes formativos de la Enfermería médico-quirúrgica, que no están ni aprobados. Por el otro, está pendiente la segunda prueba de la vía excepcional para Enfermería Familiar y Comunitaria, que se desarrollará previsiblemente antes de diciembre. Esas son las dos prioridades que tiene que abordar el Ministerio y las organizaciones que representamos a la profesión.
Sobre la prescripción enfermera en hipertensión, diabetes y quemaduras, ¿llega tarde la aprobación de las guías? ¿Qué supone la aplicación de estas guías en la práctica asistencial?
El Real Decretó de prescripción se acordó en 2018 y se concedieron dos años para establecer las distintas guías. La pandemia ha contribuido a la dilatación del proceso, pero estamos en 2022. Por tanto, llegamos dos años tarde.
No obstante, he de agradecer el acelerón que el Ministerio de Sanidad ha dado en los últimos meses, en los
se han aprobado tres guías. Estoy seguro de que ese va a ser el camino y la dinámica que va a imprimir la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al resto de guías.
Estoy convencido de que, cuando finalice el verano, seguirán creciendo las guías de prescripción enfermera, de uso, indicación y autorización de medicamentos sujeto a prescripción facultativa que son vitales para el desarrollo de la profesión enfermera y para la atención en los centros de salud.
"Nuestra organización apuesta por el desarrollo de las especialidades, pero no queremos el modelo médico"
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¿Es partidario de un sistema de recertificación enfermera?
Es un debate controvertido porque la
recertificación es acreditar que el profesional está en condiciones de ejercer su profesión. No soy capaz de valorar a ningún compañero para concluir si está en condiciones o no de ejercer su profesión.
El sistema sanitario tiene mecanismos suficientes para detectar cuando un profesional evidencia algún déficit en su actividad de atención y de cuidados. Por tanto, no creo que la recertificación establecida por un organismo sea la solución.
¿Y para los profesionales que han estado un periodo de tiempo alejados de la actividad?
Si un profesional ha estado alejado de la atención sanitaria directa, me parece razonable que, de alguna manera, se establezca un mecanismo de recertificación que pueda acreditar que sigue al día en los conocimientos y en las habilidades propias de su profesión, pero solo en esas situaciones.
Cascos señala qué está entorpeciendo la tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente.
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¿Considera que la jubilación anticipada tiene que ser una condición extensible a todos los profesionales de Enfermería o en función de las características del puesto que se desarrolla?
La jubilación anticipada y voluntaria es un derecho y una deuda con la profesión enfermera sin excepción alguna. Cuando en su día se acordó la jubilación anticipada y voluntaria para la Policía, el derecho no se estipuló según el puesto de trabajo.
No quiero restar importancia a ninguna de las profesiones que hoy tienen reconocida la jubilación anticipada y voluntaria, pero sí hay una que merece de verdad este derecho es la de Enfermería. Una realidad acreditada por múltiples estudios científicos.
No olvidemos que las enfermeras tienen que estar a lo largo de toda su vida profesional, en ocasiones más de 40 años, bajo una alerta y una vigilancia permanente en su puesto de trabajo. Son problemas de salud y son vidas las que están en sus manos; el trabajo no les permite relajarse ni un minuto.
¿Está preparado el SNS para una jubilación anticipada y unas jornadas laborales de 32 horas/4 días?
Primero me gustaría recomponer lo que se arrebató con los recortes y aún no se ha recuperado. En estos momentos, tenemos ocho comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla, que pertenecen al Ingesa, que no tienen establecida la jornada de 35 horas. Por tanto, primero recuperemos las 35 horas en el conjunto del Estado.
Antes de valorar otras opciones, mi organización apuesta por el reconocimiento del solape. Tenemos que reconocer el trabajo extra que las enfermeras dedican cada día en los relevos de turno y que no es compensado de ninguna manera por la Administración.
Por tanto, recuperemos en la mitad de España las 35 horas en los servicios salud y acto seguido abordemos el solape. Después de esas cuestiones resueltas, podremos hablar de los cuatro días de trabajo a la semana.
"La jubilación anticipada y voluntaria es un derecho y una deuda con la profesión enfermera sin excepción alguna"
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Sobre la polémica FP sociosanitaria, ¿cuáles serán las competencias sanitarias de esta nueva figura?
Tengo que agradecer públicamente la confianza que depositó el Ministerio de Educación en esta organización para llevar a cabo la negociación. Era algo que alarmó al colectivo tremendamente porque pensamos que era una amenaza para nuestra profesión. El Ministerio de Educación entendió nuestras alegaciones y aceptó todas. Confío plenamente en que se respete lo acordado y es que no va a tener ninguna competencia sanitaria; serán todas competencias no sanitarias.
Por último, ¿cuál es la hoja de ruta del Sindicato de Enfermería para el próximo curso?
El 2022 ha sido el año de la movilización enfermera y 2023 tiene que ser el de las soluciones. Somos conscientes de que el año que viene puede haber mayor interés político por escuchar a los colectivos y por resolver los enormes problemas que tiene nuestra sanidad pública. Estaremos dispuestos a sentarnos a hablar, dialogar y negociar alternativas y soluciones para la sanidad pública y para las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas.
Por tanto, en ese espacio político de elecciones municipales, elecciones autonómicas y elecciones generales, Satse va a estar en primera línea para intentar ayudar y colaborar desde la lealtad, pero también desde la firmeza y la contundencia. No vamos a renunciar a ningún espacio, actividad, acción reivindicativa ni movilización.
Hemos hablado con los compañeros docentes y tenemos intención de proponer a los compañeros médicos analizar la situación de la sanidad. Tenemos claro que debe ser el año en que nuestra sanidad y nuestros profesionales de Enfermería y Fisioterapia mejoren.
Por otro lado, los presupuestos sanitarios dejarán de recibir 60.000 millones de euros del 2020 al 2025. En 2020, era del 7,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). La previsión del Gobierno es que baje hasta el 6,6 por ciento para 2025, lo que supone una pérdida anual de casi 12.000 millones de euros, que a lo largo de los cinco años serán 60.000 millones de euros menos para el sistema sanitario.
No creo que esa sea la manera de agradecer al sistema sanitario ni a sus profesionales los dos años de lucha contra la pandemia. En países del entorno europeo dedican a sanidad en torno al 8 por ciento y al 9 por ciento del PIB. Por tanto, es una responsabilidad del Gobierno; la nuestra es trabajar para cambiar las cosas con las que no estamos de acuerdo. No estamos de acuerdo con ese presupuesto, que es cicatero y que no da respuesta a las necesidades del sistema, de los pacientes y de los profesionales.
Tampoco estamos de acuerdo con que no se resuelvan cuatro grandes temas de nuestros profesionales. Estamos hablando de la Ley de Seguridad del Paciente, jubilación anticipada y voluntaria, agresiones y grupo A. Por tanto, esos cuatro grandes asuntos formarán parte de nuestra hoja de ruta a partir de septiembre y todo el año 2023.
Olalla Batres, redactora de Redacción Médica, y Manuel Cascos en el plató de Redacción Médica.
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