María José García, secretaria general técnica de Satse.
La situación de los
profesionales de Enfermería se ha deteriorado desde 2012 hasta el punto de que el 80 por ciento afirman estar estresados. Según datos de una encuesta elaborada por el sindicato
Satse, el 51 por ciento dicen tener "estar quemados".
El estudio, con una muestra de 1.903 encuestados, destaca
la pérdida de condiciones laborales por la crisis: un 89,75 por ciento cree que se han deteriorado por los recortes, mientras que el 82,87 por ciento considera que no tiene tiempo suficiente para atender bien a los pacientes y el 72,2 por ciento estima que la atención prestada a los ciudadanos ha empeorado.
"Padecer estrés afecta al organismo y al desempeño profesional y puede llevar a errores que perjudiquen al paciente”
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Un deterioro del ambiente laboral que se evidencia en la falta de personal, un hecho que destacan el 81 por ciento de los encuestados. Estas situaciones de estrés, además, afectan a la vida personal de los profesionales ya que
el 96 por ciento sufre tensión muscular, el 90 por ciento siente nerviosismo, temor o angustia asociados al estrés profesional y el 44,75 delcara que le afecta negativamente a su vida sexual.
Según ha indicado
María José García, secretaria general técnica de Satse, "padecer estrés afecta al organismo y al desempeño profesional y puede llevar a errores que perjudiquen al paciente". Una situación que va a llevar a que sean "los profesionales de Enfermería quienes
necesiten los cuidados del Sistema Nacional de Salud". De momento, aporta un dato: el 10 por ciento de los encuestados ha tenido que coger una baja en algún momento por estrés.
Solo una mejora desde 2012
El problema para García es que, aunque se hable del fin de la crisis, las mejoras no llegan a la Enfermería. Si en 2012, el 84 por ciento de los encuestados afirmaban que su ambiente laboral era malo, en 2017 ha subido al 85,75 por ciento.
En general, todos los indicadores muestran un empeoramiento de las condiciones, según García, que apunta a una salvedad:
en 2012 casi el 60 por ciento de los encuestados afirmaba quedarse más horas para sacar el trabajo adelante. En 2017, ha bajado al 51 por ciento. La explicación que encuentra la responsable técnica del sindicato es que "los enfermeros se han cansado de quedarse más allá de su turno, que no se les reconozca y que la Administración se acostumbre a que el trabajo salga gracias a su esfuerzo extra".
Los datos de la encuesta se van a enviar al Ministerio de Sanidad y, desglosado por regiones, a los responsables de Sanidad de las Comunidades Autónomas para que tomen medidas. "
No basta con ajustar mejor la calefacción en los centros de salud para decir que se mejoran las condiciones", critica García, que apunta a invertir en plantillas enfermeras y recuperar la jornada de 35 horas como primeros pasos para mejorar la situación de los profesionales.
"Invertir en Enfermería
es invertir a corto plazo en el sistema y a largo plazo en unos ciudadanos con más y mejor salud", ha concluído la responsable de estudios de Satse.
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