Andrea Fernández, R1 de Pediatría en el Hospital Universitario Central de Asturias.
"¿Es normal plantarse
dejar la residencia EIR dos veces por semana?". Esta es la pregunta que la
enfermera Andrea Fernández, R1 de Pediatría en el Hospital Universitario Central de Asturias, compartía hace unos días con sus seguidores desde su perfil de TikTok. Aunque asegura que se trataba de un momento "de bajón", no es la única que ha pensado en
dejar la Enfermería en algún momento.
El principal motivo negativo que le ha hecho replantearse su condición de residente es su
sueldo EIR. "
Es muy decepcionante que para poder cobrar el salario mínimo tengamos que hacer, por lo menos, una
guardia de 12 horas", detalla a Redacción Médica, lamentado que el objetivo de realizarlas no sea simplemente formativo.
"La
diferencia de sueldo con una enfermera generalista es muchísima,
casi el doble. El SESPA ha convocado recientemente plazas de enfermera especialista de varias especialidades, entre ellas, Pediatría. También espero que esa especialización se vea reflejada económicamente, aunque parece que aún queda mucho recorrido para ello. Mi objetivo es poder optar a alguna de esas plazas en el futuro", añade.
Sin enfermera especialistas en los Servicios
No es la única queja que tiene sobre estos primeros meses de
especialización enfermera. Fernández no entiende que haya veces que cuando rota por un Servicio no haya profesionales que cuenten con la
especialidad correspondiente. "Las hacemos con el fin de formarnos en una especialidad,
no se entiende que rotemos con profesionales no especialistas que están cubriendo el Servicio de forma temporal y, a veces, era su primer día en la Unidad. Somos profesionales realizando una especialidad, no alumnos de la facultad", argumenta esta enfermera.
"Mejorará el sueldo, pero la opción de trabajar como enfermera en una Unidad pediátrica no la veo tan clara; no sé si compensa"
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"Ahora mismo soy R1 por lo que me queda, aproximadamente, un año y medio para finalizar la especialidad. Como mínimo, mejorará el sueldo, pero la opción de trabajar como enfermera en una Unidad pediátrica, por desgracia, no la veo tan clara, con lo que no sé si compensará el sacrificio de estos años", reflexiona Fernández.
Una situación que cree que dependerá del área sanitaria en la que trabaje: "No es lo mismo trabajar en un área sanitaria con grandes hospitales de referencia que en hospitales comarcales o más pequeños donde la pediatría se limite a una planta de hospitalización", apunta.
Cobrar el triple siendo enfermera generalista
De hecho, no es la primera vez que una
enfermera residente critica el salario que recibe durante su formación. Hace unos meses, una R1 de Salud Mental, hacía pública su primera nómina: 741,51 euros. "
Como enfermera generalista cobraba más del triple", detallaba a través de una publicación en X. "Con guardias lo máximo que puedo cobrar son 1200-1300. Y con todo y eso, como tú dices, sigue sin ser un salario digno. Es una lástima sinceramente. Supongo que todo en la vida no se puede tener y hay que sacrificar algo”.
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