Cristina Galván, vicepresidenta de IACS.
8 sept. 2023 16:15H
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En un momento en que los casos diagnosticados de sarna (también denominada escabiosis) en España parecen en continuo aumento, los fracasos del tratamiento se hacen patentes. Así lo ha reflejado el estudio observacional, transversal y multicéntrico impulsado, ante el aumento de diagnósticos, por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) en colaboración con el Grupo de Trabajo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV, publicado bajo el título de “Características clínicas y epidemiológicas de pacientes diagnosticados de escabiosis en España: oportunidades de mejora. Estudio transversal multicéntrico CLINI-AEDV” en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas.
La sarna, una enfermedad infecciosa prevalente a nivel global que afecta a la piel, plantea nuevos desafíos a los especialistas. Esta infección está protagonizando un aumento sostenido de número de casos en los últimos años, tendencia al alza que se vio incrementada coincidiendo con la pandemia Covid-19.
Pese a que no hay registros de incidencia de la enfermedad, tanto a nivel global como en España, se disponen de datos indirectos como el aumento de prescripciones de fármacos destinados a su tratamiento, descrito en un estudio realizado por la AEDV, que indican que su frecuencia está aumentando en los últimos años.
“La sarna puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, situación de salud y condición socioeconómica”, ha explicado Cristina Galván, vicepresidenta de IACS (International Association for the Control of Scabies) y miembro de la Fundación Lucha Contra las Infecciones, frente a la creencia errónea de que “es una enfermedad de tiempos pretéritos, vergonzante y relacionada con la suciedad y la pobreza”.
Estudios colaborativos entre dermatólogos en una plataforma
La recogida de datos para la realización del trabajo presentado por la AEDV se realizó de forma prospectiva en los meses de abril y mayo de 2023, dentro de la plataforma CLINI-AEDV de la Academia Española de Dermatología y Venereología, que facilita la realización de estudios colaborativos entre dermatólogos. En este estudio participaron 44 dermatólogos de 15 Comunidades Autónomas, que reclutaron en sus consultas 186 casos de escabiosis activa.
El rango de edad de los pacientes fue de 0 a 91 años, siendo la mitad jóvenes menores de 28 años. Aunque se presuponía que en la actualidad eran más frecuentes formas atípicas de escabiosis, el 92 por ciento de los casos presentaban escabiosis típica, lo que facilita su reconocimiento.
Destaca que un 65 por ciento de los pacientes diagnosticados en las consultas de dermatología había recibido tratamiento escabicida previo para el episodio en curso. De estos pacientes, sólo un 36 por ciento había recibido y cumplimentado una pauta terapéutica adecuada y que incluyera el necesario tratamiento simultáneo de personas convivientes, y un 50 por ciento no tuvo a su disposición un documento escrito y claro con las recomendaciones. Por tanto, una elevada proporción de los casos de sarna atendidos actualmente en las consultas de dermatología en España ha recibido tratamiento previo, indicando que, con frecuencia en estos pacientes el tratamiento prescrito no ha sido eficaz, y en gran parte de estos casos, no se había cumplimentado de forma correcta.
“Es posible que todavía estemos en una ola de intensificación de contagios de sarna, y en este estudio, se observan aspectos en el manejo de los casos que se pueden mejorar, y que pueden justificar parte de los fracasos terapéuticos”, ha reconocido esta experta, primera firmante del estudio de la AEDV, quien también ha asegurado que “trabajar en la mejora de las deficiencias encontradas ayudará a un mejor control de la enfermedad y a evaluar la efectividad actual de los escabicidas disponibles".
Coordinación para optimizar tratamientos y controles
Siguiendo esta línea, los investigadores pertenecientes a la Academia y al Grupo Español de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV han concluido que, al tratarse de una patología transmisible cuya frecuencia está aumentando, y en la que se confirma la dificultad para eliminarla con los tratamientos disponibles, es importante la coordinación entre dermatólogos, médicos de atención primaria y salud pública para optimizar los tratamientos y el control comunitario de la enfermedad.
No obstante, como ha indicado Galván, “reconocer los casos y los brotes con la mayor diligencia posible y conseguir el tratamiento de todos los contactos cercanos a los afectados es clave” así como, por parte de los dermatólogos, “colaborar en la formación y trabajar en equipo con los organismos de salud pública y con compañeros de asistencia primaria, de pediatría, de enfermería, de los servicios de urgencias y de otras especialidades cómo geriatría y alergología”.
En este sentido, los dermatólogos quieren lanzar un mensaje de calma y transmitir su esperanza, puesto que este estudio ha detectado claros puntos donde pueden implementarse mejoras y por la existencia de varios fármacos para el tratamiento de la enfermedad y de distintos estudios dirigidos al “desarrollo de nuevos fármacos con mayor actividad escabicida, buen perfil de seguridad y de uso más sencillo”, lo que facilitará el tratamiento de la enfermedad
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