El veneno tiene un efecto similar a la morfina.
25 oct. 2017 11:20H
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La toxina protoxina II (ProTxII), presente en el veneno de la tarántula, ayuda a reducir el dolor producido en las quemaduras, según un estudio del Imperial College London (Reino Unido).
La investigación, dirigida por Istvan Nagy y publicada en The Journal of Molecular Medicine, ha descubierto que la toxina es capaz de bloquear de manera específica el canal de sodio Nav1.7 - que actúa como un interruptor en las neuronas del dolor-, reduciendo significativamente la transmisión del dolor a la médula espinal de manera similar a la morfina.
Cuando las neuronas especializadas en la transmisión del dolor (nociceptores) reciben una estimulación nociva suficientemente intensa, los canales de sodio presentes en dichas neuronas se abren permitiendo la transmisión de la señal de dolor hasta la medula espinal. El Nav1.7 determina si se transmite o no esa información al cerebro.
Aunque la toxina en ella misma no es apta como estrategia terapéutica, estos hallazgos indican que el bloqueo de Nav1.7 podría ser útil en la reducción de dolor en los pacientes quemados y evitar los efectos secundarios provocados por otras terapias actuales.
Evitar los efectos secundarios no deseados
Los científicos recuerdan que, aunque las mejoras en el tratamiento de quemaduras de primer y segundo grado han aumentado la tasa de supervivencia en países desarrollados, las opciones clínicas para tratar el dolor asociado a la lesión y su recuperación son reducidas y producen efectos secundarios no deseados. Este dolor es una de las consecuencias que más preocupan a los supervivientes, lo que contrasta con los limitados progresos que se han hecho en cuanto a su tratamiento eficaz.
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