Los macrófagos engullen el pigmento del tatuaje.
Investigadores en Francia han descubierto que, aunque un tatuaje puede ser para siempre, las
células de la piel que llevan el pigmento del tatuaje no lo son, pero pueden
pasar el pigmento a las
nuevas células cuando mueren. El estudio, que se publica este martes en
Journal of Experimental Medicine, sugiere formas de
mejorar la capacidad de la cirugía láser para eliminar los tatuajes no deseados.
Durante muchos años, se pensó que los tatuajes funcionaban tiñendo las células de fibroblastos en la capa dérmica de la piel; pero más recientemente, los investigadores han sugerido que los
macrófagos -células inmunes especializadas que residen en la dermis-
se sienten atraídos por la herida infligida por la aguja del tatuaje y
engullen el
pigmento del tatuaje del mismo modo que normalmente se tragan un patógeno invasor o una parte de una célula moribunda. En cualquier caso, se supone que
la célula portadora de pigmento vive para siempre, permitiendo que el tatuaje sea más o menos
permanente.
Un equipo de investigadores dirigido por
Sandrine Henri y
Bernard Malissen, del Centro de Inmunología de Marsella-Luminy, en Francia, desarrolló un
ratón genéticamente modificado que les permitió matar los macrófagos que residen en la dermis y algunos otros tejidos. Durante las siguientes semanas, estas células son
reemplazadas por nuevos macrófagos derivados de células precursoras conocidas como
monocitos.
Los autores de este trabajo encontraron que los
macrófagos dérmicos eran el único tipo de célula que tomaba pigmento cuando
tatuaron las colas de los ratones. Sin embargo, la
apariencia de los tatuajes
no cambió cuando mataron los macrófagos. El equipo determinó que los macrófagos muertos liberan el pigmento en su entorno, donde, en las siguientes semanas, es
absorbido por nuevos macrófagos derivados de monocitos antes de que pueda dispersarse.
La ablación transitoria de los macrófagos puede ayudar a borrar tatuajes
Este
ciclo de captura, liberación y recaptura del pigmento se produce de
manera continua en la piel tatuada, incluso cuando los macrófagos no se eliminan en una sóla explosión. Los investigadores
transfirieron una parte de la piel tatuada de un
ratón a otro y descubrieron que, después de 6 semanas, la mayoría de los macrófagos portadores de pigmento derivaban del receptor, en lugar del animal donante.
"Creemos que cuando los macrófagos cargados de pigmento del tatuaje mueren durante el curso de la vida adulta, los macrófagos vecinos
recuperan los pigmentos liberados y
aseguran de manera dinámica la
apariencia estable y la persistencia a largo plazo de los tatuajes", explica Henri. Los tatuajes se pueden eliminar mediante
pulsos de láser que hacen que las
células de la piel
mueran y liberen su pigmento, que luego puede ser
transportado lejos de la piel y hacia el
sistema linfático del cuerpo.
"La eliminación del tatuaje puede mejorarse al combinar la cirugía láser con la
ablación transitoria de los macrófagos presentes en el área del tatuaje -plantea Malissen-. Como resultado, las partículas de pigmento fragmentadas generadas mediante
pulsos láser no serán recapturadas inmediatamente, una condición que aumenta la probabilidad de que se drenen a través de los vasos linfáticos".
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