La rosácea afecta principalmente a mujeres de entre 30 y 50 años
Un nuevo estudio científico ha asociado
la rosácea con el consumo de cafeína. Así, a mayor consumo de cafeína (proveniente del café, no de tés ni de otras fuentes)
menor posibilidad hay de que aparezca esta patología cutánea.
La rosácea es una enfermedad crónica de la piel que causa enrojecimiento y rubor, generalmente suele manifestarse en la cara y el cuello. Es muy común, tanto que afecta al 10 por ciento de la población mundial, especialmente a las mujeres de 30 a 50 años.
Hasta ahora no se tenía evidencia científica de la relación de esta sustancia con esta irritación cutánea, por lo que los investigadores se plantearon “determinar la asociación entre el riesgo de la aparición de la rosácea y la ingesta de cafeína, incluido el consumo de café”. Sí se sabía, no obstante que la
cafeína disminuye la vasodilatación y tiene
efectos inmunosupresores, por lo que cabía la posibilidad de que disminuyera el riesgo de aparición, aunque también pudiera ser que el calor del café fuera un desencadenante de los brotes.
Datos del NHS
Para analizar está relación, han tomado los datos de 82.737 pacientes, procedentes del Estudio de las Enfermeras (NHS II, por sus siglas en inglés). Gracias a estos datos, los investigaores, Suyun Li, Michael L. Chen y Aaron M. Drucker, han concluido que el “aumento de la ingesta de cafeína del café está inversamente asociado con el
riesgo de un incidente de rosácea”.
Sin embargo, “otros análisis encontraron que el aumento de la ingesta de cafeína de los alimentos que no son café (té, refrescos y chocolate) no se ha asociado significativamente con un menor riesgo de rosácea”.
De ahí que los investigadores se hayan planteado la necesidad de abordar estos hallazgos “
para explicar los mecanismos de acción de estas asociaciones”, así como para replicar los resultados del estudio en otras poblaciones y para “explorar la relación de la cafeína con diferentes subtipos de rosácea”.
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