Donís Muñoz Borrás.
Con el paso del tiempo,
realizarse un tatuaje ha dejado de ser una
excepción para convertirse en una
tendencia muy arraigada entre la sociedad. Ante una
reacción inflamatoria a la
tinta la
biopsia se convierte en la principal solución, ya que además de permitir iniciar un
seguimiento al paciente, el tatuaje puede ofrece información de si la persona sufre
sarcoidosis sistémica oculta en un órgano vital e identificarlo al instante.
El dermatólogo y profesor de la
Universidad CEU Cardenal Herrera de Madrid,
Donis Muñoz, afirma en
Redacción Médica que cuando una persona sufre una reacción inflamatoria, “la mayoría de las veces las
pruebas alérgicas salen
negativas, por lo que hablar de alergia a la tinta es un tratamiento bastante dudoso. Los pigmentos a lo largo del tiempo sufren un
proceso de degradación por medio de la interacción con los tejidos, la exposición solar o la degradación del láser al borrar un tatuaje. Cuando los pigmentos se convierten en
otros productos el cuerpo
reacciona y justificaría que reaccionen al cabo de un tiempo indeterminado”.
Por lo que respecta a la
posible relación de la piel tatuada con la aparición de lesiones tumorales, el dermatólogo deja claro que “estas heridas pueden aparecer después de cualquier
traumatismo. La causa es que el paciente tiene una herida, por lo que
no existe ninguna relación entre las tintas para tatuar y la aparición de tumores benignos o malignos. Cuando tiene lugar este escenario, el tumor puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, no tiene la exclusividad la zona tatuada. Más que una relación
causal hablamos de una relación
casual”.
"Una reacción frente a la tinta puede ser la única manifestación de una sarcoidosis sistémica"
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Muñoz considera vital la
intervención de un especialista en Dermatología cuando un paciente sufre una
reacción inflamatoria por el tatuaje. “Lo primero que hay que hacer es una
biopsia y practicar
pruebas alérgicas tiene muy
poca practicidad. Una reacción inflamatoria frente a la tinta puede ser la primera y única manifestación de una
sarcoidosis sistémica, por lo que una biopsia puede llegar a
salvar la vida al paciente. El tatuaje es la víctima de la
sarcoidosis, no la causa, por lo que, si el paciente no tuviera el tatuaje, podría sufrir la enfermedad de todas formas. Así pues, los pigmentos
actúan de chivato para saber si el paciente sufre sarcoidosis en un órgano vital que puede haber dado o no manifestaciones. A partir de aquí, se iniciaría un seguimiento al paciente”.
Reacciones cruzadas en el pigmento de los tatuajes
La
activación de una
misma clase de pigmentos del tatuaje sobre la piel es una situación que Muñoz denomina como “
reacciones cruzadas. En un momento determinado por el momento que sea un color genera una reacción inflamatoria y en un espacio de pocas semanas todos tatuajes del mismo color se rebelan también. Cuando ocurren reacciones cruzadas en un dato que nos hace pensar que puede ser una
reacción alérgica propiamente dicha.
El color que genera el 80 por ciento de las reacciones inflamatorias es el rojo”.
"El color que genera el 80 por ciento de las reacciones inflamatorias es el rojo"
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La Dermatología sigue profundizando en el
abordaje de los tatuajes y en sus posibles reacciones a la piel, además de catapultar la biopsia como técnica para conocer posibles enfermedades como la sarcoidosis sistémica. Muñoz sigue defendiendo que, ahora, “la utilidad de las pruebas alérgicas en tatuajes escasamente rentable”.
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