Exterior de la cárcel de Picassent.
Una enfermera, encarcelada como presunta cómplice del asesinato de su marido,
pudo presionar a la familia de su pareja para reclamarle una deuda de 30.000 euros,
según publica el diario Levante. El amante de Maje (la enfermera), autor confeso del crimen, exculpó a esta de toda responsabilidad del asesinato.
En concreto, el hermano del fallecido llegó a recibir hasta doce llamadas en un mismo día
de la madre de la enfermera para intentar acelerar todos los trámites relacionados con la herencia. Fuentes próximas a la familia han señalado que “al parecer,
era la enfermera quien presionaba a su madre para que reclamase la supuesta deuda”.
Maje (la enfermera) sostiene que la vivienda la pagaron a medias, aunque parte de su aportación (30.000 euros) se habría
producido en b. En las escrituras consta que el 80 por ciento de la propiedad correspondía al marido y el 20 por ciento a la enfermera. La madre de la enfermera “ha llegado a exigir a la familia del fallecido que
se firmase el reconocimiento de esa deuda que, en realidad, no aparece en ningún documento reflejada”, han explicado estas mismas fuentes.
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