Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares.
El
Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares ha ratificado la condena de ocho años y medio de prisión para el hombre acusado de
intentar matar a un médico que lo atendía en un centro de salud. La sentencia, que ya había sido dictada por la Audiencia de Baleares, también incluye una serie de medidas de protección para la víctima, como una orden de alejamiento, y una
indemnización que supera los
ocho mil euros.
Tal y como indica el
Poder Judicial en su escrito, el incidente ocurrió cuando el médico estaba atendiendo al acusado en la
sala de curas. El facultativo notó que el paciente
lo estaba grabando sin su permiso y le indicó que apagaría el móvil. En ese momento, el hombre aprovechó para coger unas
tijeras quirúrgicas y, de manera sorpresiva,
atacó al médico, hiriéndolo en el cuello, pecho y espalda.
Una "predisposición agresiva" contra el médico
El tribunal ha considerado que
la agresión fue premeditada, y señala que el acusado tenía una “innegable
predisposición agresiva que se hizo realidad mediante un acometimiento personal por la espalda del agredido”. Para ello, utilizó “las tijeras de que se había provisto instantes antes de recibir propiamente la
asistencia médica y que inicialmente descargó contra la zona yugular, después contra el pecho, y también contra el trapecio de la víctima”, según detalla la sentencia.
“El
potencial homicida del instrumento empleado, su obtención previa al incidente por el que se efectuó el ataque y el número de veces que fue descargado contra zonas de compromiso vital permitieron al tribunal de primera instancia alcanzar una conclusión no errónea ni irrazonable sobre la concurrencia de un
ánimo homicida”, añade el fallo.
El ataque terminó cuando el médico y otras personas lograron
quitarle las tijeras al agresor. Por este motivo, el tribunal concluyó que el acusado no interrumpió la
agresión voluntariamente, sino porque fue obligado a detenerse.
El agresor no podrá volver a ese centro de salud
La sentencia recoge que por estos motivos, el agresor, un hombre de origen dominicano,
no podrá acercarse a menos de 500 metros del médico ni comunicarse con él durante 15 años. Además,
se le prohíbe acudir al centro médico donde ocurrió el ataque. Junto a esto, deberá pagar una
indemnización de 8.250 euros a la víctima por los daños causados.
El tribunal ha determinado que una vez cumplidas las tres cuartas partes de su condena, el hombre
deberá abandonar España y no podrá regresar al país
durante los próximos 10 años. El condenado aún tiene la opción de presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
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