Ricardo Martínez Platel. Madrid
El Foro Sanidad y Derecho, que organiza el Hospital La Paz, ha abordado cuestiones éticas y legales que presenta la práctica asistencial de la genética. Inés Huerta, magistrada del Tribunal Supremo, se ha preguntado qué puede reportar al individuo un exceso de información sin consecuencias prácticas.
Inés Huerta.
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Huerta ha reconocido que en este terreno existen vacíos legales, por lo que conviene "proteger al menor y que decida cuando sea mayor" sobre la conveniencia de hacerse determinadas pruebas. Según la magistrada, "el sistema sanitario no puede imponer el mapa genético" y, por tanto, en estas circunstancias "no se puede pedir responsabilidad ni a la Administración , ni al propio profesional".
Por su parte, Sixto García-Miñaúr, médico especialista en Pediatría y Genética Clínica del mismo centro, ha explicado que el asesoramiento genético es un acto médico que va más allá de dar un resultado. Como ha señalado, en muchos casos, aquello que se trata en las consultas, al tratarse de un tema genético, afecta a las familias y por eso es importante una buena coordinación, que también ahorra gastos al sistema.
El experto ha señalado que todo debe recogerse en el informe médico, incluyendo la ausencia de diagnóstico. García-Miñaúr considera que ofrecer una información adecuada al paciente es clave para que éste pueda tomar una decisión y es una prueba de respeto a la autonomía del mismo. Por eso, especialmente en este terreno, cuando se trata de interpretaciones inciertas de resultados, hay que extremar las precauciones, a través del seguimiento de unos protocolos "para que la gente sepa dónde se mete".
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