El desfibrilador de Philips está diseñado para instruir a cualquier ciudadano en su uso.
17 oct. 2016 15:00H
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Una iniciativa abanderada por el atleta Chema Martínez, bicampeón europeo en 10.000 metros lisos, defiende la instalación de desfibriladores en gimnasios e instalaciones deportivas utilizables por cualquier ciudadano bajo el amparo de la ley, dispongan o no de formación específica, si una emergencia así lo requiere.
En este contexto, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid) y Formación de Emergencias SL-EAST han firmado un acuerdo de colaboración, con Philips como socio tecnológico, para facilitar esa disposición pública de los llamados desfibriladores externos semiautomáticos (DESA).
El convenio incluye formación a los profesionales que trabajan en dichos centros, que se convertirán así en espacios cardioprotegidos. El objetivo principal del proyecto, que lleva por nombre Salvando Vidas, consiste en colocar el mayor número de desfibriladores semiautomáticos en lugares públicos para que una persona común sea guiada en todo el proceso de uso del aparato.
Petición en change.org
Martínez, en efecto, ha impulsado la petición, en la plataforma change.org, para impulsar una normativa de ámbito nacional que promueva la cardioprotección en lugares públicos de gran afluencia de todo el territorio español.
La propuesta incluye una mejoría en el acceso al desfibrilador en espacios y eventos públicos, la despenalización expresa del uso del desfibrilador por cualquier ciudadano que asista a una parada cardiaca y tenga acceso al aparato, cuente o no con formación previa para su uso; y la promoción de la educación desde la escuela en cadena de supervivencia, que permita saber cómo reaccionar ante una parada cardiaca y eliminar el miedo a la aplicación de RCP y el desfibrilador. Casi 4.000 personas han firmado ya esta petición.
Clave en la atención al paro cardiaco súbito
De acuerdo con el consenso sobre instalación de desfibriladores en espacios públicos, elaborado por el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar y la Fundación Gaspar Casal, la desfibrilación se revela como la única intervención eficaz que existe para tratar el paro cardiaco.
Un acceso rápido a la desfibrilación aumenta las probabilidades de supervivencia en tres de cada cuatro casos de paro cardiaco repentino.
El desfibrilador Heartstart, de Philips, guía tanto el proceso de desfibrilación como el de reanimación cardiopulmonar mediante claras instrucciones de voz en castellano y se muestra capaz de adaptarlas al grado de habilidad del usuario.
Los electrodos de desfibrilación integrados, colocados sobre la piel desnuda de la víctima, analizan su ritmo cardiaco para luego transmitir la información al desfibrilador, por lo que su uso no da pie a daño alguno en el paciente, ni siquiera por accidente, ya que el botón con el que se aplica la descarga no se activa si el ritmo cardiaco analizado no es susceptible de recibirla.
30.000 paradas cardiacas fuera del hospital
Según el INE, de cada 110.000 personas fallecidas por enfermedades en el sistema circulatorio, 30.000 son por parada cardiaca fuera del ámbito hospitalario. Además, un 70 por ciento se produce en domicilios y, en la mitad de esos casos, suele haber una persona que lo podría haber evitado utilizando un desfibrilador.
Resulta importante saber que, por cada minuto que transcurre en una parada cardiorrespiratoria, se reducen las probabilidades de supervivencia de la víctima en un 10 por ciento, y es vital actuar antes de los cuatro minutos.
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