José Ramón González-Juanatey.
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (
Cibercv), del grupo que lidera
José Ramón González-Juanatey en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (
CHUS), han demostrado que una
revascularización temprana y un
mayor uso de fármacos de aprobada evidencia revierten directamente en un mejor pronóstico a largo plazo en pacientes con
síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (Iamsest), hasta el punto de
reducir la mortalidad en un 35 por ciento.
El equipo de investigadores se centró en la valoración del impacto que han tenido los cambios en el manejo de estos pacientes en la última década, sobre la
supervivencia y sobre las hospitalizaciones por
insuficiencia cardiaca. Para ello, se desarrolló un estudio que ha analizado datos demográficos, clínicos, ecocardiográficos y angiográficos en cerca de
3.000 pacientes Iamsest categorizados según la escala Grace, incluidos en el
registro CardioCHUS. Los resultados de esta investigación acaban de ser publicados en el
International Journal of Cardiology.
La enfermedad cardiovascular es responsable de
4 millones de muertes al año en Europa, la mayor parte por
enfermedad coronaria. El síndrome coronario agudo, asociado a un aporte insuficiente de oxígeno al tejido cardiaco por un bloqueo repentino de una arteria, es la principal manifestación de ésta patología, siendo el síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST la presentación más frecuente. En España representan dos tercios de las hospitalizaciones por síndrome coronario agudo, y aunque la
mortalidad hospitalaria se ha ido reduciendo a lo largo de los años, ésta todavía oscila
entre el 4 y 6 por ciento.
Reducción de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca
“Los datos incluidos en el estudio muestran un claro paralelismo entre los cambios en el tratamiento y el riesgo de eventos a largo plazo”, afirma
Belén Álvarez, primera firmante del trabajo. “El abordaje invasivo temprano mediante
revascularización percutánea y la
mayor adherencia al tratamiento farmacológico basado en la evidencia ha logrado reducir la mortalidad en un 35 por ciento, y las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca en un 29 por ciento, a lo largo de la última década”, detalla.
Reducciones en la mortalidad y la morbilidad asociadas con el uso de revascularización coronaria y fármacos con amplia evidencia en pacientes hospitalizados con Iamsest habían sido ya descritas en ensayos clínicos aleatorizados. Ahora, este estudio viene de evaluar, en una población española real, la asociación del riesgo inicial y las terapias indicadas por las guías de práctica clínica, particularmente la revascularización temprana, con la mortalidad y las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca. “El estudio aporta un reflejo de la
calidad de la atención en la población española con Iamsest a lo largo del tiempo”, afirman los investigadores.
“Los datos obtenidos sugieren que el desarrollo de redes asistenciales, al igual que se ha hecho en el infarto con elevación del segmento ST, es fundamental en el
pronóstico a largo plazo”, concluyen. Esto sería especialmente importante en los centros que carecen de
servicio de hemodinámica las 24 horas, dado el impacto pronóstico tanto a corto como a largo plazo que tiene la reducción de los tiempos de revascularización temprana en estos pacientes.
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