La mujer está infradiagnosticada respecto al riesgo vascular.
Este domingo, día 28 de mayo, se celebra el
Día Internacional de la Acción por la Salud de las Mujeres. Coincidiendo con esta jornada, la Sociedad Española de Arteriosclerosis (
SEA) ha realizado una llamada de atención respecto al
cuidado de la salud vascular de las mujeres en período de menopausia y post menopausia. Se trata de una etapa crítica de la salud femenina, en la que se debe hacer una
reevaluación completa del riesgo vascular (RV), ya que a partir de este momento de la vida, aumenta considerablemente la morbimortalidad de las mujeres por enfermedad vascular.
La menopausia influye en algunos
factores de RV clásicos: los niveles de colesterol LDL aumentan hasta en un 10 por ciento entre el año previo y el año posterior al cese de la menstruación. Y el colesterol HDL, que se considera un factor protector del RV, en este período de la vida de las mujeres pierde su efecto protector: no hay cambios relevantes cuantitativamente, pero sí en la distribución y función.
“A partir de la
menopausia, el RV de las mujeres
se equipara al del hombre. La enfermedad vascular en la mujer se retrasa unos 10 años respecto a la del hombre. Pero en la transición a la menopausia la prevalencia llega prácticamente a igualarse”, asegura
Rosa Argüeso, miembro de la SEA, especialista en Endocrinología, Diabetes, Lípidos y Nutrición Clínica, e investigadora del Hospital Universitario Lucus Agustí (
HULA) de Lugo.
Y, sin embargo, l
a mujer está infradiagnosticada respecto al RV, y, por tanto, infratratada. Y tiene poca representación en los ensayos clínicos. Deben darse dos situaciones que inviertan esta situación, según Argüeso: “Mayor conciencia por parte del médico que trata a la paciente, y también por parte de la propia mujer, que con frecuencia también infraestima su riesgo”.
La terapia hormonal sustitutiva
La prescripción de la THS para mujeres en menopausia ha cambiado mucho desde los años 90. Tal y como explica Argüeso, “actualmente tiene un gran consenso científico la hipótesis del tiempo. La THS tiene sus riesgos pero sabemos que está indicada en
mujeres menores de 60 años o con duración de la menopausia inferior a 10 años, para tratamiento de síntomas persistentes de la menopausia: trastornos vasomotores, como sofocos y sudores; síntomas genito urinarios, como sequedad, dispareunia; síntomas depresivos, y en la prevención de pérdida de masa ósea o fractura. Pero no es
un tratamiento aprobado para la cardioprotección”.
En mujeres que hayan tenido
antecedentes de enfermedad vascular arteriosclerótica o enfermedad tromboembólica venosa no está indicado el tratamiento, porque puede aumentar el riesgo. Y en mujeres que lleven más de 10 años sin reglas o que sean mayores de 60 años está totalmente contraindicado.
Cuando sí se recomienda con un
elevado nivel de consenso científico es en mujeres con menopausia precoz, antes de los 40 años, hasta la edad de la menopausia natural, que estaría alrededor de los 50 años.
El estilo de vida, la mejor prevención
Para vivir con calidad de vida y buena salud después de la menopausia, la mejor receta es
el adecuado estilo de vida: implementar la verdadera dieta mediterránea, que es la que ha demostrado mayor protección respecto al RV; realizar ejercicio físico tanto aeróbico como de fuerza, para mantener activa la musculatura, y evitar la ingesta de tóxicos como tabaco y alcohol. “Estas son medidas fundamentales para toda la población, pero muy en especial en el caso de mujeres en edad de menopausia. Y también hacerse controles médicos para revisar la tensión, los niveles de colesterol y el peso”, recomienda Argüeso.
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