Andrés Íñiguez, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Las
enfermedades cardiovasculares son la primera causa de
mortalidad femenina, por encima del cáncer de mama, y son hasta un seis por ciento más frecuentes que entre los hombres pero, pese a ello, la mayoría de las mujeres no saben que tienen más riesgo de sufrir un infarto, según advierte la
Fundación Española del Corazón (FEC). Esta entidad organiza este martes en Madrid el
V Foro de Salud Cardiovascular para Pacientes y Familiares que se centrará en las particularidades del corazón en la mujer y cómo y por qué enferma, en comparación con el de los hombres.
La enfermedad cardiovascular en la mujer es diferente en muchos aspectos si se compara con el hombre, como consecuencia de factores biológicos y socio-culturales. Los factores de riesgo, síntomas de alarma, causas del infarto, diagnóstico y tratamiento presentan características diferenciales, y un factor importante lo tienen las hormonas femeninas.
"El problema llega cuando se alcanza cierta edad, como a partir de la menopausia, ya que con su aparición se pierde el factor protector de los estrógenos y el riesgo de infarto en mujeres aumenta considerablemente. Todo esto añadido a que además padecen más comorbilidades debido a la edad de la paciente", ha reconocido
Paola Beltrán, vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Uno de los principales problemas es que los síntomas del infarto femenino pueden confundirse con los de otras enfermedades
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Además, la creencia general entre las mujeres de que las enfermedades cardiovasculares son cosa de hombres hace que ellas se despreocupen más en temas de prevención, pese a que "tanto la prevalencia como el diagnóstico y el tratamiento tienen carácter diferencial por género, especialmente en el caso de la cardiopatía isquémica".
"Las mujeres tienen como temor principal el cáncer de mama, cuando las enfermedades cardiovasculares son responsables de muchas más muertes al año", ha añadido Beltrán, de ahí la importancia de educar a la población y, especialmente, a los familiares y acompañantes de la paciente a la hora de distinguir la diferencia sintomática entre sexos.
Tarde para ir al médico
Uno de los principales problemas es que los
síntomas del infarto femenino pueden confundirse con los de otras enfermedades, lo que hace que la mayoría de las mujeres que sufren
ataques al corazón no son capaces de identificarlo como tal y tardan más en acudir al especialista.
Al igual que en los hombres, el síntoma de infarto más común entre las mujeres es el dolor de pecho o malestar. La diferencia es que, en el caso de las mujeres, existe mayor tendencia a experimentar otros de los síntomas comunes, en particular falta de aire, náuseas, vómitos y dolor de espalda o mandíbula, que a menudo se confunden con ansiedad o se les resta importancia vinculándolo a molestias leves.
Debido a ello, se acude al centro sanitario sin mucha urgencia, tal y como apuntó el
Observatorio Regional Bretón sobre el Infarto de miocardio (ORBI), las mujeres tardan 60 minutos desde que perciben los primeros síntomas hasta que piden asistencia médica, frente a los 44 minutos de los hombres. Eso afecta también a la hora del tratamiento dado que el diagnóstico es tardío y, por lo tanto, resta eficacia a la medicación o tratamiento prescrito.
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