El cardiólogo de Chacón: sus arterias "salían del ventrículo equivocado"

El corazón de la exministra de Defensa Carmen Chacón, fallecida el domingo, tenía un ventrículo izquierdo del que partía la arteria que se dirige al pulmón en lugar de la aorta, que se encamina al resto del organismo y que, en su caso, recogía la sangre procedente del ventrículo derecho. A ello se sumaba que “las aurículas no se conectaban con los ventrículos correspondientes”, una malformación congénita que, en conjunto, se conoce en Medicina como discrepancia aurículo-ventricular.

En estos términos lo ha explicado quien fue el cardiólogo de cabecera de la política socialista, Màrius Petit Guinovart. Esa cardiopatía se complicaba con otros problemas diversos que, en su caso, hacían que su estado de salud fuese frágil, a pesar de la imagen “de tremenda voluntad y ambición noble” que destilaba la exministra.

En un congreso de la Asociación Española contra la Muerte Súbita, Chacón intervino ante los asistentes dando las gracias a los profesionales médicos y al sistema sanitario español “por su conciencia y por su humanidad, que no tiene precio”.

También agradeció a sus padres, en el mismo encuentro, que la hubiesen tratado siempre como una niña sana y que la hubiesen dejado hacer deporte y todas las actividades que se proponía, durante su infancia y juventud.

Un "largo camino" como médico y paciente

Petit ha recordado este miércoles que “hemos hecho juntos mucho camino” como paciente y médico, a lo largo de su vida, pues empezó a tratarla cuando era pequeña. La causa de la muerte de la política deberá establecerla la autopsia, aunque la muerte súbita se apunta como una posibilidad “que podía ocurrir debido a su compleja dolencia cardíaca”, ha precisado el cardiólogo.

El facultativo ha indicado que recomendó a Chacón llevar una vida tranquila, sin sobreesfuerzos, pero la antigua dirigente socialista de Esplugues de Llobregat “aceptó los riesgos” y apostó por jugar al baloncesto cuando era joven y, más tarde, por llevar una vida muy activa desde el punto de vista profesional y “por tener un hijo, que era la ilusión de su vida”.