Juan Berenguer, especialista en Infecciosas del Gregorio Marañón y uno de los autores del estudio.
Un
estudio realizado en mundo real sobre pacientes coinfectados del
VIH y del virus de la
hepatitis C (VHC) ha constatado que el 92 por ciento de las personas estudiadas consiguieron
curarse del virus hepático tras haber recibido
antivirales de acción directa.
El trabajo ha sido liderado por Juan Berenguer, del Gregorio Marañón, y Juan González, de La Paz. Se han utilizado los datos de los pacientes incluidos en la
cohorte Madrid-Core (Madrid Coinfection Registry) del Servicio Madrileño de Salud (
Sermas). Los resultados se han publicado en
Hepatology.
Uno de los hechos más relevantes de este estudio es que representa la mayor experiencia en mundo real sobre el tratamiento con AAD en personas coinfectadas con VIH/VHC comunicada hasta la fecha en todo el mundo. Dado que los pacientes que se incluyen en estudios clínicos se seleccionan de forma muy rigurosa y reúnen unas características muy favorables,
es muy importante conocer cómo se comportan estos tratamientos en el mundo real, donde los pacientes tienen con frecuencia características más desfavorables que las de aquellos reclutados en los ensayos clínicos.
Los pacientes estudiados fueron seleccionados del
Registro de Utilización de Agentes Antivirales para el Virus de la Hepatitis C (RUA-VHC) del Sermas, en donde se recoge, de forma prospectiva, toda la información clínica de los pacientes que reciben tratamiento frente al virus de la hepatitis C con estos antivirales en los hospitales públicos madrileños desde noviembre de 2014. Para este estudio concreto, se ha utilizado toda la información disponible de los primeros 2.639 pacientes coinfectados que habían iniciado tratamiento hasta agosto de 2016.
Reducción del 47 por ciento en la prevalencia
Los pacientes eran mayoritariamente hombres, tal y como corresponde a la epidemiología de la coinfección en nuestro entorno, y tenían una edad media de 50 años.
El 41 por ciento tenía cirrosis hepática (el 7 por ciento, descompensada). Junto con el dato conocido de la curación de la infección (que llega al 92 por ciento) destaca que menos del 1 por ciento tuvieron que suspender el tratamiento debido a acontecimientos adversos.
Los factores que se asociaron con mayor probabilidad de fracaso al tratamiento fueron el sexo masculino, el haber padecido con anterioridad una enfermedad definitoria de sida, la cifra baja de linfocitos T CD4+, la concentraciones altas del VHC en sangre, la presencia de cirrosis (especialmente en situación de descompensación) y el uso de algunos regímenes de antivirales considerados subóptimos hoy en día.
Gracias al uso de antivirales, la prevalencia de la infección activa del VHC en personas infectadas por VIH se había reducir un 47,1 por ciento,
del 22,1 al 11,7 por ciento, algo que Gesida –el Grupo de Estudio del Sida de Seimc (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica)– califica de histórico.
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