Las
úlceras o ulcus son
pequeñas heridas que pueden localizarse en cualquier lugar de nuestro cuerpo. Se llama
úlcera péptica a la úlcera que se localiza en el
estómago o en el
duodeno en cuya formación contribuye parcialmente la acción del ácido del estómago. Las úlceras de estómago pueden ser
malignas (cancerosas), cosa que no ocurre con las úlceras de duodeno.
¿Por qué se producen las úlceras de estómago y duodeno?
Las causas de las úlceras de estómago y duodeno son diversas:
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Mas del 70% de las úlceras pépticas se asocian a la infección por Helicobacter pylori, una bacteria que habita frecuentemente en el estómago de personas sanas y que, en algunas ocasiones, puede conducir al desarrollo de úlceras.
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El resto de úlceras son debidas a la toma de aspirina, de anti-inflamatorios, o más raramente, de otras medicinas (cualquier medicina que favorece la aparición de úlceras se denomina “gastroerosiva”).
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Un mínimo porcentaje de úlceras aparece como consecuencia de otras infecciones y enfermedades. Tras una pequeña herida inicial favorecida por estos agentes, el ácido del estómago favorece su perpetuación.
El consumo de tabaco y de alcohol se ha relacionado con la aparición de úlceras. Probablemente estos factores favorecen el
daño del estómago o del duodeno en personas ya infectadas por Helicobacter pylori o en aquellas que consumen anti-inflamatorios
Síntomas de úlcera péptica o de estómago
En general una úlcera péptica suele producir
dolor y ardor en la zona del estómago, que aparece entre 2 y 3 horas después de comer y que característicamente calma con la comida o con la toma de antiácidos. En ocasiones, sin embargo, el dolor puede ser favorecido por el
consumo de comida, generalmente en las úlceras de estómago. Pueden también producir digestiones pesadas y náuseas.
En ocasiones, la sintomatología inicial es la derivada de la aparición de una complicación de la úlcera.
¿Qué complicaciones producen?
Las complicaciones de una úlcera de estómago son:
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Una hemorragia digestiva. Es la complicación más frecuente. Puede ser abrupta, manifestada como la emisión de vómitos de color rojo o en posos de café (hematemesis) o como eliminación de heces de color negro (melenas). En ocasiones, el sangrado es más lento y progresivo, no observado por el paciente, y manifestado como una anemia por falta de hierro.
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Una perforación. Consiste en la perforación de la pared del estómago o del duodeno, con la subsiguiente salida del contenido de estos órganos hacia el interior de la cavidad abdominal. Produce un dolor súbito e intenso, generalmente en el estómago, y que puede extenderse por todo el abdomen y la espalda e incluso afectar al hombro derecho.
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Una obstrucción intestinal. Se trata de una complicación de úlceras que han recurrido y curado en varias ocasiones. La cicatriz, tras curarse, puede retraer la pared del duodeno y obstruir la salida de comida del estómago, manifestándose por digestiones pesadas y vómitos frecuentes.
La sintomatología de las úlceras puede confundirse fácilmente con la que producen otras enfermedades como la hernia de hiato, el
reflujo gastroesofágico, el cáncer de estómago, etc., por lo que es necesario realizar una serie de pruebas para su diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de una
úlcera de estómago se realiza mediante una gastroscopia.
En general, en las personas con molestias de estómago no se debe recomendar el inicio de un tratamiento a ciegas con protectores de estómago dado que es necesario descartar la presencia de un cáncer de estómago, sobre todo en personas de edad avanzada.
La
gastroscopia permite identificar úlceras de pequeño tamaño, obtener biopsias si fuera necesario y detectar la presencia de Helicobacter pylori.
Actualmente, sin embargo, ante una clínica sugestiva de úlcera, algunos médicos prefieren realizar un test del aliento y, si es positivo, erradicar el Helicobacter. Sólo realizarían una gastroscopia si el test del aliento fuera negativo o si persistieran los síntomas tras el tratamiento.
¿Cómo se cura una úlcera de estómago?
El
tratamiento de una úlcera péptica
depende de su causa:
Infección por Helicobacter pylori
Si la úlcera se relaciona con la infección por Helicobacter pylori el tratamiento será
erradicar a la bacteria con antibióticos, para intentar así conseguir una curación definitiva. Las estrategias para erradicar al Helicobacter suelen consistir en la administración de 2 ó 3
antibióticos (generalmente amoxicilina, claritromicina, metronidazol o tetraciclinas) durante 1 o 2 semanas, asociados a un inhibidor de la secreción de ácido durante el mismo tiempo.
Algunos médicos recomiendan confirmar que ha habido una erradicación total del Helicobacter realizando un
test del aliento unas semanas después de finalizado el tratamiento. Otros médicos sólo recomiendan realizar el test al final del tratamiento cuando persisten los síntomas o cuando existe un alto riesgo de recaída. En caso de fallo del tratamiento pueden usarse antibióticos distintos, a veces hasta cuatro.
Debido a toma de anti-inflamatorios
En caso de úlceras asociadas a la toma de anti-inflamatorios, se debe intentar
suspender el medicamento responsable de las mismas y
añadir un
inhibidor de la
secreción de ácido durante 4 o 6 semanas. Los inhibidores de la secreción de ácido por el estómago son de 2 tipos:
anti-H2 (cimetidina y ranitidina) y los inhibidores de la
bomba de protones (omeprazol). Además de los inhibidores de la secreción de ácido, existen otra serie de tratamientos que permiten el alivio de los síntomas, como los anti-ácidos (sales de magnesio o de aluminio), las sales de bismuto y el sucralfato.
Úlcera refractaria
Actualmente, apenas se utiliza la
cirugía para tratar las úlceras. Está indicada para el tratamiento de la úlcera refractaria (aquella que no responde al tratamiento con medicinas) y cuando existen complicaciones, como el sangrado continuado, la perforación del estómago o del duodeno o una obstrucción importante. Actualmente la úlcera refractaria es excepcional por lo que la mayoría de operaciones se hacen por las complicaciones.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.