Diccionario de enfermedades

Tratamiento del cáncer con medicamentos (quimioterapia)

Tipos de medicamentos para tratar el cáncer
Existen diferentes tipos de medicamentos que pueden ser utilizados para el tratamiento del cáncer. En general a estos tratamientos se los denomina genéricamente quimioterapia si bien algunos de estos medicamentos no van dirigidos específicamente a atacar el tumor sino que se dirigen a aumentar o estimular las defensas de nuestro organismo y favorecer así la curación.

¿Qué tipos de medicamentos para tratar el cáncer existen?


Los medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer pueden ser de diferentes tipos:
  • Quimioterapia. Serían los medicamentos que tradicionalmente se utilizan para tratar el cáncer. A estos medicamentos se les llama citotóxicos o citostáticos. Destruyen directamente a las células cancerosas al interferir en su multiplicación. Habitualmente actúan de forma indiscriminada sobre todas las células del organismo que tienen una rápida multiplicación. Existen muchos tipos de medicamentos citotóxicos, los cuales son utilizados para diferentes tipos de cánceres o en diferentes etapas de la enfermedad, produciendo diversos efectos adversos.
  • Hormonoterapia. Diferentes hormonas (generalmente hormonas sexuales masculinas y/o femeninas) o bloqueantes de hormonas pueden ser utilizados para el tratamiento de aquellos cánceres cuyo crecimiento es regulado por la actividad hormonal. Dentro de estos cánceres se encuentran el cáncer de mama y el cáncer de próstata.
  • Inmunoterapia. Consiste en activar las propias defensas del organismo para que ataquen al cáncer o para que contrarresten los efectos adversos de la quimioterapia convencional. Existen diferentes tipos de inmunoterapia, muchos de ellos en fase experimental:
  • Modificadores de la respuesta biológica como interferón e interleukinas. Estas sustancias no atacan directamente al tumor sino que activan a las propias defensas para atacar al cáncer. Se administran mediante inyecciones, generalmente en la vena.
  • Potenciadores de la inmunidad (defensas). Activan a las células encargadas de defendernos frente a los tumores. La mifamurtida (Mepact®) activa a los macrófagos y se utiliza para el tratamiento del osteosarcoma y el ipilimumab (Yervoy®) se utiliza para el tratamiento del melanoma.
  • Factores estimuladores de colonias. Permiten estimular la formación de células de la médula ósea (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas), cuando se encuentre muy bajas como consecuencia de la quimioterapia tradicional. Estas sustancias se inyectan cuando la quimioterapia ha reducido mucho los glóbulos blancos (y existe por tanto un alto riesgo de adquirir una infección grave), los glóbulos rojos (y existe anemia importante) o las plaquetas (y existe un riesgo importante de sangrado). Estos tratamientos no atacan a las células cancerosas pero permiten utilizar dosis altas de quimioterapia tradicional.
  • Tratamientos biológicos o dirigidos. Se trata de sustancias que específicamente bloquean o interfieren mecanismos de multiplicación de las células tumorales, que no están presentes en las células normales. Esta selectividad limita los efectos adversos que pueden producir. Muy pocos cánceres son susceptibles a tratamientos biológicos dado que son muy limitados los cánceres en los que se han encontrado mecanismos característicos de multiplicación susceptibles de bloqueo o interferencia. Ni siquiera cánceres de una misma localización (por ejemplo el cáncer de pulmón) comparten mecanismos comunes de multiplicación y, por tanto, pueden ser tratados de la misma manera. Por este motivo puede haber dos personas que tengan un mismo tipo de cáncer, siendo una candidata a una terapia biológica y la otra no, al diferir los mecanismos que han promovido la multiplicación anormal de sus células. Los tratamientos biológicos actualmente disponibles se centran fundamentalmente en:
  • Interferir en el crecimiento de las células tumorales. Se trata de anticuerpos artificiales (creados en un laboratorio, llamados también anticuerpos monoclonales) dirigidos a unirse específicamente a zonas concretas de las células tumorales e impedir su crecimiento y multiplicación, como el trastuzumab (Herceptin®), utilizado en el 20-30% de cánceres de mama que expresen Her-2 y en algunos cánceres de estómago que también expresan Her-2, el cetuximab (Erbitux®) empleado en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello y en el cáncer de colon extendido o medicamentos orales que bloquean reacciones del interior de las células tumorales  (inhibidores de la tirosina quinasa) como el imatinib (Glivec®) utilizado en la leucemia mieloide crónica y el síndrome hipereosinofílico, erlotinib (Tarceva®) utilizado en algunos cánceres de pulmón, etc.
  • Interferir en la neoangiogénesis, es decir, en el crecimiento de pequeñas venas, necesarias para que el tumor se pueda ir alimentando mientras va aumentando de tamaño. Entre los medicamentos anti-angiogénicos se encuentra el bevacizumab (Avastin®), utilizado en cáncer de mama, cáncer de colon y cáncer de pulmón entre otros.


¿Cómo se administran estos tratamientos?


La quimioterapia puede ser el único tratamiento administrado para curar un determinado tipo de cáncer o puede ser un tratamiento más, junto a la cirugía y/o la radioterapia, en el manejo global del cáncer de una determinada persona:
  • Quimioterapia primaria. Es cuando la quimioterapia se administra como primera opción, bien porque el tipo de cáncer sea especialmente sensible a la quimioterapia o bien porque el tumor esté extendido y esta sea la mejor opción terapéutica.
  • Quimioterapia adyuvante. Se denomina así la quimioterapia que se administra después de haber utilizado otro tratamiento previo, cirugía o radioterapia, con la intención de destruir a las células malignas que hayan podido quedar en el organismo.
  • Quimioterapia neoadyuvante. Se denomina así a la quimioterapia que se administra antes de proceder con otro tratamiento, generalmente la cirugía. Se utiliza para reducir el tamaño del tumor y facilitar su extirpación con la cirugía.
En general la quimioterapia se administra:
  • Mediante inyección intravenosa más o menos lenta (infusión). Es la forma más frecuente. El paciente recibe el tratamiento tras colocar un catéter (una aguja) en el interior de una vena, habitualmente en la flexura del codo o en el brazo. El medicamento se administra más o menos lentamente dependiendo del tipo de quimioterapia. Si se debe hacer lentamente, el catéter se conecta a una bomba de infusión que introduce el medicamento a la velocidad que deseemos. Dado que algunas de las medicaciones que se utilizan como quimioterapia pueden irritar las venas, con frecuencia se administran a través de una vena de mayor tamaño (vena central) generalmente localizada en la zona del cuello. En estas circunstancias se suele dejar la vía ya canalizada para sucesivos ciclos de tratamiento, generalmente a través de un porta (Port a cath), una especie de disco de plástico o metal que se sitúa en el pecho por debajo de la piel. La colocación del port a cath es realizada por un cirujano vascular con anestesia local. Una vez situado en su lugar sirve tanto para extraer análisis de sangre como para inyectar medicaciones. Siempre debe vigilarse que en el lugar del port a cath no se produzca una infección, en cuyo caso aparecería dolor y enrojecimiento en la zona.
  • Mediante inyecciones intramusculares o subcutáneas.
  • Mediante pastillas por boca.
La quimioterapia también puede administrarse:
  • Mediante inyección en el interior de una arteria tras hacer un cateterismo. Se realiza para dirigir específicamente la quimioterapia hacia una determinada localización, por ejemplo en algunos cánceres de hígado.
  • Mediante inyección en el interior de una cavidad: intraperitoneal (en el abdomen, en el interior del peritoneo) o intrapleural (en el tórax, en el interior de la pleura).
  • Tópica: en forma de crema sobre una zona de la piel en cánceres de esta localización.
Cada medicamento citotóxico puede ser utilizado para tratar cánceres muy distintos y cada uno de ellos tiene sus propios efectos adversos. Frecuentemente, junto a la quimioterapia, se administran otras medicinas dirigidas a reducir la ansiedad, evitar la aparición de reacciones alérgicas, evitar la aparición de náuseas y vómitos, o cualquier otro efectos adverso.

Los esquemas de administración de quimioterapia dependen del tipo de tumor y de su extensión, del medicamento utilizado y de las características del paciente. Generalmente se administran en forma de ciclos, que consisten en periodos de tratamiento seguidos de periodos de descanso. Cada ciclo puede durar por ejemplo 4 semanas (1 semana de tratamiento y 3 de descanso) y habitualmente se dan varios de estos ciclos. El tiempo de descanso entre una administración del tratamiento y la siguiente sirve para recuperar las defensas. En ocasiones el médico puede alargar la periodicidad de los ciclos. Generalmente esto se hace cuando el tratamiento ha producido una bajada de las defensas mayor de la esperada, lo cual requiere alargar el tiempo de recuperación.

¿Qué se siente durante la quimioterapia?


La quimioterapia afecta de diferente manera a cada persona.

Su efecto inmediato depende del tipo de quimioterapia administrada, de la dosis, de la situación previa del paciente, del tipo de cáncer y de su extensión. Lo más frecuente es que la quimioterapia no produzca ninguna molestia concreta mientras se está administrando. Sin embargo, es habitual que produzca náuseas, vómitos y un estado de agotamiento que pueden ser inmediatos o aparecer en los días siguientes.

Efectos adversos


Los efectos adversos de la quimioterapia dependen del tipo de medicamento empleado y de las características del propio paciente. El hecho de tener pocos o muchos efectos adversos no indica en absoluto que la quimioterapia esté haciendo más o menos efecto.

La quimioterapia destruye las células cancerosas pero también puede destruir las células de nuestro cuerpo, fundamentalmente aquellas con un crecimiento más rápido, como las células que tapizan el interior de la boca y el tracto digestivo, los folículos que forman el pelo y las células de la médula ósea. Por tanto los efectos adversos más frecuentes suelen ser:
  • Pérdida del pelo. No todos los tratamientos de quimioterapia producen pérdida de pelo, depende del tipo de medicamento que se utilice. La pérdida de pelo, si ocurriera, suele aparecer varias semanas después de iniciado el tratamiento.
  • Bajada del número de células de la sangre (mielosupresión). Se produce por el daño de la quimioterapia a la médula ósea. El tiempo desde que se pone la medicación hasta que se produce la bajada máxima de la cantidad de células en la sangre varía de unos medicamentos a otros y oscila entre 6 días y seis semanas. Las células que suelen reducirse son:
  • Reducción de glóbulos rojos (anemia). Produce cansancio.
  • Bajada de plaquetas (trombopenia). Facilita la aparición de hemorragias (sangrado por encías o nariz) que pueden ser graves (sangrado por el tubo digestivo o sangrado cerebral).
  • Bajada de glóbulos blancos o bajada de las defensas (leucopenia). Facilita la aparición de infecciones que pueden ser muy graves. Es la complicación más grave de la quimioterapia.
  • Aparición de úlceras en la boca.
  • Náuseas y vómitos. Las náuseas son uno de los efectos adversos más frecuentes de los pacientes que reciben quimioterapia. Algunos medicamentos las producen con más frecuencia que otros. Unos producen náuseas de forma inmediata y otros tardan un tiempo. En general se suelen administrar diversos medicamentos para reducir las náuseas.
  • Pérdida de apetito.
  • Diarrea.
  • Lesiones en la piel.
  • Alteración de las gónadas y esterilidad. Algunos quimioterápicos pueden hacer cesar la ovulación o destruir los espermatozoides. La duración de este efecto es variable, y depende del medicamento utilizado, de la edad y del sexo de la persona que lo recibe. Algunos tratamientos producen esterilidad de por vida. En otros casos se desconoce si un determinado tratamiento puede producir o no esterilidad permanente, siendo más frecuente que ésta se produzca si el tratamiento se realiza en mujeres mayores de 35 años. En cualquier caso es frecuente que, aunque se recuperen las menstruaciones, las pacientes tengan posteriormente una menopausia prematura. Es por ello importante:
  • Almacenar esperma y/o óvulos en bancos especiales si posteriormente se desea tener un hijo.
  • En caso de menopausia prematura recibir tratamiento hormonal sustitutivo si no hay contraindicación. Algunos cánceres son sensibles a las hormonas y éstas no deben ser administradas.
  • Las mujeres fértiles deben mantener un tratamiento anticonceptivo eficaz, preferiblemente de barrera, mientras reciben la quimioterapia y durante un tiempo posterior, variable según los medicamentos empleados.
Los efectos adversos de la inmunoterapia pueden ser:
  • Modificadores de la respuesta biológica. Además de dolor e inflamación en el lugar de inyección, estos medicamentos pueden producir cansancio, dolores musculares generalizados y síntomas como de gripe, con fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, etc.
  • Factores estimulantes de colonias. Pueden producir dolor en los huesos, fiebre, cansancio y pérdida de apetito.
Los efectos adversos de las terapias biológicas pueden ser:
  • Anticuerpos monoclonales. El trastuzumab y el resto de anticuerpos monoclonales pueden producir reacciones alérgicas graves. El trastuzumab puede deprimir la fuerza de contracción del corazón.
  • Inhibidores de la tirosina quinasa (imatinib Glivec®, erlotinib Tarceva®, gefitinib Iressa®, etc.). Producen alteraciones en la piel, cansancio, náuseas, vómitos, molestias abdominales, calambres, etc.
  • Los antiangiogénicos pueden producir sangrado, formación de trombos o perforación de algún órgano.

Quimioterapia durante el embarazo


La mayoría de los medicamentos que se utilizan en quimioterapia pueden producir daños al niño durante el primer trimestre del embarazo. Si se desea continuar el embarazo, y si fuera posible, es conveniente dilatar la quimioterapia hasta fases más avanzadas del mismo. La mayoría de medicamentos frente al cáncer pueden administrase durante el segundo y tercer trimestres salvo algunas excepciones que son claramente teratogénicas (producen malformaciones en el feto). En general, la necesidad de recibir un determinado tratamiento no suele ser una causa para la interrupción del embarazo en una mujer con cáncer.

Recomendaciones durante y tras la quimioterapia

  • Es conveniente solicitar que alguien lleve y traiga al paciente de la quimioterapia.
  • Es conveniente descansar el día posterior o los días posteriores a la quimioterapia.
  • Es conveniente buscar ayuda para encargarse de los niños y de la casa durante esos días.
  • Se debe de comer de forma frecuente pero poca cantidad para reducir las náuseas. La comida fría suele despertar menos náuseas que la caliente.
  • Se debe evitar el contacto con personas enfermas, sobre todo aquellas que tuvieran alguna infección.
  • No se deben poner algunas vacunas elaboradas con gérmenes vivos (atenuados).
  • Durante la quimioterapia algunas personas pueden continuar con su trabajo. Esto depende del tipo de trabajo que realicen y de cómo les siente el tratamiento.

¿Cuándo acudir al médico tras la quimioterapia?


Se debe de acudir a la Urgencia Hospitalaria de forma inmediata si:
  • Aparece fiebre.
  • Se produce un sangrado importante en cualquier localización.
  • Se produce dolor de cabeza en una persona que no tenía habitualmente dolores de cabeza o se produce un dolor de cabeza más intenso o distinto del habitual en una persona que tuviera previamente jaquecas.
  • Existe un cansancio que se considera exagerado.

Ensayos clínicos


Los ensayos clínicos evalúan nuevos medicamentos frente al cáncer, generalmente medicamentos no aprobados. La participación en ensayos clínicos, además de ayudar al propio paciente, ayudará en el futuro a otros pacientes en su misma situación.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.