Diccionario de enfermedades

Técnicas de reproducción asistida

Tipos de técnicas de reproducción asistida
Las técnicas de reproducción asistida se utilizan para buscar el embarazo en circunstancias en las que este no puede conseguirse por medios naturales. Estas técnicas suelen ser caras y requieren un gran esfuerzo personal, en tiempo y energía. La tasa de fracaso es apreciable y pueden tener consecuencias negativas para la salud. Todos estos aspectos deben discutirse con el especialista antes de tomar una decisión sobre su conveniencia.

Tipos de técnicas de reproducción asistida


Existen diferentes técnicas que pueden ser utilizadas en el proceso de reproducción asistida, varias de las cuales deben realizarse en combinación:
  • Extracción testicular del esperma. Si un varón no emite nada de esperma (azoospermia) y ello es debido a alguna obstrucción en la salida del esperma desde el testículo, el esperma puede, en ocasiones, ser extraído directamente desde este órgano. Esto puede realizarse con anestesia local, pinchando con una aguja en el testículo, o mediante una cirugía menor. El esperma así extraído se utiliza para la inyección intracitoplásmica del óvulo. En la mayoría de ocasiones no existen complicaciones, si bien se puede sangrar en el lugar de inyección o puede producirse una infección.
  • Inseminación intrauterina o inseminación artificial. Para realizarla se precisa obtener esperma mediante masturbación o extracción testicular en casos de obstrucción de salida del esperma. Se debe obtener esperma tras varios días sin haber eyaculado para que el recuento de espermatozoides sea mayor. El esperma es tratado en el laboratorio y posteriormente, mediante un pequeño tubo, es introducido directamente en el interior del útero, justo antes de la ovulación. Por tanto, se debe conocer con exactitud el momento de la ovulación de la mujer, generalmente mediante análisis o mediante la realización de una ecografía. Con frecuencia se utiliza junto a inyecciones hormonales que estimulan la producción de óvulos en la mujer. Se recomienda cuando el varón tiene una escasa cantidad de esperma o en mujeres con problemas para la ovulación, o con un cuello uterino muy estrecho que dificulta el paso de espermatozoides hacia el útero. No tiene efectos secundarios.
  • Fertilización o fecundación in vitro. Consiste en la fertilización del óvulo (oocito) obtenido de la mujer, con espermatozoides obtenidos del varón, en un tubo de ensayo. Posteriormente el óvulo fecundado (embrión) es introducido en el útero de la mujer. Esta técnica generalmente se realiza:
  1. En aquellas circunstancias en las que existen problemas en el paso del óvulo desde los ovarios hacia el útero.
  2. Tras el fallo de otros métodos farmacológicos (clomifeno o inyecciones de gonadotropinas).
  3. Si el varón tiene un escaso número de espermatozoides o tiene espermatozoides con escasa movilidad.
  4. En mujeres de edad avanzada que no pueden quedar embarazadas de forma natural.
  5. En situaciones en las que se desconoce cuál es el origen de la infertilidad.
  6. En mujeres que no pueden producir óvulos, empleando óvulos de donante.

El éxito depende de muchas circunstancias, entre ellas la edad de la mujer, su estado de salud, la calidad de los óvulos, la calidad de los espermatozoides, etc. Algo menos de un tercio de los ciclos (o intentos) termina en embarazo. Cuando se consigue un embarazo, 4 de cada 5 terminan con el nacimiento de uno o varios recién nacidos. En esta técnica se deben seguir los siguientes pasos:
  1. La mujer recibe inyecciones de hormonas (gonadotropinas) que permiten que el ovario produzca una cantidad adecuada de óvulos. Si bien es posible obtener óvulos (generalmente un único óvulo) sin necesidad de inyectar gonadotropinas, en casi todos los centros realizan estimulación con hormonas. Las inyecciones suelen ir precedidas de la toma de anticonceptivos, necesitándose posteriormente inyecciones subcutáneas de diferentes hormonas distintas. Suelen realizarse análisis de sangre y ecografías periódicas para conocer la evolución de los folículos del ovario desde donde saldrán los óvulos. Cuando los folículos están suficientemente maduros se procede a la inyección de otra hormona que favorece la ovulación.
  2. El ginecólogo, a través de la vagina, introduce una sonda de ecografía que ayuda a recoger mediante una aguja los óvulos producidos, generalmente en las 36 horas posteriores a la última inyección. Este procedimiento suele hacerse con sedación de la paciente.
  3. Se obtienen espermatozoides del varón de la pareja (mediante masturbación o mediante extracción testicular de esperma en caso de problemas obstructivos en la salida de semen) o de un banco de semen.
  4. Los óvulos se incuban en un tubo de ensayo junto a los espermatozoides y se espera a que sean fecundados transformándose en huevos fertilizados o embriones. Aproximadamente la mitad de los óvulos u oocitos serán fecundados. Si existen problemas en la función o actividad de los espermatozoides, los óvulos pueden ser fecundados mediante inyección intracitoplásmica de esperma.
  5. Tras 2 o 5 días, los huevos fertilizados se introducen en el útero de la mujer a través de la vagina y el cuello del útero mediante un tubito de inseminación artificial. Para este procedimiento no suele necesitarse anestesia. Suele solicitarse cierto reposo a la mujer y habitualmente se administra progesterona (en gel, supositorios o mediante inyección) para facilitar la implantación del embrión. Pueden insertarse uno o varios embriones, para así facilitar el éxito, si bien el transferir varios aumenta la posibilidad de embarazo múltiple.
  6. Los embriones o huevos fertilizados sobrantes pueden ser congelados para posteriores implantes (criopreservación). Dado que para estimular la ovulación se inyectan grandes cantidades de gonadotropinas a la mujer, puede producirse una complicación grave llamada síndrome de hiperestimulación ovárica, consistente en dolor abdominal, náuseas, vómitos, trombosis en piernas y en los pulmones y alteraciones sanguíneas. Puede ocurrir de forma grave en 1 de cada 50 mujeres tratadas. Se puede prevenir cancelando las inyecciones si se observa en una ecografía que muchos folículos se están estimulando a la vez. La extracción del óvulo puede acompañarse de daño a los vasos sanguíneos o a los órganos circundantes o de infecciones posteriores. Existen estudios que demuestran que los niños nacidos mediante procesos de fertilización in vitro tienen un riesgo levemente superior de sufrir alteraciones cromosómicas o defectos congénitos que los nacidos de forma natural, y que pueden tener menor peso al nacer. Sin embargo estas alteraciones son muy infrecuentes.
  • Inyección intracitoplasmática de esperma. Es un procedimiento que se realiza junto a la fertilización in vitro, cuando existen problemas en la cantidad o calidad del esperma. En esta técnica un espermatozoide es inyectado en el interior de un óvulo (oocito) en el laboratorio. La tasa de éxito por cada ciclo es del 30 al 70 por ciento.
  • Donación de óvulos. Permite que mujeres con imposibilidad de generar óvulos, pero con un útero normal, queden embarazadas. Requiere la donación de óvulos de otra mujer, la fertilización in vitro co
  • Donante de útero. En mujeres con un útero anormal, que no pueda albergar un embarazo, pero con una producción normal de óvulos, puede realizarse una fecundación in vitro con los óvulos y espermatozoides de la pareja e inseminarlos en una donante de útero (vientre de alquiler).

¿Qué hacer cuando estas técnicas fallan o no se plantean por ineficacia?


Se puede valorar:
  • En caso de problemas de fertilidad en varones, inseminación artificial de donante de esperma. El esperma de banco de donantes procede de personas sanas sin defectos genéticos en la familia.
  • Adopción
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.