Las proteínas son un grupo de
compuestos orgánicos de peso molecular elevado y que están constituidas por unas moléculas llamadas aminoácidos. Forman la estructura básica de todas las células y tejidos de nuestro cuerpo y realizan multitud de funciones para su correcto funcionamiento. En ocasiones y debido a diferentes escenarios, las proteínas totales de la sangre pueden verse reducidas o la relación entre la albúmina y las globulinas llega a modificarse. Estas preguntas son respondidas en
Redacción Médica por
Jorge Gorrín, jefe del Servicio del Laboratorio Core de Análisis Clínicos de
Mas Blau.
¿Qué pasa si las proteínas totales en la sangre son bajas?
Las proteínas totales en sangre suelen mantenerse bastante
estables y son reflejo del balance entre las que se pierden y las que se forman. Pese a ello,
Gorrín destaca que
cuando esta relación se ve alterada, es necesario realizar un análisis de proteínas en la sangre, que sirve “fundamentalmente para conocer el estado nutricional del paciente. Es habitual analizar este punto en pacientes con
problemas gástricos digestivos y los posts quirúrgicos, ya que tienen niveles bajos de proteínas totales".
En caso de que el paciente tenga proteínas totales bajas en la sangre, el experto comenta que “si
no se aportan proteínas al organismo, es difícil que una enfermedad genética que comprometa la síntesis proteica pueda llevar a un descenso de las proteínas en la sangre, pero puede ocurrir”.
Otro de los casos más comunes es que
el nivel de proteínas en la sangre baje debido a una
inflamación crónica. En este sentido, Gorrín explica que “la
inflamación es un sistema de alerta dentro del organismo, provocando que se destinen todos los recursos a lo más vital, que es mantener la vida. Los niveles proteicos van descendiendo en sangre a medida que esta inflamación se cronifica y se hace más larga”.
¿Qué papel tienen la albúmina y las globulinas?
Un cambio de paradigma que poco a poco se está consolidando en el análisis de sangre es que, tal y como afirma el especialista, “el
estudio de proteínas totales se está sustituyendo cada vez por
el estudio de proteínas específicas. El análisis minucioso de la albúmina, la prealbúmina, etc. Genera resultados más específicos que hacen que el estudio de las proteínas totales sea cada vez más limitado”.
En general, las proteínas totales suelen dividirse en albúmina y globulinas:
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Albúmina: Es la proteína principal de la sangre y representa aproximadamente el 60 % del total de proteínas. Se fabrica principalmente en el hígado. Ayuda a mantener la sangre dentro de los vasos sanguíneos, evitando que se filtre hacia los tejidos. También ayuda a transportar medicinas y otras moléculas pequeñas (bilirrubina, calcio, progesterona, hormonas tiroideas, ácidos grasos libres…) a través de la sangre y es importante en el crecimiento y la cicatrización de los tejidos.
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Globulinas: Están formadas por cientos de diferentes proteínas (enzimas, anticuerpos, hormonas, etc.) y representan el 40 % del total. Suelen tener mayor tamaño que la albúmina y se subdividen en alfa, beta y gammaglobulinas. Algunas son fabricadas por el hígado, mientras que otras son sintetizadas por el sistema inmune. Algunos ejemplos de estas proteínas son: proteína C reactiva, fibrinógeno, ferritina y ceruloplasmina.
¿Para qué se pide un análisis de albúmina o globulinas?
Las proteínas totales y la albúmina se suelen solicitar en los
análisis de rutina.
Informan, de manera general, sobre el estado nutricional de una persona (ej: pérdidas de peso no justificadas). También se solicitan ante sospechas de alteración hepática o renal, trastornos de la médula ósea o para investigar la causa de una retención anormal de líquidos. Cuando los resultados obtenidos son anormales, puede ser necesario realizar pruebas adicionales para identificar el problema específico. Entre dichas pruebas se encuentran la
electroforesis de proteínas y la determinación de inmunoglobulinas.
La
albúmina se cuantifica para:
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Comprobar el funcionamiento del hígado y de los riñones.
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Valorar el contenido proteico de la dieta.
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Ayudar a diagnosticar la causa de hinchazón en tobillos (edema) o abdomen (ascitis), o de la presencia de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
Las
globulinas se cuantifican para:
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Valorar la posibilidad de desarrollar una infección.
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Diagnosticar determinadas enfermedades de la sangre como el mieloma múltiple o la macroglobulinemia.
¿Requiere alguna preparación especial?
La muestra de sangre para el análisis de proteínas totales suele obtenerse de una vena del brazo y no se precisa ninguna preparación especial.
Una dieta rica en proteínas no aumenta los niveles de proteínas totales en sangre.
El paciente debe asegurarse de que el médico sepa todos los medicamentos, los productos a base de hierbas, las vitaminas y los suplementos que está tomando.
Los
medicamentos que pueden aumentar las mediciones de proteínas totales incluyen: insulina, progesterona, hormona del crecimiento, esteroides anabolizantes, andrógenos, corticosteroides, dextran y fenazopiridina.
Los
medicamentos que pueden disminuir las mediciones de proteínas totales incluyen: anticonceptivos orales, fármacos hepatotóxicos, estrógenos e iones de amonio.
Qué significan los resultados de proteína en sangre y cómo interpretarlos
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Valores normales: Los valores que indicamos aquí solo deben servir como referencia. Los rangos dependen de múltiples factores y varían ligeramente entre diferentes laboratorios. El informe de la prueba debe incluir los rangos de referencia utilizados en el laboratorio que ha realizado el análisis.
o Proteínas totales: 5,5 – 8,0 mg/dL
o Albúmina: 3,5 – 5,0 mg/dL
o Alfa-globulina 1: 0,1 - 0,3 mg/dL
o Alfa-globulina 2: 0,6 - 1,0 mg/dL
o Beta-globulina: 0,7 - 1,1 mg/dL
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Proteínas aumentadas o hiperproteinemia
o Deficiencia relativa de agua: Se trata solo de cambios de concentración, son falsas hiperproteinemias y no indican alteraciones de las cantidades absolutas de proteínas (deshidratación por diarrea severa, vómitos, shock, etc.).
o Producción anormalmente elevada de proteínas:
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Trastornos hematológicos: mieloma múltiple, macroglobulinemia de Waldenström, linfoma de Hodgkin, leucemias, etc.
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Procesos infecciosos o inflamatorios crónicos: kala-azar, esquistosomiasis, tripanosomiasis, paludismo, tuberculosis, sífilis, linfogranuloma venéreo, hepatitis, VIH, enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso, dermatomiositis, esclerodermia…), etc.
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Otros: púrpura hiperglobulinémica, hiperproteinemia esencial, etc.
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Proteínas bajas o hipoproteinemia
o Hemodilución de cualquier origen: grandes hemorragias, quemaduras extensas, insuficiencia cardiaca congestiva, etc.
o Estados nutricionales deficientes en los que por hambre o por alteraciones en la absorción a nivel intestinal, el hígado no dispone de aminoácidos para sintetizar proteínas (malnutrición, malabsorción, enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, enteropatía por pérdida de proteína, etc.).
o Enfermedades renales en las que aumenta la pérdida de proteínas: síndrome nefrótico, glomerulonefritis, etc.
o Enfermedades hepáticas en las que el hígado no puede sintetizar proteínas: insuficiencia hepática, cirro
¿Qué relación hay entre el cociente albúmina/globulinas bajo?
Algunos laboratorios informan también del
cociente albúmina/globulinas (A/G). Dado que la concentración de albúmina es ligeramente superior a la de globulinas, el cociente A/G es algo mayor que la unidad. Como las diferentes enfermedades afectan de forma diferente a la albúmina y a las globulinas, este cociente puede orientar al médico sobre la causa de las alteraciones de los análisis.
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Cociente A/G bajo: puede indicar aumento en la producción de globulinas (mieloma múltiple, enfermedades autoinmunes), disminución en la producción de albúmina (cirrosis hepática) o pérdida selectiva de la misma (síndrome nefrótico).
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Cociente A/G elevado: puede sugerir una disminución en la producción de globulinas (alteraciones genéticas, leucemias).
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Si la concentración de proteínas baja y el cociente A/G es normal, puede deberse a una dilución de la sangre ya que afecta por igual a albúmina y globulinas.
El principal uso que tiene el
cociente albúmina/globulinas (A/G) es, en palabras de Gorrín, “analizar potenciales problemas relacionadas con la
inmunología. Es cierto que se relaciona con el nivel de albumina por si es un descenso total de las proteínas del organismo, pero fundamentalmente se correlaciona con problemas tanto por
exceso como por déficit de producción de globulina, que tiene una destacada actividad inmunitaria”.
El papel de las gammapatías monoclonales en la sangre
Dependiendo de si el A/G es elevado o inferior a la media, Gorrín destaca que el diagnostico diferencial es bastante amplio, pese a que “todas las enfermedades están ligadas al
mieloma. Por estadística, el efecto más frecuente entre la población son las
gammapatías monoclonales debido a la fabricación de un componente en concreto de la globulina. Es una patología que afecta sobre todo a personas mayores y por debajo de los 30 años la presencia de esta enfermedad es excepcional”.
Dentro del escenario de las gammapatías de significado incierto, el experto relata que sí es frecuente “el no desarrollo de una
enfermedad de mieloma como tal, sino que existe una producción que no llega a tener repercusiones clínicas importantes, pero obliga a hacer un seguimiento por parte de Hematología y de Inmunología por siete componentes que se pueden llegar a convertir en
mieloma múltiple, comprometiendo a la inmunidad”.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.