Diccionario de enfermedades

Onicofagia: Morderse las uñas. ¿Hábito o enfermedad?

¿Es una enfermedad morderse las uñas?
Morderse las uñas u onicofagia está clasificado dentro de los trastornos obsesivos-compulsivos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. La décima edición de la Clasificación Internacional de las Enfermedades lo incluye dentro de los trastornos emocionales y de comportamiento que comienzan en la infancia o en la adolescencia.

Sus causas pueden ser psicológicas, adquiridas o hereditarias, aunque se desconoce si las hereditarias se deben a una herencia genética real o a la imitación del hábito. De hecho, la onicofagia es más frecuente en hijos de padres que se han mordido las uñas, aunque hubieran dejado de mordérselas antes de sus nacimientos.

La onicofagia puede darse en personas psicológicamente estables, aunque generalmente se asocia a estrés, nerviosismo, ansiedad y mal humor, en definitiva, signos de pérdida de control.

En la mayor parte de los casos se presenta de forma aislada y se considera un problema meramente estético. Sin embargo, cuando se asocia a otros trastornos, se considera que la causa es de origen psiquiátrico. Los trastornos mentales asociados con más frecuencia al hábito de morderse las uñas en niños y adolescentes vistos en clínicas de salud mental son: trastorno por déficit de atención e hiperactividad (74%), trastorno negativista desafiante (36%), ansiedad por separación (20%), enuresis (emisión involuntaria de orina) (15%),  tics (12%) y trastorno obsesivo-compulsivo (11%). También se han observado ansiedad generalizada y pánico, así como asociación con morderse los labios, golpearse la cabeza, rasgarse la piel y arrancarse el cabello.



En la mayoría de los casos, las complicaciones de la onicofagia son meramente estéticas. Sin embargo, la onicofagia grave pude afectar la calidad de vida. Socialmente es un hábito desagradable que puede originar trastornos de relación. La onicofagia crónica produce un acortamiento irreversible del lecho ungueal. También puede producir sangrados e infecciones en la piel alrededor de las uñas. Aunque raras, también se han descrito infecciones de los huesos de los dedos y formación de cicatrices queloides. Otras consecuencias de la onicofagia incluyen problemas dentarios (generalmente maloclusión), inflamación de las encías, alteraciones de la articulación témporo-mandibular e infecciones del tracto gastrointestinal.

Generalmente, la onicofagia se soluciona por sí sola en los casos leves y no es necesario tratarla. Los casos graves, asociados a otros trastornos, requieren aliviar el estrés y proporcionar apoyo y motivación para abandonar el hábito. Afear, castigar o instigar para interrumpir la conducta no han demostrado ser eficaces, como tampoco lo es aplicar sustancias amargas sobre las uñas.

Las siguientes estrategias han demostrado ser de alguna ayuda:
  • Aplicar aceite de oliva en las uñas;
  • Hacerse la manicura;
  • Llevar guantes;
  • Sustituir el morderse las uñas por mascar chicle;
  • Mantener las manos ocupadas haciendo otra cosa como tocar algún instrumento, practicar algún deporte, etc.
Las medicaciones más empleadas son los inhibidores de la recaptación de serotonina, la clomipramina y el litio. También se utilizan tranquilizantes para aliviar la ansiedad aunque ninguna intervención ha demostrado su eficacia para corregir el problema a largo plazo.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.