Diccionario de enfermedades

Infección aguda por el VIH

¿Cómo se diagnostica la infección aguda por el VIH?
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un virus de una familia llamada retrovirus que se transmite por contacto con sangre infectada, a través de relaciones sexuales o durante el embarazo o la lactancia. La forma crónica de la infección da lugar al SIDA con sus complicaciones infecciosas y tumorales. En su forma aguda origina un síndrome mononucleósico, con fiebre y ganglios, parecido al que produce la verdadera mononucleosis infecciosa.

Causas de infecciones agudas por el VIH


Se trata de una infección aguda por el VIH. Este virus se transmite a través de la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche.

En las etapas iniciales de la enfermedad, los grupos que más riesgo tenían de infectarse por el VIH eran las personas que recibían transfusiones de sangre, los adictos a drogas que compartían jeringuillas, los bebes nacidos de madres infectadas y los hombres que mantenían relaciones sexuales con otros hombres. En el momento actual la mayor parte de los casos de contagio se producen a través de relaciones sexuales (homosexuales, bisexuales  y heterosexuales) ya que los adictos a drogas han dejado prácticamente de compartir jeringuillas y todos los productos sanguíneos se analizan antes de su utilización para descartar la presencia del VIH. La transmisión materno-fetal (de una embarazada a su feto) se produce en escasas ocasiones en los países desarrollados porque se determina el VIH en todas las mujeres gestantes con vistas a ofrecerles tratamiento antirretroviral si están infectadas. En los países en vías de desarrollo todavía continúa siendo una vía importante de transmisión.

¿Qué síntomas produce la infección aguda por VIH?


La primera vez que se tiene contacto con el VIH se denomina primoinfección por el VIH. Muchas veces esta primoinfección pasa desapercibida y el paciente no es consciente de que ha adquirido el virus del SIDA. Solo en el 15% de los pacientes produce síntomas y da lugar a un síndrome mononucleósico entre 3 y 4 semanas después de haber estado en contacto con el virus. Este síndrome mononucleósico consiste en la aparición de fiebre en el 80-90% de los casos y de ganglios aumentados de tamaño (linfadenopatía) en el 40-70%. Ocasionalmente pueden aparecer lesiones en la piel en forma de manchas (exantema maculo-papular), úlceras en la piel o en las mucosas (muy características de esta infección), un cuadro de afectación del sistema nervioso similar a una  meningitis (afectación de las meninges y del cerebro) y diarrea.



¿Cómo se diagnostica la infección?


La infección aguda por VIH es en ocasiones difícil de diagnosticar dado que no se han creado todavía anticuerpos frente al virus y la prueba diagnóstica habitual suele ser negativa. En general se utilizan pruebas muy sensibles para detectar anticuerpos, la determinación del antígeno p24 del virus y la concentración en sangre de la carga viral del VIH.

¿Cómo se trata la infección aguda por VIH?


Actualmente suele recomendarse el tratamiento temprano de esta infección, sobre todo en los casos con muchos síntomas. Un punto sin discusión es cuando la infección aguda se produce en el transcurso del embarazo. En estas circunstancias siempre se debe de poner tratamiento para evitar la transmisión de la madre al feto.

¿Cómo se previene el contagio?


Cuando una persona se sabe infectada por el VIH debe tomar precauciones para no contagiar a otras personas, advirtiéndoles en primer lugar de esta situación si se van a mantener relaciones sexuales. El VIH no se transmite por vivir en la misma casa, por dormir en la misma cama, por abrazarse, por besarse, por compartir cubiertos o utilizar las mismas instalaciones sanitarias. Como en toda enfermedad de transmisión sexual, la utilización del preservativo es una de las formas más eficaces de protección. Si se consumen drogas intravenosas deben utilizarse jeringuillas de un solo uso y no deben compartirse. No deben compartirse cepillos de dientes, cortauñas, cuchillas de afeitar ni cualquier otro utensilio con el que se pudiera producir alguna herida que permita la transmisión del virus.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.