Diccionario de enfermedades

Hiperplasia benigna de próstata

¿Cómo se diagnostica la hiperplasia benigna de próstata?

¿Qué es la hiperplasia benigna de próstata?


La próstata es un órgano masculino encargado de la secreción de un líquido que favorece la función de los espermatozoides. La próstata se localiza a la salida de la vejiga y envuelve a la uretra, el conducto que permite la salida de orina desde la vejiga. La hiperplasia benigna de próstata consiste en el crecimiento exagerado y benigno de este órgano.

Un aumento de su tamaño tiende a comprimir a la uretra, lo que produce las manifestaciones clínicas características de esta enfermedad. Es una enfermedad muy frecuente en personas de edad avanzada. 

Causas de la hiperplasia benigna de próstata


La hiperplasia de próstata se relaciona con la edad, de manera que por encima de los 80 años, 9 de cada 10 varones la tienen, pudiendo o no producir sintomatología en función de la magnitud de su crecimiento.

Síntomas de la hiperplasia benigna de próstata


Las manifestaciones clínicas del crecimiento de la próstata son:
  • Dificultad para comenzar a orinar.
  • Mayor frecuencia y urgencia para orinar, emitiendo en general, una escasa cantidad de orina cada vez (polaquiuria).
  • Aumento de las veces que se va a orinar por la noche, obligando al paciente a levantarse varias veces (nicturia).
  • Disminución de la fuerza del chorro de la orina.
  • Otros síntomas relacionados con el crecimiento de la próstata pueden ser una mayor frecuencia de infecciones de orina y la posibilidad de una retención aguda de orina, es decir, la ausencia brusca y completa de emisión de orina que se acompaña de un intenso dolor en la parte inferior del abdomen y la imposibilidad para orinar. En pacientes con una hiperplasia de próstata, la retención urinaria puede verse favorecida por la aparición de una infección de orina, por la toma de alcohol o por el consumo de algunos medicamentos, como los antihistamínicos o los tranquilizantes.

¿Cómo se diagnostica la hiperplasia benigna de próstata?


Si bien la hiperplasia de próstata es una enfermedad benigna, ante la presencia de síntomas como los mencionados en el apartado anterior se necesita descartar siempre un cáncer de próstata. Para ello es preciso realizar un tacto rectal, determinar en un análisis de sangre la concentración de PSA (Antígeno prostático específico), y realizar una ecografía de la próstata.

En aquellos casos donde el valor de PSA sea alto es necesario realizar una biopsia de próstata. La biopsia se hace por vía transrectal, es decir, introduciendo una aguja en el interior del ano y pinchando a través del recto. Para ello la biopsia es guiada con una ecografía por vía rectal.

Se introduce una sonda de ecografía por el ano y se obtienen varias biopsias con una aguja fina. Se suelen obtener unas 6 biopsias para no dejar ninguna zona de la próstata sin valorar.



¿Qué cuidados requiere?


Los pacientes con esta enfermedad requieren controles periódicos para valorar la posibilidad de desarrollar un cáncer. Sin embargo el hecho de padecer una hiperplasia benigna de próstata no implica que haya un riesgo más alto de desarrollar un cáncer.

¿Cómo tratar la hiperplasia benigna de próstata?


Las indicaciones para tratarla dependen de las molestias que esté produciendo la enfermedad. Estas molestias generalmente se relacionan con la dificultad para orinar, el goteo posterior y la sensación permanente de ganas de orinar, fundamentalmente por la noche. Si no hay molestias no está indicado ningún tratamiento.

El tratamiento inicial suele ser con medicamentos. Se pueden emplear dos tipos de medicamentos, que habitualmente se utilizan de forma conjunta:
  • Inhibidores de la 5α reductasa. Estos medicamentos bloquean el efecto de las hormonas sexuales masculinas (andrógenos) sobre la próstata, lo que impide que ésta siga creciendo e incluso favorecen que se reduzca de tamaño, con la subsiguiente mejoría de los síntomas. Un medicamento tipo de este grupo es el finasteride.
  • Bloqueadores α adrenérgicos. Relajan la uretra y facilitan la salida de orina. No modifican la evolución de la enfermedad ni el tamaño de la próstata. Medicamentos de este grupo son la doxazosina, tamsulosina y terazosina.

¿En qué consiste la operación de hiperplasia benigna de próstata?


Cuando las molestias siguen siendo muy importantes a pesar del tratamiento con medicinas, cuando las infecciones son frecuentes, cuando hay sangrado con la orina o cuando existen piedras en la vejiga, se suele recomendar la operación.

La operación consiste en extirpar la próstata, lo que se denomina prostatectomía. La prostatectomía puede hacerse a través de la uretra (vía transuretral) o abriendo el abdomen y accediendo directamente a la pelvis. La decisión de realizar una técnica u otra depende del tamaño de la próstata, del estado de salud del paciente y de sus preferencias.

Las más utilizadas son las técnicas de resección transuretral. Estas técnicas se hacen a través de la uretra (el orificio del pene por donde sale la orina) y pueden hacerse con anestesia general, raquianestesia o anestesia epidural (dejando dormida la mitad inferior del cuerpo tras pinchar la anestesia en la columna vertebral) o con anestesia local y sedación. Existen diferentes formas de extirpar la próstata por vía transuretral:
  • Prostatectomía por láser. El láser destruye la próstata. Suele tardarse una hora.
  • Ablación de la próstata con aguja. Se introducen unas agujas por la uretra hasta la próstata y a través de dichas agujas se destruye la próstata por ultrasonidos.
  • Termocoagulación. Se utilizan microondas para su destrucción.
  • Electrovaporización. La próstata se destruye por una corriente eléctrica de bajo voltaje.
  • Incisión transuretral. Se realizan pequeños cortes para ensanchar la uretra a nivel de la próstata.
  • También se están colocando stents (muelles) para impedir que la uretra se cierre y que permita la salida de la orina.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.