Diccionario de enfermedades

Hepatitis A

¿Cuál es el pronóstico de la hepatitis A?
La hepatitis A es una inflamación del hígado debida a la infección por el virus de la hepatitis A. Su vía de trasmisión es fecal-oral, es decir, desde las heces de alguien infectado a la boca de la persona que se infecta. La transmisión no suele ser directa y se produce a través de algún vector intermedio, como las manos, el agua o a través de alimentos contaminados con residuos fecales, generalmente en países del tercer mundo. La hepatitis A no se hace crónica y raramente puede ser mortal como consecuencia de una hepatitis fulminante. No tiene ningún tratamiento y se cura sola en unas semanas.

¿Cuáles son las causas de la hepatitis A?


La hepatitis A es una enfermedad producida por un virus (virus de la hepatitis A).

¿Cuáles son las vías de contagio?


La vía de contagio de la hepatitis A es fecal-oral, es decir, desde las heces de alguien infectado hasta la boca de la persona que se infecta. La enfermedad es muy frecuente en países subdesarrollados donde los sistemas de potabilización del agua son deficientes. Esto facilita que el agua se contamine con residuos fecales y, al ser bebida, se trasmita la enfermedad a personas que no han tenido contacto previo con el virus (la mayoría de personas de países desarrollados). Por tanto, se contagia al beber agua de procedencia dudosa o no adecuadamente potabilizada. El agua contaminada puede también infectar a diferentes animales o puede ser utilizada para regar vegetales, a partir de los cuales puede también transmitirse la enfermedad cuando son ingeridos por una persona no infectada. Los alimentos frecuentemente contaminados por el virus son la leche, los mariscos con concha, las fresas o las frambuesas congeladas, las frutas y los vegetales. La hepatitis A también puede transmitirse al utilizar menaje previamente usado por una persona infectada o, directamente, al contactar nuestras manos con el virus de la hepatitis (dar la mano a alguien con manos contaminadas desde sus heces) y, posteriormente llevárnoslas a la boca.

Desde que se tiene el contacto con el virus hasta que se manifiesta la enfermedad (periodo de incubación) suelen pasar entre 15 y 45 días, con una media de 4 semanas.

¿Qué síntomas produce la hepatitis A?


Los síntomas de la hepatitis A son los típicos de una hepatitis aguda y consisten en cansancio intenso, acompañado de fiebre, malestar general, dolores musculares, dolor de cabeza, pérdida de apetito, náuseas y vómitos. Es característica de las hepatitis la coloración amarilla (ictericia) de la piel y, sobre todo, de las conjuntivas (la parte blanca de los ojos) como consecuencia del aumento de la bilirrubina en sangre. La bilirrubina se elimina por la orina por lo que esta adquiere una coloración oscura y las heces se vuelven de color muy claro.

¿Cómo se diagnostica este tipo de hepatitis?


El diagnóstico de hepatitis A se sospecha por los datos clínicos y por la elevación en sangre de las transaminasas, generalmente por encima de 1.000 UI/L. Existen varias causas de hepatitis aguda por lo que se precisa realizar un análisis de sangre que confirme que se trata de una hepatitis por virus A. Habitualmente se realiza una ecografía del hígado para descartar otras enfermedades, pero en general no es necesaria.



¿Cuál es el pronóstico de los afectados?


El pronóstico de la hepatitis A es bueno habitualmente, hacia la curación en aproximadamente dos meses. Característicamente la hepatitis A nunca se cronifica. En un mínimo porcentaje de casos puede ser fulminante, con daño masivo del hígado que puede llevar a la muerte. Esto ocurre en 1 de cada 1000 personas que adquieren una hepatitis A. Generalmente se trata de personas de edad avanzada o con enfermedades graves debilitantes. En algunas ocasiones puede haber una repetición de los síntomas semanas o meses después del primer episodio. En cualquier caso una persona que ha pasado una hepatitis A no puede volverla a tener en su vida.

¿Cuál es el tratamiento de la hepatitis A?


Ninguno. Habitualmente se recomienda guardar reposo pero únicamente porque el paciente está cansado y no le apetece moverse, no siendo necesario que lo realice.

En los casos de hepatitis fulminante el manejo suele realizarse en una UVI con un buen control de los líquidos, administración de alimentación por vena y cuidados para evitar sangrado. No existe ningún tratamiento específico eficaz y en los casos de mala evolución hay indicación para practicar un trasplante hepático.

¿Puede prevenirse la hepatitis A?


Existe una vacuna específica  (vacuna de la hepatitis A) que protege del contagio. Se deben poner 2 dosis separadas varios meses entre sí. La vacuna está indicada en toda persona que vaya a hacer un viaje a cualquier país en vías de desarrollo.

En personas no vacunadas, el riesgo de contagio se reduce si se evita el consumo de agua no embotellada (incluido el hielo), de leche no embotellada y de alimentos que hayan podido ser infectados por agua contaminada, como mariscos con concha, frutas y vegetales en general. También debe evitarse el contacto con personas infectadas.

El virus puede ser inactivado hirviendo agua o utilizando pastillas potabilizadoras.

En personas que hayan tenido contacto reciente con una persona que ha padecido una hepatitis A puede recomendarse la administración de gammaglobulina o de vacuna para evitar que desarrollen la enfermedad (solo en personas no vacunadas previamente). En general está indicada para personas que:
  • Conviven en el mismo domicilio.
  • Mantienen una relación cercana muy frecuente (cuidadores).
  • Han mantenido relaciones sexuales recientes.
  • Conviven en la misma guardería (tanto el personal como otros niños), sobre todo si hay utilización de pañales.
  • Manipulan alimentos y han tenido contacto profesional con el caso.
  • Son usuarios de un restaurante donde ha habido un caso en un manipulador de alimentos, siempre que sean usuarios frecuentes.
No existe indicación de profilaxis en compañeros de trabajo o de colegio.

La vacuna es eficaz si se pone hasta 2 semanas después del contacto. Sin embargo, en muchas ocasiones es ya tarde y se produce la enfermedad.

¿Cómo evitar el contagio a otras personas de la hepatitis A?


Durante la fase aguda es necesario que los pacientes utilicen su propio menaje y que mantengan una buena higiene, con lavado de manos frecuente. El baño debe mantenerse limpio después de cada uso si bien no es imprescindible utilizar un baño distinto. Deben evitarse las relaciones sexuales.

Otras recomendaciones

  • No existe indicación para realizar ningún tipo de alimentación especial, se puede comer de todo lo que apetezca. Los pacientes con una hepatitis aguda deben evitar el consumo de alcohol.
  • Algunos medicamentos pueden hacer daño al hígado. Otras muchas medicinas son destruidas por este órgano, por lo que si el hígado funciona mal, pueden permanecer más tiempo del deseable en la sangre y producir efectos adversos. Por todo ello, los pacientes con problemas del hígado deben consultar a su médico antes de consumir cualquier medicamento.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.