Las hemorragias del segundo y tercer trimestre
complican el 3,8 por ciento de todos los embarazos y son una de las principales causas de mortalidad de la madre. Las hemorragias pueden dividirse según su origen en:
-
De causa obstétrica, es decir, relacionadas con el embarazo en sí. Dentro de las posibles causas se encuentran la placenta previa, el desprendimiento prematuro de placenta, la separación marginal de la placenta, la implantación anormal de la placenta, la rotura de vasos previos, la rotura uterina y el parto prematuro.
-
De causa no obstétrica, es decir, no relacionadas con el embarazo, como los traumatismos, los desgarros, las infecciones, las varices, los pólipos, el cáncer de cuello del útero, etc.
Las hemorragias vaginales de causa obstétrica pueden
indicar problemas serios de la madre o del feto y requieren tomar decisiones acertadas para salvar las vidas de ambos.
Es importante diferenciar entre manchar y sangrar.
-
Manchar es encontrar unas gotas de sangre en la ropa interior; sin que se llegue a necesitar una compresa.
-
Sangrar supone un flujo más abundante; precisa utilizar compresas para evitar que la sangre empape la ropa.
La hemorragia vaginal de causa obstétrica en el segundo y tercer trimestre del embarazo puede deberse a:
Sangrado desde la placenta (62 por ciento de los casos):
-
Placenta previa (22 por ciento). La placenta previa es la que se implanta y desarrolla en la parte inferior del útero y obstruye total o parcialmente la abertura del cuello uterino; se denomina previa porque se sitúa en el canal del parto por delante del feto, impidiéndole salir al exterior durante el parto.
-
Desprendimiento prematuro de placenta (30 por ciento). El desprendimiento prematuro de placenta o abruptio placentae es la separación total o parcial de la placenta de su unión al útero antes de que se produzca el parto. Suele producirse en el tercer trimestre de la gestación aunque puede ocurrir en cualquier momento a partir de la semana 20.
-
Separación marginal de la placenta: es el sangrado desde el borde de una placenta normalmente implantada (10 por ciento).
Sangrado de origen no placentario (28 por ciento de los casos):
-
Rotura de vasos previos. Vasa previa es una situación en la que los vasos sanguíneos del ombligo fetal transcurren sin la protección del cordón umbilical o del tejido placentario y atraviesan la parte inferior del útero por delante de la presentación del feto. La lesión de estos vasos en el momento del parto produce una hemorragia fetal con una elevada mortalidad (mueren 3 de cada 4 niños). La palpación ocasional del vaso al hacer una exploración vaginal o su visualización por amnioscopia permiten el diagnóstico.
-
Rotura uterina. La rotura del útero en el embarazo incluye el grosor de toda su pared y tiene consecuencias muy graves, con salida del niño a la cavidad abdominal. La mortalidad materna es del 10 al 40 por ciento y la fetal del 50 por ciento. La hemorragia suele ser leve, de inicio brusco y el estado general de la madre suele ser grave. Las partes fetales suelen poder palparse con mayor facilidad al tocar el abdomen.
-
Parto prematuro. El sangrado se acompaña de los síntomas de comienzo del parto entre las semanas 20 y 37 de la gestación.
-
Traumatismos, desgarros o infecciones del cuello de útero o de la vagina.
-
Varices vaginales, pólipos, cáncer de cervix.
¿Qué se debe hacer ante un sangrado vaginal?
Ante un sangrado vaginal se debe
contactar inmediatamente con el
médico. Si el sangrado es importante o está acompañado de dolor y contracciones y no se consigue contactar con el médico, se debe acudir a la Urgencia Hospitalaria.
También se debe avisar al médico si el sangrado ha cesado; el médico debe intentar determinar la causa del sangrado o, al menos, descartar complicaciones serias.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.