Enfermedades cerebrovasculares

• El ictus. Un ictus es la muerte de una parte del cerebro como consecuencia de la falta completa de riego sanguíneo a esa zona. Se manifiesta por la aparición brusca de un déficit neurológico (problemas súbitos para ver, para hablar o expresarse, para movilizar una parte del cuerpo, de sensibilidad, etc.), en muchas ocasiones acompañado de disminución del nivel de conciencia (sopor o adormecimiento e incluso coma). Si se recupera en menos de 24 horas y no deja ninguna lesión cerebral aparente en el TAC se denomina ataque isquémico transitorio (AIT). Un ictus puede ser debido a:

• Una trombosis cerebral. Generalmente como consecuencia de la obstrucción de una arteria que lleva sangre al cerebro.

• Una embolia cerebral. Un émbolo es un coágulo de sangre que se desprende de una zona del aparato circulatorio, habitualmente el corazón, y viaja por las arterias hasta que llega a una zona estrecha donde, al no poder pasar, tapona el paso de la sangre. La mayoría de las embolias cerebrales son consecuencia de una fibrilación auricular.

• La hemorragia intracraneal. Se trata de un sangrado en el interior del cráneo, bien dentro del tejido cerebral (hemorragia cerebral), bien en el espacio subaracnoideo (hemorragia subaracnoidea) o bien en el espacio subdural (hematoma subdural).
• Demencia vascular. La demencia vascular es una forma de demencia como consecuencia de la falta crónica de riego al cerebro.
• Trombosis de una vena cerebral. Las trombosis de las venas cerebrales se producen como consecuencia de infecciones, tumores o enfermedades de la sangre que se asocian a una mayor tendencia a que la sangre se coagule (síndromes de hipercoagulabilidad).
• Malformaciones arteriovenosas. Se trata de malformaciones de las arterias y las venas, parecidas a las que se pueden observar en la piel (antojos) pero en el interior del cerebro, que pueden producir diferentes complicaciones.