La pelvis es la zona inferior del abdomen, cubierta en su parte posterior por el hueso sacro, por los huesos o palas iliacas en los laterales y por el hueso pélvico en su parte anterior. En su interior se alojan la vejiga urinaria, la parte final del intestino, la próstata en los varones, y el útero y la vagina en las mujeres.
El
dolor de pelvis es un
dolor localizado en la zona baja del abdomen que puede ser debido a alguna alteración aguda o crónica en los órganos anteriormente citados o ser un dolor transmitido desde otra zona del cuerpo. En general es un trastorno mucho más frecuente en las mujeres.
¿Cuáles son las causas del dolor pélvico?
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Dolor agudo. Suele corresponder a:
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Problemas digestivos como una apendicitis, una infección de divertículos de colon (diverticulitis), una obstrucción intestinal o una enfermedad inflamatoria intestinal.
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Problemas urinarios como las infecciones de la vejiga (cistitis), piedras en la vejiga, etc.
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En varones las infecciones de la próstata (prostatitis)
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En mujeres la enfermedad inflamatoria pélvica, las infecciones o roturas de quistes ováricos, los embarazos extrauterinos, la endometriosis o la degeneración o crecimiento rápido de un mioma. La presencia de fiebre, escozor o dolor al orinar, sangrado menstrual, alteraciones en el hábito intestinal, etc. ayudan a realizar el diagnóstico.
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El dolor pélvico crónico es aquel dolor de pelvis que se prolonga durante más de 6 meses. Puede o no ser cíclico y es mucho más frecuente en mujeres. Suele ser referido como un dolor en la parte baja del abdomen que a veces se incrementa con las relaciones sexuales o al sentarse, o que empeora al estar mucho tiempo de pie y mejora al estar tumbado. El dolor puede ser tolerable o ser tan intenso que limita la vida habitual. En muchas ocasiones no se llega a un diagnóstico de la causa. Las posibles enfermedades que pueden ser responsables de un dolor crónico en la pelvis son:
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Un dolor mantenido sin relación cíclica se asocia mas con:
-Colon irritable.
-Cistitis intersticial, prostatitis crónica y otras enfermedades relacionadas con los síndromes somáticos funcionales.
-Cicatrices en el área pélvica como consecuencia de infecciones (enfermedad inflamatoria pélvica), cirugía o radioterapia.
-Tumores pélvicos, sobre todo en mujeres.
-Miomas.
-Tensión de los músculos del suelo pélvico.
-Síndrome de congestión pélvica. En algunos casos se pone en relación con dolor continuo.
-Causa psicógena. El estrés, la ansiedad, la depresión o una historia previa de abuso sexual, se han relacionado con el desarrollo de dolor pélvico crónico. Muchos casos en los que no se encuentra una causa se atribuyen a esta entidades.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del dolor de pelvis?
El diagnóstico de dolor pélvico suele requerir una
historia clínica y una exploración física detalladas,
análisis de sangre y orina, ecografía pélvica y
TAC o RMN de la zona. Si hay sospecha de que la causa pueda ser de origen digestivo puede solicitarse una
rectosigmoidoscopia. En ocasiones se precisan exploraciones ginecológicas especiales o puede llegarse a solicitar una
laparoscopia.
¿Cuál es el tratamiento para el dolor de pelvis?
El tratamiento del dolor pélvico
es el de la enfermedad que lo produce. En general se suele recomendar:
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Tratamiento con analgésicos (paracetamol) o anti-inflamatorios (ibuprofeno u otros).
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Anticonceptivos orales. Pueden ser de utilidad en algunos casos de dolor pélvico cíclico, siendo el tratamiento inicial de elección en mujeres con endometriosis.
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En casos de detectarse una infección, esta debe ser tratada con antibióticos o antifúngicos.
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Antidepresivos. Indicados en dolor de causa poco aclarada o asociado con otros síndromes somáticos funcionales.
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TENS (Estimulación eléctrica transcutánea). Se trata de la colocación de unos electrodos que transmiten impulsos eléctricos a una determinada zona. Es eficaz en algunos casos.
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Otros tratamientos. La relajación, el ejercicio físico y la realización de ejercicios encaminados a fortalecer el suelo pélvico junto con ejercicios de estiramiento, los masajes, etc. han demostrado eficacia en algunos casos.
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En algunas circunstancias puede realizarse una laparoscopia para cortar posibles adherencias por cirugías o infecciones previas, o para tratar una endometriosis localizada.
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En casos que no responden a ningún tratamiento puede valorarse la histerectomía (extirpar el útero), generalmente cuando el dolor se asocia con el periodo menstrual.
¿Cuándo acudir al médico de atención primaria por el dolor de pelvis?
El dolor pélvico mantenido debe ser consultado siempre con el médico de atención primaria.
¿Cuándo acudir a la urgencia por el dolor de pelvis?
Un dolor pélvico agudo intenso o que se acompaña de fiebre, sangrado vaginal importante o que no cede con analgésicos habituales debe motivar una valoración médica urgente.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.