¿Qué es la disfunción eréctil en jóvenes?
Se habla de
disfunción eréctil o impotencia cuando, de forma recurrente, se tienen
problemas para alcanzar y conservar una erección de una firmeza que permita mantener relaciones sexuales. Este problema de índole sexual está tradicionalmente relacionado, hasta el punto de llegar a su normalización, con la edad. Sin embargo, también hay casos de
disfunción eréctil en pacientes jóvenes, muchas veces ligados a aspectos psicológicos.
Soy joven y sufro disfunción eréctil: ¿por qué?
La problemática asociada a la disfunción eréctil se acentúa cuando se produce a edades tempranas. En estos casos, la autoestima suele verse muy afectada, lo que a su vez supone un riesgo añadido de cronificar el problema.
A la hora de distinguir las causas que llevan a sufrir un episodio de impotencia a un hombre joven debe hacerse una distinción entre los motivos orgánicos y los relacionados con lo psicológico, mucho más frecuentes. Así, el
detonante de la disfunción eréctil en menores de 50 años suele estar relacionado con la llamada
‘Ansiedad de ejecución’, causada a su vez por:
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Nerviosismo ante las primeras relaciones sexuales.
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Un fracaso ocasional a la hora de mantener una relación sexual.
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Presión causada por la exigencia de ‘estar a la altura’.
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Pensar más en el estado de la erección que en la propia relación sexual.
Causas de la disfunción eréctil
A la hora de determinar las
causas de la disfunción eréctil no hay distinción entre jóvenes y mayores más allá de la incidencia de cada uno de los factores en la edad. Así las cosas, las causas se dividen entre las de tipo orgánico, las psicológicas y las relacionadas con estilos de vida.
Causas orgánicas de la disfunción eréctil:
Disfunción eréctil y causas psicológicas:
Impotencia por uso de medicamentos y estilos de vida
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Consumo de antidepresivos.
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Tranquilizantes o sedantes.
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Fármacos para controlar la presión arterial.
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Supresores del apetito.
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Sobrepeso.
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Sedentarismo.
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Tabaco.
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Alcohol.
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Consumo de drogas.
Síntomas de la disfunción eréctil
El elemento más importante a la hora de determinar el diagnóstico de la disfunción eréctil es la
recurrencia. En este sentido, es importante destacar que
un episodio aislado entra dentro de la normalidad y no requiere de ningún tipo de atención médica. En cuanto a las formas en que la impotencia sexual puede presentarse, cabe mencionar las siguientes opciones:
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Poder alcanzar la erección pero no mantenerla durante las relaciones sexuales.
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Capacidad para mantener una relación sexual completa, pero no siempre que se desea.
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No poder alcanzar la erección nunca.
Impotencia: cómo se diagnostica
El diagnóstico de la disfunción eréctil tiene un componente que lo dificulta: la vergüenza de los hombres a acudir a la consulta de su médico. Una vez superada esta ‘barrera’, la batería de pruebas consta varias posibilidades:
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Exploración física.
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Examen psicológico.
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Analíticas de sangre y/o orina.
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Ecografía.
Tratamiento de la disfunción eréctil
Una vez diagnosticada,
el abanico terapéutico en materia de disfunción eréctil es amplio y va desde la mejora de hábitos de vida o opciones farmacológicas e incluso quirúrgicas. No obstante en el caso de los pacientes más jóvenes la
terapia psicológica se impone como el recurso más común.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.