No existe una única dieta que deba ser recomendada para prevenir complicaciones cardiovasculares o que deba ser seguida por las personas que ya han tenido una complicación cardiovascular.
Cada persona es distinta y la dieta debe ser adaptada a los factores de riesgo cardiovascular que una persona tenga. En pacientes con hipertensión arterial puede ser necesario realizar una dieta mucho más baja en sal de la recomendada a una persona sin problemas de tensión. Del mismo modo, las recomendaciones en cuanto al consumo de grasa animal deben ser más estrictas en personas con colesterol elevado que en aquellas con colesterol normal. Y por supuesto, la necesidad de ajustar las calorías en función del peso actual y el deseado, hace que las
recomendaciones dietéticas para la protección cardiovascular sean totalmente distintas entre una persona obesa y otra delgada. Sin embargo, y en conjunto, pueden darse recomendaciones generales a cualquier persona para reducir su riesgo cardiovascular.
Cuidados de protección vascular en la dieta
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Limite la cantidad de grasa de origen animal de la dieta. Las grasas saturadas son parcialmente responsables de la elevación del colesterol de la sangre. Si bien no está claro que el consumo de grasa saturada (grasa animal) se asocie con un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, la mayoría de las guías siguen recomendando en todo paciente que desee prevenir complicaciones cardiovasculares, la realización de una dieta dirigida a reducir su colesterol:
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Evite comer con frecuencia carne de cordero, vaca o cerdo. Si tiene que hacerlo o desea hacerlo, seleccione cortes magros (por ejemplo solomillo) y quite la grasa sobrante antes de cocinarlos.
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Evite el consumo de carne procesada, como embutidos y salchichas.
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A la hora de seleccionar proteínas de carne elija pollo o pavo, siempre sin piel.
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Seleccione preferentemente lácteos desnatados mejor que enteros.
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Consuma la carne asada o a la parrilla y evite freírla.
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Coma pescado con frecuencia. Evite tomar el pescado frito, o enlatado con mucho aceite o sal. Si bien algunos mariscos son ricos en colesterol, se ha demostrado que el colesterol de los alimentos contribuye poco al colesterol total de la sangre, mucho menos que las grasas saturadas de origen animal. Intente que, al menos dos veces por semana, el pescado que consuma sea azul.
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Los huevos son una importante fuente de proteínas y no tienen grasa saturada. Puede tomarse un huevo diario, salvo las personas con colesterol muy alto en sangre que deben limitar su consumo a 2 o 3 por semana.
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Limite los azúcares simples o aquellos que elevan rápidamente el azúcar de la sangre. En personas con exceso de peso, además de limitar el azúcar como tal, debe limitarse el consumo de pasta, arroz, patatas, pan, harina blanca, refrescos con azúcar, etc.
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Muchos productos de bollería industrial, además de tener una gran cantidad de azúcares simples, están hechos con grasas saturadas de origen vegetal (como el aceite de palma o de coco) o con grasas modificadas artificialmente como grasas hidrogenadas. Por todo ello debe evitarlos.
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Consuma fuentes de hidratos de carbono complejos como legumbres.
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Consuma frutos secos de forma frecuente pero con moderación.
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Tome comidas ricas en fibra.
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Utilice aceite de oliva mejor que el resto de aceites. Como segunda alternativa puede utilizarse aceite de maíz o de girasol.
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Evite las grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas, también llamadas ácidos grasos trans. Se encuentran en productos de bollería, alimentos precocinados, palomitas y en algunas margarinas.
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Coma varias raciones de frutas y de verduras a lo largo del día.
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Consuma alcohol de forma moderada. No es recomendable tomar más de dos bebidas alcohólicas al día los varones o más de una las mujeres.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.