La
colonoscopia es un
tipo de endoscopia que sirve para ver el interior del colon (intestino grueso), que es la parte final del intestino. Se solicita en algunas personas que tienen diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, emisión de sangre con las heces, anemia en la que se sospecha pérdida digestiva de sangre, pérdida inexplicada de peso y otras circunstancias, con la idea de descartar un cáncer de colon o un cáncer de recto, un pólipo, una inflamación del colon, una
diverticulosis, una angiodisplasia u otra enfermedad del colon. La colonoscopia también puede ser una prueba curativa, dirigida a eliminar pólipos, a tratar la angiodisplasia (pequeñas venitas en el colon que sangran con frecuencia), a cauterizar zonas sangrantes, por ejemplo en divertículos, y a dilatar estrechamientos. Algunas guías recomiendan realizar una colonoscopia a toda persona mayor de 50 años para descartar la presencia de cáncer de colon. También está indicada su realización preventiva en personas de menor edad si tienen antecedentes familiares de cáncer de colon o de
poliposis colónica.
¿En qué consiste la colonoscopia?
La prueba consiste en la introducción de un tubo flexible
(colonoscopio) por el ano, el cual lleva en su punta una luz y una cámara de vídeo. El tubo se introduce lentamente a lo largo de todo el colon mientras las imágenes son vistas en una pantalla de televisión.
¿Cómo debe prepararse el paciente para una colonoscopia?
Para que pueda visualizarse adecuadamente el colon se necesita que no haya heces en su interior. Por eso, durante los 2 o 3 días anteriores a la prueba se recomienda hacer una dieta pobre en fibra y residuos para que no se formen muchas heces. Además, el día anterior a la colonoscopia, el paciente debe tomar varios sobres de laxantes (medicinas que mueven el intestino y favorecen el hacer de vientre) mezclados con agua o con otros líquidos, para eliminar completamente las heces del intestino. El número de sobres que hay que tomar y cuándo comenzar a tomarlos depende del tipo de laxantes que se utilicen. En ocasiones puede ser necesario poner un enema de limpieza el mismo día de la prueba para eliminar los restos de heces que queden en el colon. Además de estos cuidados, en los días previos se debe haber realizado un análisis de coagulación para que, en caso necesario, puedan realizarse biopsias sin riesgo de sangrado. Por este mismo motivo es habitual que se suspenda el tratamiento con medicinas que alteren la coagulación de la sangre (aspirina, anticoagulantes, etc.) unos días antes, si bien es el médico quien le tendrá que decir si esto lo debe hacer. En personas con alteraciones en las válvulas del corazón (dañadas o con prótesis), con antecedentes de infecciones de corazón o con malformaciones congénitas del corazón, podría estar indicado poner tratamiento antibiótico antes de la prueba para prevenir una
endocarditis, una infección grave de las válvulas del corazón. El día de la prueba, el paciente debe llevar en ayunas al menos 8 horas, no pudiendo haber ingerido comida ni bebida durante este periodo.
¿Existe alguna contraindicación para la realización de una colonoscopia?
El médico que la realiza debe conocer las enfermedades importantes y las medicaciones que toma el paciente para que determine si la prueba está indicada o no.
¿Cómo debe realizarse la colonoscopia?
Para la realización de una colonoscopia se debe coger una
vía periférica (colocar un catéter en una vena) para inyectar alguna sustancia que adormezca y reduzca la ansiedad o las molestias que pudieran producirse durante la prueba. La colonoscopia puede realizarse con
sedación superficial (el paciente está despierto pero algo adormilado) o con sedación más profunda (el paciente está dormido durante la prueba). El paciente habitualmente está tumbado de lado. El colonoscopio se introduce por el ano y, lentamente, se va llevando hasta la parte más lejana del colon, aproximadamente un metro o algo más. Según es introducido se va metiendo aire en el interior del colon para dilatarlo y poderlo ver bien por dentro. En ocasiones, el médico puede pedir al paciente que cambie de postura para ver mejor algunos lugares concretos. Frecuentemente se toman biopsias (pequeños trozos de colon) de algunas zonas a traves del colonoscopio. La prueba suele durar unos 30 minutos aunque puede prolongarse más cuando hay que realizar alguna acción terapéutica, como una
polipectomía. La colonoscopia suele ser algo molesta.
¿Existe algún efecto adversos?
No suelen existir efectos adversos en las colonoscopias diagnósticas. A veces quedan molestias digestivas durante unas horas y sensación de gases por el aire que se ha introducido. A veces puede haber reacciones alérgicas si se pone algún tratamiento para adormecer. En raras ocasiones la obtención de una biopsia da lugar a un sangrado digestivo importante, un efecto adverso más frecuente cuando se extirpa un pólipo (polipectomía). De forma excepcional se puede producir una perforación de colon, o una infección como consecuencia del paso de bacterias del intestino al interior de la sangre.
¿Existe algún cuidado posterior?
No. Se puede comer de inmediato. Si el paciente ha sido sedado se requiere que acuda con alguien para que pueda ser acompañado a su casa posteriormente. El paciente debe de consultar con el médico de forma inmediata si tras la prueba aparece un intenso dolor del abdomen, hay un sangrado muy importante o aparece fiebre.
¿Cómo se interpreta la colonoscopia?
La mayoría de los datos obtenidos en una colonoscopia proceden de la inspección ocular. A veces hay que esperar a disponer de las biopsias para estar completamente seguros de un diagnóstico.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.