Diccionario de enfermedades

Cirugía refractiva de la hipermetropía

Riesgos de la cirugía refractiva de la hipermetropía
La cirugía refractiva puede reducir e incluso eliminar la hipermetropía. Su objetivo es dar mayor profundidad a la córnea para que las imágenes queden perfectamente enfocadas sobre la retina.

La cirugía para corregir la hipermetropía se realiza con menos frecuencia que la dirigida a corregir la miopía debido a que presenta una mayor dificultad. La córnea debe moldearse y profundizarse, lo que entraña mayor dificultad que adelgazarla. Para grados moderados de hipermetropía (hasta 6 dioptrías) se suele emplear la cirugía láser (actúa sobre la córnea); para hipermetropías más graves se utiliza el implante de lentes intraoculares (actúan sobre el cristalino).

¿Quién es el candidato ideal para la cirugía refractiva de la hipermetropía?


El candidato ideal para la cirugía refractiva de la hipermetropía sería:
  • Un adulto con hipermetropía estable, sin variaciones en el último año.
  • Pacientes con ojos sanos, sin problemas de retina, ni cicatrices corneales u otro tipo de enfermedades oculares.
La cirugía refractiva de la hipermetropía puede no estar indicada si:
  • El paciente tiene historia previa de enfermedad autoinmune.
  • Embarazo o lactancia.
  • Existe una historia de enfermedad ocular o de traumatismo ocular previo.
  • Se está en tratamiento con medicación que pueda afectar al proceso de cicatrización o a la visión.
  • Existe visión en un solo ojo

¿Cómo será la primera consulta con el cirujano para una cirugía refractiva de la hipermetropía?


El cirujano realizará una historia clínica y un examen ocular completo que incluye:
  • determinación de la agudeza visual y graduación de la vista.
  • determinación del espesor y de la curvatura de la córnea.
  • medición de la presión ocular.
  • determinación del tamaño de las pupilas en la luz y en la oscuridad.
  • dilatación de la pupila para ver el fondo de ojo.
También descartará cualquier problema que desaconseje la intervención. Si considera indicada la operación con lente intraocular, puede necesitar pruebas adicionales como la determinación de la profundidad del globo ocular.

Cuidados previos a la cirugía refractiva de la hipermetropía


Se debe evitar la utilización de lentes de contacto durante las ocho semanas previas a la cirugía ya que las lentillas pueden deformar la córnea, falseando los datos. También se debe evitar el maquillaje los días previos a la operación para evitar el crecimiento bacteriano alrededor de los ojos. Es conveniente lavarse la cabeza antes de la operación para evitar tener que hacerlo después y que el champú irrite los ojos.



Cirugía láser de la hipermetropía


La cirugía láser modifica la forma de la córnea de manera permanente para mejorar la visión. Dado que la córnea del ojo hipermétrope está poco curvada, la cirugía corrige el defecto aumentando su profundidad. Conceptualmente trata de tallar en la propia córnea la lentilla que necesita el ojo para ver bien.

Dentro de la cirugía láser para la hipermetropía existen varias técnicas quirúrgicas:
  • Lasik-H. Es el acrónimo de las palabras en inglés asociadas a “Laser assisted in situ keratomileusis” que se traduce como Queratomileusis in situ asistida por láser. Está indicada en graduaciones bajas y moderadas (hasta 6.0 dioptrías). Utiliza el láser para aumentar la profundidad de la parte central de la córnea, reduciendo un poco el grosor de la parte superficial. Un tipo determinado de láser aparta una lámina de tejido corneal de la superficie del ojo y otro tipo de láser talla la porción central de la capa intermedia de la córnea corrigiendo la graduación necesaria. Al terminar se devuelve la lámina despegada a su sitio original. No precisa puntos de sutura ya que se adhiere de forma natural.
  • PRK-H. Es el acrónimo de las palabras en inglés asociadas a “Photorefractive Keratectomy” que se traduce como Queratectomía fotorrefractiva; Lasek-H (Queratomileusis epitelial in situ asistida por láser); Epi-lasik-H (Queratomileusis subepitelial asistida por láser). Son procedimientos similares, indicados en hipermetropías de baja a moderada graduación (hasta 6 dioptrías). Permiten operar a pacientes que no son buenos candidatos para el Lasik por tener córneas demasiado finas (que no permiten despegar una lámina corneal), irregularidades en la córnea o sequedad ocular. El láser trabaja en la superficie corneal tras retirar la capa más superficial que se regenera en unos tres días. Tiene como inconveniente que, durante los días de la cicatrización, se padecen más molestias que con Lasik y que la recuperación visual es más lenta, careciendo de visión útil para trabajar o conducir durante 1 o 2 semanas.

¿Cómo ser realiza la intervención de hipermetropía?

El tiempo de la intervención es corto (unos10 minutos por cada ojo). Normalmente se hacen los dos ojos en la misma sesión. Durante la operación el paciente está despierto, aunque se le administra un medicamento para ayudarle a relajarse y se aplica un colirio anestésico que adormece la superficie del ojo. Para evitar el parpadeo se coloca un instrumento que mantiene el ojo abierto durante toda la operación. Durante la intervención el paciente debe mantener fija la mirada durante unos 60 segundos. La tecnología actual permite seguir el movimiento del ojo (en el caso de que se moviera) para aplicar el láser correctamente. La intervención se realiza de forma ambulatoria sin necesidad de ingreso hospitalario. Se abandona la clínica con los ojos destapados y con la visión algo borrosa. Es conveniente llevar gafas de sol al salir de la clínica.

Todos los pacientes intervenidos con cirugía láser deben solicitar a sus oftalmólogos un informe con la graduación previa a la cirugía. Esta información es importante para futuras intervenciones y tratamientos.

Postoperatorio:

El día de la cirugía la visión puede ser borrosa, estabilizándose en 24-48 horas, aunque en algunas personas puede llevar de 2 a 3 meses. Inmediatamente después de la operación puede aparecer una sensación de cuerpo extraño en el ojo, ardor o picazón que no suele durar más de seis horas. Lo habitual es que el paciente mantenga reposo en casa durante las primeras 24 horas. Durante el postoperatorio se prescriben colirios para evitar infecciones e inflamación así como para aliviar la sequedad ocular y facilitar la cicatrización. El tiempo de cicatrización es corto (24 horas para Lasik y 2 o 3 días para PRK, Lasek y Epi-lasik), debiendo evitar restregarse los ojos durante el mismo para evitar el desplazamiento de la lámina corneal. La reincorporación a la vida habitual con la técnica Lasik es muy rápida, normalmente al día siguiente de la operación. Si la técnica realizada es la PRK o Epi-lasik, la recuperación puede alargarse unos días. El primer control postoperatorio se suele realizar de 24 a 48 horas después de la cirugía. Se recomienda no practicar deportes de contacto ni natación en las cuatro semanas siguientes a la intervención.

La consideración por parte del paciente que las molestias postoperatorias exceden lo previsto es motivo de consulta con el oftalmólogo.

¿Qué riesgos existen?


Aunque raras, las complicaciones de la cirugía láser para la hipermetropía son:
  • Infección o inflamación de la córnea. Es una complicación rara que retrasa el proceso de cicatrización. Se suele resolver con tratamiento antibiótico.
  • Corrección escasa o excesiva. El ajuste realizado no ha sido el correcto y el paciente no alcanza la visión esperada. Puede ser preciso seguir necesitando lentes correctivas. La solución para alcanzar los resultados esperados puede pasar por una cirugía adicional.
  • Anomalías en la cicatrización o problemas permanentes en la córnea. Es una complicación rara asociada con mayor frecuencia a la PRK.
  • Disminución de la sensibilidad al contraste, sobre todo con luz tenue. Esto puede dificultar, por ejemplo, la conducción nocturna. En general desaparece con el tiempo.
  • Mala visión nocturna. En general desaparece con el tiempo.
  • Ojo seco. Dificultad o imposibilidad para lubricar el ojo. Dificultad incluso para lagrimar. En general desaparece con el tiempo.
  • Deslumbramiento con la luz. En general desaparece con el tiempo.
  • Aberraciones visuales como halos, resplandores nocturnos o visión fluctuante. En general desaparecen con el tiempo.
  • Irritación ocular. En general desaparece con el tiempo.
  • Elevación transitoria de la tensión ocular.
  • Disminución de la visión o pérdida permanente de la misma.
Algunas personas pueden necesitar una segunda intervención para mejorar los resultados. Aunque una segunda cirugía pueda mejorar la visión, puede no aliviar otros problemas visuales como los resplandores, la mala visión nocturna o la sensibilidad a la luz. Estos síntomas suelen desaparecer a los seis meses de la cirugía pero un pequeño porcentaje de pacientes pueden continuar teniendo problemas con el resplandor.

Cirugía de hipermetropía con implante de lente intraocular


La cirugía para la hipermetropía con implante de lente intraocular está indicada en hipermétropes que no son buenos candidatos a la cirugía láser por hipermetropías de alta graduación (mayores de 6.0 dioptrías), córneas de grosor insuficiente, pupilas grandes u ojo seco. Se suele intervenir primero un ojo y, unas semanas después, el otro.

Según el lugar de implantación de la lente se dividen en:
  • Lentes de contacto implantables (ICL) o lentes intraoculares fáquicas (IOL fáquicas). No sustituyen al cristalino sino que coexisten con él. Son similares a una lentilla aunque más pequeñas y se pueden dejar dentro del ojo permanentemente o se pueden retirar si surge algún problema. Están indicadas en pacientes menores de 45 años. Las lentes fáquicas pueden colocarse:
  • En cámara anterior (delante del iris). Fueron las primeras en emplearse aunque ahora se encuentran en desuso.
  • En cámara posterior (entre el cristalino y el iris). Son las más utilizadas en la actualidad.

La lente se inyecta en el ojo a través de una mínima incisión en el borde de la córnea. Una vez en el interior del ojo, se despliega y se acopla bien. Al final de la intervención se abre un diminuto orificio en el iris (iridotomía) con láser YAG para prevenir la producción de un glaucoma. La incisión se cierra sin necesidad de puntos de sutura. La intervención se realiza de forma ambulatoria con gotas anestésicas. Su duración es de unos 10-15 minutos y su rápida recuperación permite una pronta reincorporación a las tareas habituales. La lente es invisible y pasa desapercibida. Lo normal es sentir una pequeña molestia el día de la cirugía. Se debe ser riguroso con el tratamiento prescrito por el médico (generalmente gotas oftálmicas) y evitar tocar el ojo el primer día.

  • Lentes intraoculares (IOL). Sustituyen al cristalino. Se implantan delante de la cápsula posterior en el mismo lugar que ocupaba el cristalino extraído. Están indicadas en:
  • Hipermétropes mayores de de 45-50 años (por tanto también con presbicia) que quieran prescindir de las gafas.
  • Hipermétropes que vayan a ser intervenidos de cataratas.

Para implantarlas se disuelve y aspira el contenido del cristalino, que es reemplazado por la nueva lente. Los resultados son buenos y la recuperación es rápida. Actualmente las IOL multifocales han reemplazado a las monofocales ya que permiten una visión correcta en todas las distancias. Tras el implante de una lente intraocular puede ser necesario realizar, en algunos pacientes, una corrección con láser para eliminar el astigmatismo asociado que no corrige la lente y/o corregir el defecto residual.

El empleo de un tipo de lente u otro depende del criterio del cirujano. Esta cirugía es más compleja que la cirugía láser por lo que la experiencia del cirujano, la selección del tipo de lente y el cálculo de la potencia de la misma son fundamentales para el éxito de la cirugía.

¿Cómo será el postoperatorio tras la cirugía refractiva de la hipermetropía?


Tras la intervención se abandona la clínica con los ojos destapados. Durante las primeras horas la visión es borrosa y se experimenta una sensación de cuerpo extraño en el ojo, ardor o picazón. Lo habitual es que el paciente mantenga reposo en casa durante las primeras 24 horas. Al día siguiente la visión es mucho más clara y prácticamente sin molestias. Durante los primeros días debe evitarse el frotamiento de los ojos.

¿Existen riesgos relacionados con las lentes intraoculares?

Los problemas de la cirugía para la hipermetropía con lentes intraoculares son poco frecuentes y generalmente tratables. Pueden citarse los siguientes:
  • Sensibilidad a la luz y mala visión nocturna. En general desaparecen con el tiempo.
  • Corrección escasa o excesiva de la hipermetropía. Puede tratarse con corrección adicional mediante láser, gafas, lentes de contacto o cambiando la lente en una segunda intervención.
  • Distorsión persistente de la visión, formación de cataratas. Requiere extraer el cristalino y sustituirlo por una lente intraocular (IOL).
  • Aumento de la presión intraocular. Es bastante frecuente tras esta intervención. Se trata con medicación, generalmente tópica, prescrita por el oftalmólogo.
  • Desplazamiento de la lente. La solución habitual es acomodarla nuevamente mediante cirugía.
  • Anomalías físicas tras la cicatrización. Es un motivo de consulta urgente al oftalmólogo.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.