Un
catarro o resfriado es el nombre que se le da a una
infección aguda de las vías respiratorias superiores. La mayoría de los catarros son debidos a
infecciones por virus y desaparecen por sí solos después de unos días.
Causas del catarro
Existen muchos virus distintos capaces de producir un cuadro catarral, como los
rinovirus, virus de la gripe, adenovirus, etc. Dado que habitualmente no se precisa ningún tratamiento específico y que el diagnóstico concreto del virus responsable supone un gasto económico considerable, no se suele investigar cual es el agente responsable del catarro.
En personas mayores, en las que tienen
bajas las defensas o en aquellas con
enfermedades crónicas, los procesos catarrales pueden ser
graves, generalmente por descompensar otra enfermedad previa. En estas circunstancias, y cuando el cuadro catarral aparezca dentro de una epidemia de gripe, se suele hacer un análisis de las secreciones procedentes de la nariz para descartar o confirmar una gripe, la cual podría tener un tratamiento específico.
Síntomas del resfriado
Los síntomas de los catarros son parecidos a los de otras infecciones de vías respiratorias superiores pero sin que haya una clara localización de la infección en un lugar concreto. Los pacientes suelen tener:
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Rinorrea (secreción nasal, es decir, mocos, abundantes) con congestión nasal.
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Tos.
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Dolor de garganta.
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Otras manifestaciones son menos frecuentes y variables de unas personas a otras, como la presencia de fiebre, generalmente no muy alta, malestar general, dolores musculares, conjuntivitis, estornudos, ganglios en el cuello o ronquera.
Los síntomas suelen durar
una media de 7 días, entre 2 y 10 días, y desaparecen sin tratamiento específico.
Un número pequeño de catarros se complican con una infección bacteriana sobreañadida, sobre todo en niños, ancianos y personas con defensas bajas. La complicación puede consistir en una infección bacteriana de oídos
(otitis), una
rinitis con eliminación de pus con las secreciones nasales o una neumonía. En general estas complicaciones se manifiestan como un empeoramiento de los síntomas tras una mejoría pasajera.
¿Cómo se diagnostica el catarro?
El diagnóstico de los catarros es
clínico, sin que sea necesario realizar
ninguna prueba concreta. En ocasiones es difícil de diferenciar de una gripe. En una gripe suele existir fiebre más alta, dolor de cabeza y dolores musculares generalizados. Cuando es necesario, con una torunda se pueden coger las secreciones del fondo de la nariz para hacer un
análisis que confirme la presencia de una gripe.
¿Puede prevenirse?
La transmisión de los virus se produce por el intercambio de secreciones, bien sea indirectamente o a través de objetos intermedios, como pomos de puertas, teclados de ordenador, teléfono, etc. o directamente, por contacto manual o por vía aérea. Por tanto, la única manera de
evitar el contagio es evitar el contacto con personas con un cuadro catarral o ponerse una mascarilla y lavarse frecuentemente las manos.
Las personas con alergias y con defensas bajas pueden adquirir un catarro con más facilidad.
¿Cuál es el pronóstico de los catarros?
Los catarros son siempre
benignos a no ser que se compliquen con una
infección bacteriana.
Tratamiento: ¿Cómo eliminar el resfriado?
No se utiliza ningún tratamiento específico frente a los virus responsables del catarro. Por tanto, el resfriado no tiene un tratamiento curativo sino sintomático, es decir, dirigido a
reducir los síntomas pero no a modificar la evolución de la enfermedad que desparecerá sola pasados unos días. Se debe
evitar el tratamiento con antibióticos que únicamente sirven para tratar las infecciones por bacterias, no por virus. El tratamiento consiste en:
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Anti-inflamatorios, mejoran el estado general.
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Descongestivos nasales, mejoran la respiración a través de la nariz y reducen el moqueo. Pueden darse en pastillas o en forma de gotas nasales. También es recomendable la instilación de agua con sal por la nariz.
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Antihistamínicos, son especialmente eficaces en personas con picor de nariz, estornudos y emisión de agüilla por la nariz (rinorrea).
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Existen diversos preparados en las farmacias que combinan medicinas para la fiebre y el dolor, descongestivos nasales y antihistamínicos.
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Pueden también utilizarse medicinas para la tos o pastillas chupadas para calmar el dolor de garganta. Algunos médicos no recomiendan quitar la tos dado que favorece la expulsión de secreciones. Si es muy molesta puede administrarse algún jarabe con dextrometorfano asociado o no a un expectorante o parches de mentol.
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La utilización de vitamina C u otros remedios no han demostrado ser eficaces.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.