Los cánceres de piel tradicionalmente se dividen en melanomas y no melanomas. Los
cánceres de piel no melanomas incluyen al carcinoma basocelular y al carcinoma espinocelular. Ambos tipos de cánceres son muy frecuentes. De ellos el carcinoma basocelular representa al 80%, si bien el espinocelular es probablemente más importante por su capacidad para producir metástasis.
¿Cuáles son las causas cáncer de piel no melanoma?
Las causas del cáncer de piel son probablemente múltiples. Se han identificado varios factores que se asocian con su aparición:
-
La exposición al sol. Es probablemente el factor más claramente relacionado con estos tipos de cáncer.
-
El consumo de tabaco. Se asocia con el carcinoma espinocelular de labios y de boca.
-
La edad avanzada.
-
El sexo varón.
-
Ser pelirrojo y/o tener los ojos claros. El albinismo se asocia también con un mayor riesgo de cáncer.
-
Las defensas bajas como consecuencia de enfermedades o de diversos tratamientos.
¿Qué síntomas producen estos tipos de cánceres?
La mayoría de los cánceres de piel aparecen en zonas expuestas al sol, como la cabeza, la cara o el cuello. Cuando se diagnostican suelen ser asintomáticos. Se debe sospechar de ellos si se tiene alguna herida que no llega a cicatrizar, que sangre con facilidad o que sea dolorosa.
-
Carcinoma basocelular. Suele localizarse en la cara, cabeza, cuello, pecho, espalda u hombros. La nariz es el lugar de aparición más frecuente. En sus formas iniciales puede manifestarse como zonas escamosas y rojas que aumentan progresivamente de tamaño y pueden confundirse con zonas de psoriasis o con otra enfermedad dermatológica. A veces se manifiesta como un pequeño nódulo en la piel de crecimiento progresivo. En otras ocasiones se manifiesta como una zona fibrosa e indurada de la piel, única, plana o discretamente hundida. El carcinoma basocelular crece localmente de forma lenta con destrucción de las zonas adyacentes y casi nunca produce metástasis.
-
Carcinoma escamoso o espinocelular. Suele localizarse en la cara, cabeza o el cuello. Puede manifestarse de formas muy variables, frecuentemente sobre piel previamente dañada. Suele aparecer como un nódulo rojizo y ulcerado o como una erosión superficial de la piel o del labio. A veces, sin embargo, se manifiesta como una placa o una lesión parecida a una verruga. Suele aparecer sobre lesiones de queratosis actínica, una enfermedad premaligna que aparece en áreas expuestas al sol, consistente en lesiones sobreelevadas con gran cantidad de escamas. También pueden aparecer sobre cicatrices, úlceras crónicas o en la mucosa genital.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstico de sospecha del cáncer de piel es clínico. El diagnóstico definitivo requiere de una biopsia de la piel.
¿Puede prevenirse el cáncer?
Los cánceres de piel no melanomas pueden prevenirse evitando la exposición al sol y utilizando cremas solares de elevada protección.
¿Cuál es su pronóstico?
El pronóstico depende del tipo de cáncer de piel:
-
Carcinoma basocelular. El pronóstico suele ser excelente, sobre todo en lesiones localizadas. Este tipo de cáncer no produce metástasis y solo crece a nivel local. Tiene un elevado riesgo de recurrencia en otra localización, por lo que los pacientes a los que se extirpe uno de estos cánceres deben ser revisados en el futuro. Se estima que la mitad de los pacientes con un carcinoma basocelular desarrollarán un nuevo cáncer del mismo tipo en el futuro.
-
Carcinoma espinocelular. Este cáncer se cura en 9 de cada 10 casos. Sin embargo, tiene un potencial elevado para metastatizar. Las metástasis son más frecuentes si el cáncer aparece en zonas no expuestas al sol o si aparece sobre cicatrices o heridas previas. Suele metastatizar a los ganglios cercanos.
¿Cuál es el tratamiento del cáncer de piel no melanoma?
El tratamiento, en función del tipo de cáncer es:
-
Carcinoma basocelular. El tratamiento es la resección del tumor. Esta puede hacerse mediante numerosas técnicas:
-
Escisión quirúrgica (extirpar el tumor con un bisturí).
-
Desecación eléctrica y curetaje (raspar con una especie de cucharilla afilada y quemar con un aparato para terminar de acabar con las células cancerosas y evitar el sangrado).
-
Criocirugía (quemándolo con frío, es decir, con nitrógeno líquido).
-
Aplicación de inmunomoduladores y antitumorales en forma de cremas, como imiquimod o 5-fluoracilo, para tumores muy superficiales.
La elección de una técnica u otra depende del tamaño, las características del tumor y la situación del paciente. Para los tumores de bajo riesgo, el método más habitual es la desecación eléctrica y curetaje. En casos de tumores más agresivos, de localización más complicada o por razones estéticas, se suele utilizar la escisión (extirparlo quirúrgicamente).
-
Carcinoma espinocelular. Las opciones terapéuticas incluyen la escisión quirúrgica y la radioterapia. La criocirugía o la desecación eléctrica se pueden utilizar en lesiones premalignas. Si hay metástasis se debe realizar una cirugía agresiva asociada o no a radioterapia. En algunos pacientes con múltiples lesiones o problemas graves de cicatrización, pueden utilizarse cremas de inmunomoduladores como imiquimod o 5-fluoracilo. La quimioterapia puede estar también indicada en casos determinados cuando ha habido extensión del tumor.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.