En primer lugar, enhorabuena por el nombramiento, y, en segundo lugar, mucha suerte para conseguir una buena gestión en un ministerio importante pero muy complejo y complicado.
España disfruta hasta ahora de uno los sistemas nacionales de salud más eficientes y con mejores resultados a nivel mundial; esto se debe a muchos factores, pero uno de los más importantes es que tiene magníficos profesionales que desarrollan su labor a diario. Dentro de estos profesionales, es justo destacar al personal facultativo, por la gran formación que tienen –reconocida a nivel mundial– y por la tremenda implicación con el sistema y los ciudadanos. Esta implicación significa que hacen a diario mucho más de lo que es su obligación, y con ella se está consiguiendo que la calidad asistencial que reciben los pacientes apenas se vea afectada por los drásticos recortes sufridos por la crisis.
Fijémonos ahora en Atención Primaria, es la puerta de entrada al Sistema Sanitario, en ella trabajan unos 35.000 médicos y más de 50.000 profesionales de otras categorías. Todos estos profesionales realizan su trabajo en los más de 13.000 centros distribuidos por toda España, llegan hasta el hogar más alejado. La labor asistencial que realizan es inmensa: si contabilizamos solo a los facultativos, en el año 2012 realizaron más de 270 millones de asistencias, tanto en consulta como a domicilio, normales y de carácter urgente; los enfermeros –más de 29.000 en plantilla– realizaron más de 130 millones de asistencias y el resto de profesionales realizaron otros muchos millones de actuaciones –aunque no existan datos– necesarias e imprescindibles para mantener la salud de los españoles.
Estas grandes cifras nos hablan claramente del muy alto nivel de eficiencia, pues con datos del año 2012 el coste es de 201 euros por persona y año. Los resultados en salud dejan a España a la cabeza a nivel mundial. A modo de ejemplo:
• La esperanza de vida al nacer es de 82,5 años, primer puesto en Europa muy por encima de la media de 79,3 años.
• La mortalidad general es de 481,5 por cada 100.000 habitantes, en segundo lugar después de Italia y muy lejos de la media de 585,9.
• El estado de salud percibido (porcentaje con respuesta bueno o muy bueno) está entre los primeros puestos con un 75,1 por ciento, muy por encima de la media de 67,9 por ciento.
Los ciudadanos premian a los médicos españoles con una valoración extraordinaria año tras año –es la profesión mejor valorada– pero, por el contrario, la valoración que reciben de las diferentes administraciones no es tan positiva, sobre todo si nos referimos a los hechos.
El presupuesto sanitario ha sufrido graves recortes entre los años 2009 y 2012; en concreto, casi 6.500 millones de euros es la diferencias entre ambos años (un 10,7 por ciento) porcentaje muy superior al recorte en otros ámbitos de las administraciones públicas, ya que el recorte en los gastos consolidados del Estado entre los años 2009 y 2012 ha sido del 5,8 por ciento (22.454 millones de euros).
En el caso de Atención Primaria, el recorte presupuestario ha sido superior a la media del sector sanitario; en concreto, se han recortado en estos años casi 1.300 millones de euros (el 13,5 por ciento). Además, podemos decir que ‘llueve sobre mojado’ porque el presupuesto dedicado a Atención Primaria en España viene perdiendo peso con relación al presupuesto sanitario desde hace más de 30 años: el porcentaje dedicado a AP en el año 1982 era del 20,2 por ciento que en 1992, diez años después, era del 16,6 por ciento; en el año 2000, el porcentaje había bajado hasta el 15,7 por ciento. Durante unos años se mantuvo rondando este porcentaje, pero llegó la crisis y de nuevo llegan los recortes asimétricos: en el 2007 el porcentaje sigue siendo del 15,7 por ciento, pero en el 2009 baja al 15,3 por ciento, en el año 2011 de nuevo disminuyó hasta el 15 por ciento y en el año 2012, con datos provisionales, era un escaso 14,8 por ciento. Es una lenta agonía que está haciendo que los médicos de Atención Primaria estén al borde de su resistencia, como viene denunciando el Foro de Médicos de AP.
Estos recortes suponen que las plantillas de facultativos son totalmente insuficientes. Más del 40 por ciento de los médicos de Familia tienen cupos que superan las 1.500 cartillas asignadas. En el último año se han reducido las plantillas de médicos en 297 plazas, mientras que paradójicamente (realizan la mitad de actividad) se ha incrementado la de enfermería en 260.
Las sustituciones prácticamente han desaparecido en la mayoría de los centros de salud, con lo que las cargas de trabajo se han incrementado de forma escandalosa y ya resultan insoportables en demasiadas ocasiones (agendas de más de 50 o 60 pacientes al día son demasiado frecuentes). La tasa de reposición del 10 por ciento está causando verdaderos dramas en muchos centros de salud, y el incremento al 50 por ciento no es solución suficiente. En el centro donde se jubila un médico, no cubrirse la plaza se produce un nuevo incremento de pacientes en cupos ya saturados.
En definitiva, muchos médicos de AP están al límite de sus fuerzas, y ya llevan demasiado tiempo. Pronto la desmotivación y desesperación harán que no puedan seguir haciendo mucho más de lo que es su obligación y sin duda el SNS no está preparado para que miles de médicos sobrepasen el límite de su resistencia y disminuya el gran poder resolutivo de Atención Primaria. En Primaria se resuelven aproximadamente el 90 por ciento de las demandas, leves descensos porcentuales del poder resolutivo pueden hacer que el SNS no sea sostenible.
Llega un momento en el que mayores recortes en presupuesto no significan mayor eficiencia, pues cuando se afecta la eficacia y la calidad asistencial no hay un SNS eficiente, lo que nos queda es solo un SNS barato que no da respuesta adecuada a las demandas de los ciudadanos.
El SNS se enfrenta a un crecimiento importante del envejecimiento de la población, que está causando un incremento de las enfermedades crónicas. Si desde Atención Primaria no se da respuesta a estos incrementos de demanda asistencial, el SNS no podrá ser financiado, no será sostenible y las listas de espera crecerán exponencialmente. El incremento de la cronicidad y las demandas sociales que acarrea solo puede financiarse desde la eficiencia demostrada en Atención Primaria, pero sin duda necesita presupuestos realistas y suficientes.
Siguiendo el lema del Foro de Médicos de Atención Primaria: “En tiempos de crisis, la solución es más y mejor Atención Primaria”. Para que el SNS siga siendo sostenible, eficiente y de calidad: señor ministro, apoyo financiero para Atención Primaria es la mejor solución.