De la reunión de los directores generales autonómicos con el Ministerio de Sanidad han salido varias claves con distinta lectura según el sesgo político que las interprete. Algunas han quedado meridianamente claras. La primera es que la competencia de dar o no asistencia sanitaria a los inmigrantes irregulares es autonómica, no nacional. Eso sí, corre de cuenta de los presupuestos de la comunidad, y algunos que ya están implantando su “sanidad universal” lo pueden pasar muy mal para ajustar su déficit a final de año. La segunda es que el RD 16/2012 puede darse por muerto si después de las elecciones generales no es el PP quien gobierna. La postura de todas las comunidades socialistas es tajante: no rotundo al RD. Y la tercera es que si de una cosa puede presumir Mariano Rajoy es de tener a, no a uno, sino a dos, excelentes líderes al frente del Ministerio de Sanidad. Tanto Alfonso Alonso como Rubén Moreno se ganan los halagos de todos, incluso de sus rivales políticos, aunque no se lleguen a grandes acuerdos, como en esta Comisión de Prestaciones…