Sra. Consejera:
No hemos de ocultarle que su nombramiento, bendita ingenuidad, generó en nuestro colectivo médico y de facultativos en general, expectativas de mejora en las condiciones laborales y retributivas que venimos padeciendo desde que la Sra. Montero, su predecesora en el cargo, se hizo cargo de la Consejería de Salud. Casi todos pensábamos que iba usted a ser impulsora de vías de diálogo, negociación y acuerdos con nuestro colectivo, que mejorasen la pésima situación en la que nos encontramos.
Sin querer ser exhaustivos, basta con mencionar un decálogo de cuestiones sin resolver, que usted no se atreve o no puede abordar, generando frustración y desánimo en los profesionales sanitarios.
1.- La aplicación del incremento de jornada a 37, 5 horas semanales se ha realizado de forma arbitraria y discriminatoria, con un afán meramente confiscatorio, que ha llevado a sufrir importantes pérdidas retributivas adicionales a los facultativos.
La situación actual es de absoluto caos en los centros sanitarios, con horarios y sueldos dispares que la mayoría de nuestros compañeros no aciertan a comprender.
Los Gerentes de los centros han asumido competencias sobre jornada laboral que no le corresponden, como ya han recogido numerosas sentencias judiciales, y que usted, con su silencio, ignora.
2.- Se ha abusado de los contratos eventuales, introduciendo una precariedad laboral que nunca se había conocido, con profesionales que llevan años trabajando en el mismo puesto y con renovaciones de sus contratos que han llegado a ser mes a mes o incluso menos, llegando en algunos casos a transformar interinidades en eventualidades al 75 por ciento. En el colmo del cinismo, se les ha llegado a bautizar como una nueva categoría denominándolos eventuales “estructurales”, estamento que no existe en ningún Servicio de Salud del Estado. Y, por si fuera poco, los contratos de facultativos temporales al margen de los mecanismos de Bolsa de Empleo, se han convertido en un hecho frecuente en nuestros hospitales y motivo actual de demanda judicial.
3.- Con la excusa de no querer despedir a nadie, se han reducido los contratos de eventuales al 75 por ciento, al 50 por ciento e incluso al 33 por ciento y, sin embargo, en el SAS se han perdido más de 7000 puestos de trabajo en los últimos dos años.
4.- Continúan creándose, en el ámbito hospitalario, numerosas Unidades de Gestión Clínica y nombrándose Cargos Intermedios, sin que hasta la fecha, exista el más mínimo marco normativo que las regule. Como botón de muestra, valga decir que se han nombrado 688 nuevos cargos intermedios en los últimos tres años en el territorio SAS.
5.- Se han suprimido los derechos económicos a los facultativos que solicitan la certificación en el proceso de Carrera Profesional, dejando vacío de contenido la acreditación en la misma.
6.- El colectivo de facultativos del SAS figura a la cola, en cuanto a retribuciones, de los sistemas de salud de las distintas CCAA, llegándose al extremo que personal médico en formación (MIR) de 4º y 5º año de otras CCAA perciben mayor sueldo por hora de guardia que los médicos de plantilla del SAS.
7.- Se ha ignorado el derecho a la movilidad voluntaria y el acceso a un puesto fijo de trabajo, habiendo transcurrido más de siete años desde la última convocatoria de Concurso de Traslado y más de cinco años desde la última oferta pública de empleo.
8.- Se ha ninguneado a los profesionales sanitarios reduciendo las cantidades asignadas al complemento retributivo de productividad y modificando los plazos de pago del mismo.
9.- Se han adelgazado las plantillas asistenciales, reduciéndose las coberturas por bajas, vacaciones, licencias de diverso tipo, etc., llegando a utilizar a médicos becarios para labores asistenciales y dando lugar a un incremento sustancial en los últimos dos años del número de pacientes en las listas de espera.
10.- Sigue sin reconocerse como tiempo efectivo de trabajo, el que el facultativo emplea para su actualización continua de conocimientos y formación que le permita el ejercicio de su profesión con la máxima eficiencia. Este hecho constituye un agravio comparativo con otros colectivos que sí tienen reconocido este derecho, como por ejemplo los profesores universitarios.
Este es, en trazos gruesos, el panorama actual de la Sanidad Pública Andaluza, con unos profesionales desmotivados y angustiados por las condiciones laborales y retributivas que se ven obligados a soportar.
Tiene usted la suerte de contar con un activo, los profesionales sanitarios, que con su esfuerzo diario y su profesionalidad, tapan las múltiples carencias de nuestro Sistema Sanitario Público.
Sra. Consejera no abuse usted más de ellos, no los lleve al límite de su paciencia, pues en cualquier momento puede surgir un conflicto que nadie deseamos.
Cambie su actitud, dialogue con los profesionales y aborde con resolución los verdaderos problemas que tenemos, todos se lo agradecerán.