Dar respuesta a las necesidades de los pacientes afectados por las
enfermedades minoritarias supone un desafío para los sistemas sanitarios modernos y, por tanto, para el
Sistema Nacional de Salud (SNS) español.
En primer lugar, tenemos la problemática ligada a las dificultades para un
diagnóstico temprano con los consiguientes
retrasos y la dificultad para el seguimiento de las patologías (cuestión que requiere un abordaje específico).
En segundo lugar, se une la
escasa disponibilidad de medicamentos efectivos dados los condicionantes que tiene el desarrollo de nuevas moléculas para enfermedades con bajo número de pacientes, así como la incertidumbre que esto genera en relación a los resultados de los
ensayos clínicos. En tercer lugar, es frecuente que los precios sean muy elevados para los medicamentos necesarios para tratar estas enfermedades, algo que termina siendo un condicionante para la decisión de no financiación tal como queda reflejado en el Informe de evolución de la financiación y fijación de precio de los medicamentos huérfanos en el SNS español (2017-2021) publicado por el
Ministerio de Sanidad. Son los llamados medicamentos huérfanos.
Es evidente así, que el acceso de los
medicamentos huérfanos por parte de los
pacientes viene condicionado por el
elevado coste de estos en un contexto de incertidumbre con relación a su
beneficio clínico porque, cuando hay pocos casos de una enfermedad, los ensayos clínicos aportan pocas evidencias sobre eventuales beneficios terapéuticos. Esta incertidumbre a efectos del acceso afecta a la
toma de decisiones. Resolver la incertidumbre es fundamental para evitar el retraso de la decisión y
mejorar los tiempos y el acceso.
La
situación actual es insatisfactoria para todos los agentes implicados y es por eso que merece la pena adoptar nuevas medidas que permitan dar más garantías de acceso a los pacientes junto a las necesarias garantías para la
sostenibilidad del sistema.
"La situación actual es insatisfactoria para todos los agentes implicados y es por eso que merece la pena adoptar nuevas medidas"
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Las características de estos medicamentos y las características de las enfermedades minoritarias requieren adoptar un
nuevo modelo de acceso. Concretamente, se detallan algunas propuestas para este nuevo modelo:
1) Un modelo más centrado en la
evaluación ex post que en el clásico modelo ex ante. Y es que posicionar un medicamento de estas características en el momento de su máxima incertidumbre con pocos casos incluidos en el ensayo clínico y con poco tiempo de observación, no suele aportar evidencias sustanciales o definitivas. En este sentido, parece más adecuado optar por establecer un
proceso más flexible para buscar las garantías necesarias con su uso.
2) Este procedimiento más flexible consistiría en
rebajar los criterios de evidencia a la entrada a cambio de incorporar un
mayor rigor en la monitorización de este y de sus resultados en práctica real. Ello requeriría un seguimiento tras su autorización y uso para adquirir
más información que la que aporta un ensayo clínico. Serían
autorizaciones condicionadas que se adoptarían siempre que no hubiera evidencias sobre la existencia de problemas de seguridad.
3) También es importante
innovar en la metodología de evaluación dentro del proceso de toma de decisiones. Concretamente, mediante la incorporación de un sistema
análisis de decisión multicriterio, ya que junto a criterios de
coste-efectividad, conviene incorporar los
componentes éticos y sociales junto a la consideración de un sistema específico de
fast track que se beneficiaría de un
comité de evaluación específico para la toma rápida y centralizada de toma de decisiones.
4) De esta manera, la autorización de financiación estaría vinculada a la evaluación de resultados que serviría para
modular los criterios de uso y financiación al incorporar evidencias en la práctica clínica real. Todo ello se beneficiaría de un
análisis agregado de información clínica en clave europea para ampliar al máximo el número de casos a observar.
5) Otro elemento a considerar a nivel europeo seria fomentar la investigación sobre medicamentos huérfanos mediante un
nuevo sistema de premios a las iniciativas de investigación (como alternativa al sistema actual de patentes)
desvinculando el retorno de la inversión para los laboratorios de las ventas.
6) Para nuestro país, además de lo anterior, sería de interés asegurar una
financiación centralizada de los nuevos medicamentos huérfanos que se decidan incorporar a partir del inicio de este nuevo procedimiento. Esta financiación (total o parcial), se podría hacer con cargo al
Fondo de Cohesión (previa modificación normativa para asumir esta nueva finalidad), cuyas características de ser ampliable, lo hacen idóneo para los objetivos planteados. Se trata de evitar que el riesgo que se asume en estas decisiones recaiga sobre las instituciones menos fuertes del SNS en términos presupuestarios (hospitales o servicios clínicos asistenciales). En términos de aseguramiento, los
riesgos llamados catastróficos (por su enorme impacto sobre las organizaciones) siempre deben ser asumidos por el más fuerte en la cadena, en nuestro caso el propio Estado. Esta medida podría ser de gran ayuda para asegurar un rápido y seguro acceso de los pacientes a los medicamentos.
7) Otros elementos como incorporar sistemas de pago que contemplen
tarifas por patología, pago por resultados, etc., también deberían tenerse en cuenta.
En definitiva:
Reducir la incertidumbre presupuestaria y de resultados es clave para el acceso a los medicamentos huérfanos. La receta:
centralizar el riesgo y establecer una
financiación condicionada a la evaluación continua de resultados.