La amenaza del Ébola tras el registro del primer caso en Estados Unidos ha merecido un reportaje, este fin de semana, en el diario La Razón, que firma desde Washington Raquel Godos. Tal como advierte la periodista en el primer párrafo de su escrito, varios ciudadanos estadounidenses habían contraído el Ébola desde que el brote estallara en África Occidental, pero hasta esta semana Estados Unidos no había contabilizado a ningún individuo infectado por el virus dentro de sus fronteras.
El viernes, además, las agencias informaron del ingreso de otro paciente en la capital estadounidense con posibles síntomas de la enfermedad.
El Mundo, por su parte, ha publicado la madrugada de este lunes otra excelente pieza de la periodista especializada en Salud María Valerio, en este caso dedicada al uso y difusión de la radioterapia en España, que peca de una situación obsoleta de sus equipos. Y, en El País, Manuel Ansede completa la trilogía de reportajes de fin de semana en los tres generalistas mencionados con su narración sobre Las cobayas humanas del dictador que dice curar el sida.
Tampoco merece ser obviado, aunque otros medios publicaran textos similares días antes, el relato documentado que ofrece Ibarra en Abc en el que desgrana el origen de la epidemia mundial del sida, a raíz de la noticia difundida con amplitud por los medios que sitúa la génesis de la enfermedad en humanos en los años veinte del pasado siglo y en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo.
Las informaciones especializadas en política sanitaria, sin embargo, han sido más escasas los dos últimos días, y acaso se puede mencionar, entre las más recientes, la crítica de Compromís en la Comunidad Valenciana a la cobertura de plazas de Pediatría con médicos de familia (La Verdad de Murcia, el domingo por la tarde).