Que la sanidad vasca siga a la vanguardia del Sistema Nacional de Salud, después de muchos años con las competencias transferidas, no es casualidad. Hay muchas razones que explican el buen hacer de un modelo perfectamente identificable, innovador y eficiente. Hoy la prensa vasca nos da una pista de por qué su sanidad va a seguir siendo buena. Por pura cuestión económica. Que, obviamente, no es la única razón para hacer las cosas bien. Pero ayuda. Vaya que si ayuda.
Al margen de la obligada referencia deportiva (es lunes), el diario Deia abre su edición con el siguiente titular: El 75% de los Presupuestos vascos irá a gasto social, el mayor porcentaje en 30 años. Y en el subtítulo, el dato que nos interesa: La rebaja que fija el anteproyecto de las Cuentas que aprobará mañana el Gobierno oscila entre el -37% para Lehendakaritza y el -4% para Salud. Es decir, la sanidad es el departamento que menos recortes sufre, en un entorno de máxima dificultad económica.
El primer escenario económico del PNV tras su regreso al Gobierno vasco reservará por tanto 7.600 millones para gasto social, una cifra muy parecida a la última partida destinada por el Ejecutivo anterior, del socialista Patxi López, sólo que ahora el presupuesto es más pequeño: unos 1.200 millones menos que en 2012.
Con todo, Salud se puede dar con un canto en los dientes, viendo su reducción presupuestaria (un 4%) y comparándola con las de otros departamentos. De hecho, casi todos registran bajadas de dos dígitos, lo que hará aún más difícil la gestión de sus competencias. La sanidad, de la mano de Jon Darpón, lo tendrá también difícil, pero algo menos.