El alcance de la crisis también es visible en las bajas laborales. No solamente porque hay menos gente trabajando, sino porque la poca que queda apenas se pone mala. Hasta tres periódicos llevan hoy este controvertido asunto a su portada, que siempre ha sido materia de discusión entre los médicos, la inspección sanitaria, los empresarios, los trabajadores y las administraciones.
Para El Periódico de Cataluña es la segunda noticia más importante del día, tras la operación del Rey. Titula así: Las bajas laborales caen por miedo a los despidos. Y en el subtítulo respaldan su impresión en la opinión profesional: Los médicos avisan de que muchos empleados van a trabajar enfermos para no perder el sueldo. Al rotativo catalán le convence mucho más esta explicación de los datos, que otras que puedan ser más apropiadas y que, de hecho, existen: Govern, empresas y sindicatos discrepan sobre la causa del descenso de las incapacidades. El dato que genera todo el revuelo se esconde en el antetítulo: Las peticiones disminuyeron el 7,4% en el 2012.
La prensa gallega también mira a las bajas, aunque su lectura no es tan directa. La Opinión de A Coruña abre a cuatro columnas: Las bajas laborales en Galicia caen a la mitad con la crisis, pero son más largas. El dato, otra vez al antetítulo: La solicitud de permisos se reduce de las 21.800 al mes hace cinco años a las 11.700 en 2012. Y un sumario interpretativo: Las ausencias se prolongan un 18% porque se piden en los casos más graves de enfermedad. Según el rotativo coruñés, Galicia es la segunda autonomía en la que menos bajas se solicitan.
El Faro de Vigo también abre su primera: Las bajas laborales en Galicia caen a la mitad desde que estalló la crisis. En el antetítulo, el marco que envuelve la noticia: Efectos colaterales de la recesión en el ámbito del empleo. Y después, los datos ya mencionados y las explicaciones conocidas: “El descenso guarda una relación directa con el menor número de empleos, pero también con el temor de los gallegos a perder su puesto”. Lo cual, si se asume como cierto, añadiría aún más controversia a los datos habituales de baja laboral en los tiempos de bonanza económica que, como ahora los del paro, eran entonces incontrolables.