El director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, ha aprovechado el Día Mundial de los Docentes para hablar en El Mundo sobre quien fue su profesor más emblemático: don Pedro, un maestro de escuela de “aquella época en la que no se usaban los apellidos”.
Según ha recordado Matesanz, don Pedro había sido catedrático de instituto en su juventud, pero fue represaliado durante la Guerra Civil, por lo que tuvo que exiliarse a Francia. A su vuelta a España, perdió el título de catedrático y daba clases en el Colegio Salamanca, un pequeño instituto localizado en la calle Don Ramón de la Cruz esquina General Pardiñas.
Entre las características que ha destacado el director de la ONT sobre su profesor están que jamás transmitía sus problemas y que enseñaba los temas de forma sólida por lo que era muy difícil olvidarlo con el paso de los años, así como que era muy justo con todos sus alumnos.
Cuando se le pregunta cómo debe ser un buen profesor, Matesanz cuenta con una clara idea: “no se trata de que repita lo que está en los libros o, más modernamente, lo que ha aprendido en internet, sino, sobre todo, que sepa separar el grano de la paja, como se dice habitualmente, y sepa transmitir esos valores y esa enseñanza”.