Dormir en un hospital no es tarea fácil según María Valerio, que da a conocer en El Mundo los resultados de un estudio publicado en Journal of Advanced Nursing sobre el efecto de la luz en el descanso de los pacientes, llegando a la conclusión de que no es lo suficientemente intensa por el día ni hay un adecuado nivel de oscuridad por la noche para que los ingresados puedan dormir bien.
El trabajo, dirigido por Thomas Hornick, investigador de la Universidad de Cleveland (EE UU), analiza la iluminación a la que fueron sometidos 40 pacientes de grandes hospitales en EE UU. Durante el día apenas se alcanzaban los 104,8 lux (medida de luminosidad), frente a los 150-250 de un hogar en horas diurnas. En los pacientes ingresados expuestos a mayor intensidad de luz las tasas de fatiga, dolor y alteraciones en el estado de ánimo eran significativamente menores que en el resto. Sin embargo, el 50 por ciento de los participantes dormía menos de cuatro horas por la noche.
Ya ha habido diversos estudios que vinculan las incongruencias entre la luz exterior y nuestro reloj interno con diversas alteraciones como la depresión e incluso hasta la aparición de ciertos tumores. Con este estudio se pone de relieve este problema en las habitaciones de hospital, donde no solo son las interrupciones y los ruidos los que afectan al descanso de los pacientes ingresados, sino la insuficiente variación entre luz y oscuridad según la hora del día. Sus autores recomiendan llevar a cabo más estudios sobre cómo variar la iluminación según la hora para que redunde en beneficio de los pacientes.