Tras seis años consecutivos de recesión, la sanidad está siendo una de las principales víctimas de la crisis en Grecia. En un contexto en el que los recortes cada vez son mayores, las prestaciones de los ciudadanos también se están viendo afectadas.
Y es que, según cuenta Clara Palma Helmann en El Mundo, una de las consecuencias es que unos tres millones de griegos, casi uno de cada tres, ya no tienen acceso a la sanidad pública. La razón es que se pierde la cobertura al pasar más de un año en el paro o al no pagar las contribuciones.
“Este año, el Ministerio de Salud anunció un plan para cubrir a toda la población, y a día de hoy fuentes del Ministerio aseguran a este diario que todos los desempleados tienen ya acceso normal la sanidad”, indica el artículo de Helmann, pero avisa de que con esta afirmación discrepa Nikitas Kanakis, director de Médicos del Mundo, en el estado heleno. "De hecho, nos llegan más pacientes que antes”, y asevera que hasta ahora la gente que no está asegurada no ha recibido tratamiento.
De hecho, "el sistema para acceder a la atención médica es muy complejo para los no asegurados. Tienen que ser evaluados por un comité, y en caso de emergencia no es viable". Según explica el médico, otra iniciativa del Ministerio ofrece a los desempleados bonos para acceder a ciertos tratamientos. Sin embargo, el programa cubre sólo a 200.000 personas, "una gota en el mar". Además, subraya, los beneficiarios de estas ayudas deben estar al día en sus pagos a hacienda y a la seguridad social, algo prácticamente imposible para los desempleados griegos.