Lo que es una viva polémica en Reino Unido ha tomado las portadas de las cabeceras españolas. Y es que el Parlamento británico vota este martes aprobar los hijos de tres progenitores. Es decir, legalizar la reproducción asistida con genes de tres individuos.
Se trata de una técnica con la que se podría evitar la transmisión de enfermedades genéticas incurables, y está pensada para casos como las enfermedades mitocondriales, que pasan de madre a hijo y pueden producir daños cerebrales, pérdida de masa muscular, fallo cardíaco y ceguera. Las mitocondrias son partes constitutivas de las células del organismo, cuya función es la de generar la energía necesaria para mantener la vida y correcta función de los órganos.
Sin embargo, el proceso no está exento de polémica. Aunque el Gobierno de coalición -formado por conservadores y liberaldemócratas- apoya el procedimiento, los diputados tendrán voto libre y no estarán obligados a votar en virtud de la línea de su partido, por tratarse de un tema muy sensible. En las encuestas, la mayoría de los británicos se pronuncia de momento a favor de la nueva técnica: el 40 por ciento frente al 30 por ciento. El restante 30 por ciento asegura, sin embargo, que no dispone de información suficiente.
Miembros de la Iglesia de Inglaterra se han manifestado en contra pues consideran que aún no es una técnica segura ni ética, y Ted Morrow, de la Universidad inglesa de Surrey, ha admitido que aún hay incertidumbre sobre este avance genético. “Tengo alguna preocupación sobre su seguridad”, dijo, sin aportar mayores detalles.
En cambio, las élites científicas sí que respaldan este avance. “Decenas de científicos de todo el mundo, incluidos varios premios Nobel, han escrito a los parlamentarios británicos para que den el visto bueno al procedimiento, que podría ser usado desde el próximo mes de octubre por unas 2.500 mujeres en el Reino Unido, marcando el camino a las clínicas de fertilidad en los países occidentales”, indica Carlos Fresneda, en la versión digital de El Mundo.
“No estamos proponiendo la creación de bebés a la carta, sino simplemente el cambio de una parte de la máquina que no funciona bien”, alega por su parte el premio Nobel de Psicología John Sulston, uno de los mayores defensores de la medida ante la opinión pública. "Creo que los diputados tienen que leer exactamente qué es lo que se está proponiendo. No les vendría mal mirar hacia atrás y ver el debate causado en su día por la fecundación in vitro. Entonces había mucha gente que se escandalizaba. Ahora parece algo de lo más normal".