Con este antetítulo abre su edición de hoy Faro de Vigo para titular a continuación: La Xunta deberá pagar 3.000 millones hasta 2039 a las firmas constructoras de cinco autovías y un hospital. Y ofrece detalles supuestamente desconocidos en el subtítulo: La Administración tiene que devolver a las concesionarias por su inversión en las obras, los intereses y un canon.
El hospital mencionado es el de Vigo, que viene acaparando gran parte de la atención de la sanidad gallega en los últimos tiempos. Y el precio de la colaboración público-privada es el que permite que las empresas concesionarias se comprometen a adelantar el dinero de la obra. De lo contrario, por mucho que la Xunta, o cualquier otra administración sanitaria de este país, se empeñara, es muy posible que no hubiera oportunidad de crear infraestructuras nuevas, por la situación de crisis y el techo de gasto impuesto para cumplir el déficit.
Quizá la gran novedad de toda la información está en el último lugar del subtítulo: La Xunta rebaja la ayuda a las empresas privadas. Y esta circunstancia sí que tiene efectos en ambas direcciones de la colaboración.